Nueva York
Parecía una día como cualquier otro, pero no era así por que solo abriéndose las puertas del elevador se podían escuchar los gritos de Alexis
—¿Es que no estoy siendo claro Mariana? —la miro mientras apretaba el puente de su nariz —, ¡Quiero que me consigas la información que te pedí, ahora!
Grito haciendo que la muchacha diera un salto por el susto, ella solo asintió y se fue casi corriendo de la oficina. Alexis llevo sus dedos hasta su sien y masajea mientras cerraba los ojos tratando de relajarse, él sabía que su secretaria no tenía por qué pagara por su mal humor pero no podía evitar; estaba molesto, no, estaba furioso y todo era culpa de aquella maldita mujer que había llegado para poner su paz mental en un juicio del cual iba perdiendo
《Créeme que lo que menos te importara es que arruine tu vida》
Esas palabras rondaban en su mente, ¡Maldita mujer! Grito para sus adentros mientras se frotaba las manos con desesperación por la cara. Unos golpes en la puerta lo pusieron alerta y al alzar la vista pudo ver aquel hombre con una sonrisa burlesca
—Esta bien que el matrimonio sea como la horca —se acerco sin borrar sus sonrisa —, pero creí que ya lo sabías o que al menos tuvieras una idea
—¡Cuando llegaste Daniel? —pregunto ignorando su comentario
—Hace como 2 horas que llegue
—Y, ¿Cómo te fue?
—Digamos que Nueva Orleans, es otro mundo —se encoge de hombros —, pero prefiero Nueva York
—Mmms, y acaso ese repentino amor por Nueva York se debe a una mujer con pelo castaño, ojos marrones y que por supuesto te odia
—Vamos, ella no me odia —Alexis lo miro con incredulidad — esta bien tal vez si me odia pero también me ama
—¿Así? —sin poder evitarlo soltó una pequeña risa —, ¿Y como llegaste a esa conclusión?
—Por como me mira —sonrío —, se que me desea
—Amigo, ella cada vez que te ve quiere matarte. No sé como llegaste a la conclusión de que Alisha te ama
—Yo lo sé Alexis, ella me ama —sonrío mientras acariciaba su barbilla — lo que siente Alisha por mi es amor
—Lo único que siento por tu es odio —escucharon de repente —. Y más te vale que no te metas en mi camino Daniel, por que soy capaz de matarte
Él la miro con una sonrisa burlesca, pero el brillo en sus ojos delataban la fascinación y el amor que él sentía por ella
—Me gustaría meterme, pero no precisamente en tu camino —dijo con picardía
—¡Es que te voy a matar!
Alexis como bien sabía como eran este par logro agarrarla antes de que saltara sobre su amigo. Conocía muy bien a Alisha y sabía perfectamente que hablaba muy enserio cuando se trataba de Daniel
—Prima por favor compórtate —le dijo cuánto ella intentaba zafarse de su agarre
—Si gatita, compórtate —dijo con cierta burla
Daniel amaba hacerla rabiar, en cierta parte le excitaba verla así. Alexis le lanzo una mirada de disgusto y el solo se encogió de hombros sin perder la sonrisa
—Bien, creo que te veré después cuando —miro a su gatita —, la gatita no esté
Cuando él pasó a un lado ella quiso agarrarlo para desquitarse pero Alexis seguía agarrando la, pero no evito que viera su risa burlesca
—¡Eres un estúpido Daniel! —grito a todo pulmón
—¿Alguna vez dejarán de pelear ustedes dos? —le pregunto después de soltarla, cuando sabía que Daniel ya había abandonado su piso
—¡Jamás! Ese idiota jamás va a tener mi simpatía —señaló la puerta —, prefiero mil veces morir antes de ser tan siquiera amiga de ese imbécil
—No digas de esta agua no he de beber —le advirtió —, el día de mañana te puedes tragar tus palabras
—Ojal me ahoguen, para que me muera antes de cometer esa estupidez —lo vio negar —, pero mejor dejemos de hablar de aquel idiota y dime ¿Dónde está León? No lo he visto hoy por la empresa y quiero darle este obsequio que traje de Madrid para la tía Arleth
—León no está aquí —dijo y no pasó desapercibido el tono de voz para Alisha —, se fue a Puerto Rico con la señora Alejandra
—Y eso te molesta —afirmo
—No —afirmó con tanta rudeza
—¿Y que hay de Tamara?
—Ella murió —no pudo evitar que una lágrima saliera
—Alexis cuanto lo siento
—Y lo peor de todo es que llevaba mi hijo en su vientre
—¿Qué? Ella nunca me dijo nada
—A nadie se lo dijo, y ahora ya es demasiado tarde
En eso el teléfono de Alexis empezó a sonar y el contestó
—¿Bueno?
—Hola Alexis, ¿Me extrañas te?
Antes que nada quería desearles un feliz año nuevo, que todos sus deseos se cumplan y que este año sea mucho menor que el que paso. Aquí les dejo otros capítulo de esta historia. Gracias por seguirnos acompañando hasta el próximo capitulo