León cabalgo a toda velocidad por toda aquella propiedad el miedo estaba impregnado en cada poro de su piel. A ella no le podía pasar nada, a ella no. Pensó mientras observaba a su alrededor en eso a unos metros de él pudo observar algo recostado cerca del riachuelo, apuro el caballo hasta que pudo ver la imagen más desgarradora de su vida, salto del caballo y frente de él estaba el cuerpo de Yeimy inconsciente con sangre en la cabeza. Se coloco a su altura y fue en ese momento se dio cuenta que no solo de su cabeza salía sangre si no también estaba entre sus muslos
—Yeimy, Yeimy responde —trato de que abriera los ojos pero no fue así —Yeimy por favor, mi amor reacciona
Le pido entre lágrimas mientras la cargaba en peso, empezó a caminar. Le esperaba un gran caminata hasta la casa grande, en eso una camioneta se acercó hasta ellos. Alexis bajo de aquella camioneta al ver a León con Yeimy en brazos
—León ¿Qué ha pasado? —preguntó
—Hazte un lado imbécil —rodeó a su hermano para subirla en la camioneta —. Hay que ir al hospital, ¡Rápido!
Le gritó al verlo hay parado, Alexis subió a la camioneta y arranco hasta el hospital. Al llegar León empezó a gritar que le viniera un médico, cuando la coloco en la camilla el doctor empezó hacer unas preguntas
—¿Qué le ha pasado? —le preguntó mientras examinaba su cabeza
—No lo sabemos doctor —contestó un León muy preocupado —, la encontré inconsciente y no ha despertado
—Bien, esperen aquí —les ordeno mientras se la llevan
El silencio se hacia cada vez más pesado en la sala de espera, León no paraba de dar vueltas por toda la sala mientras Alexis se encontraba sentado con las brazos apoyados en sus piernas mientras su cabeza cabizbaja miraba el suelo
—León —le llamó a lo que él no respondió —. León por favor déjame explicarte
—¿Explicarme que Alexis? Te dije que si no sentías nada por ella te alejaras
—Me dijiste que no le hiciera daño y…
—¡Y eso es lo que estas haciendo Alexis! La has lastimado —lo señalo —, ella te ama y no es justo que este sufriendo por que no puedes mantener la bragueta cerrada
—Tu mas que nadie sabe que yo no soy de este tipo de hombre —se levanto quedando a sj altura —, y además ¿Por qué te interesa tanto? Acaso… ¿Estas enamorado de ella? Dime León ¿Es eso? ¿Estas enamorado de ella?
Los dos se quedaron viendo uno al otro
—No, no estoy enamorado de ella. Solo no quiero que le hagas lo mismo que tu padre les hizo a nuestras madres. Solo eso
—Yo no haría eso
—Es lo que éstas haciendo Alexis —lo miro con desprecio —, pero ¿Qué podía esperar? Eres igual que él, un ser despreciable
Alexis lo agarro de su camisa con enojo
—No te olvides que tu llevas su misma sangre —lo sacudió —, así que eres igual o peor que él
León también lo agarro de la camisa con enojo, la tensión era tanta que se podía sentir que con el mínimo rose podría desatar el caos
—Basta ustedes dos —habló el doctor logrando que se separaran —. Quien de ustedes es el novio, esposo o pareja de la señorita
—Yo soy su prometido —habló Alexis —. ¿Cómo esta?
El doctor soltó un suspiro antes de hablar
—Logramos parar el sangrado, pero tuvimos que hacerle un legrado. Lo siento
—¿Un legrado?
—Usted no estaba enterado ¿Verdad?
—¿Enterado de que?
—Que su prometida estaba embarazada, tenía 4 semanas de embarazo
—E‐Embarazada, ósea que estaba esperando un bebe
—Así es, pero lamentablemente no pudimos salvarlo. Ahorita su prometida esta trasladándola a un habitación en un momento vienen por usted para que pueda verla —palmeo su hombro —. Lo siento
Alexis se quedo hay si poder emitir palabra alguna, mientras una lágrima solitaria rodaba por su mejilla. Un hijo, Yeimy había cargado a su hijo en su vientre y ya no estaba. Sólo pudo sentarse cuando sentía que las fuerzas lo abandonaban, llevó sus manos a su cabeza antes de soltarse a llorar
—Estaba embarazada —habló León —, y tu estabas feliz de la vida revolcándote con tu amante
El no discutió lo que dijo su hermano, tenía razón. Él era el único culpable que Yeimy estuvieran en ese estado y de que su hijo estuviera muerto. Unos minutos después enfermera llegó para trasladarlo a la habitación donde ella se encontraba
Con las lágrimas aún rodando por sus mejillas se acero a ella mientras la veía dormida en esa cama de hospital mientras tenía una intravenosa por la cual el suero pasaba hacia su cuerpo, se sentó a su lado y con cuidado tomó mano
—Lo siento —susurró —, siento mucho que estés en esta situación. Siento no haber estado para ti cuando estabas perdiendo a nuestro hijo. Perdóname Yeimy
Nuevamente se rompió en llanto al sentir esa como la garganta se le cerraba formándose un nudo evitando que las palabras salieran. Mientras él lloraba, afuera de esa habitación un hombre lloraba en silencio pero sin duda con un dolor aun más fuerte