Alejandra miraba a Raúl, la sonrisa que tenia hace unos momentos se habia esfumado, justo en el momento que habia mencionado aquel nombre, El solo sonrio antes de dejar sus cubiertos al plato y sonreir
—Te dije que puedo ver el destino
—¿Ahora quieres que creea en eso? —solto una risa —, por favor. Basta de juegos
—No estoy jugando, enserio puedo ver el destino
Raúl llevo su mano hasta el cuello de su camisa para luego sacar una cadena con un dije azul, el cual se podia obserbar una luna rodiando un cielo azul y dos estrellas en el centro
—Mi abuela es una gitana, y yo herede sus dones —volvio a guardarla —, mi abuela pudo ver quien era su marido. De la misma manera vio el destino de mi madre incluso antes de nacer, en quien seria su esposo
Alejandra no sabia que decir o que hacer, estaba confundida. Por un lado queria creerle ¿Por que de que otra manera sabria su verdadero nombre? Pero por otro le decia que era una mentira, por que no existia algo asi ¿No?
—Digamos que te creo, ¿Luego que? —alzo unade sus cejas —, soy tu especie de mision ¿Vienes a ayudarme a ser feliz?
Las fuertes carcajadas de el no se hicieron esperar
—Lo siento —se disculpo —, pero... no soy una especie de hada madrina o padrino magico, el cual te dara las herramientas para hacer feliz
—¿Entonces?
—Mira, no te voy a negar algo —la miro seriamente borrando su sonrisa —, me acerque a ti con una intencion. Pero antes de que pienses mal, mis intenciones hacia ti son buenas, quiero conquistarte
Alejandra se quedo sin palabras, ante aquella confesion. Si, se esperaba que el le dijiera algo similar pero escucharlo por una extraña razon lapuso nerviosa
—Yo... yo no
—Antes de que me contestes y te nieges. Permiteme conocerte —lo miro suplicante —, por favor
Ella solo lo vio sin decir palabra alguno, el se fijo en sus ojos y ella no pudo apartar la mirada de la suya, era como un magnetismo. Y en esos momentos penso que en realidad si deberia ser unn brujo, ya que no habia otra explicacion de la extraña situacion
Puerto Rico
Leon movia lentamente los labios sobre los de Yeimy, era como probar la más pura ambrosia. El podria estar toda la vida pegado a esos labios y degustarlos sin ninguna duda. Pero no podia ser, ella ya no le pertenecia y nunca más lo seria
—Leon yo... yo te
—No pidas mas perdon, soy yo el que tiene que pedirte perdon por esto
Le hizo saber interrumpiendola, no queria escuchar una vez mas palabras que alimentaban sus fragiles e ilusos sentimientos, por que temia que si ella dijiera algo asi le rogaria que dejara a Alexis y huyeran juntos, pero no queria que sus sentimientos se rompieran una vez más por su rechazo. Pero lo que no sabia es que habia interrumpido las palabras que hubieran cambiado su destino, ya que Yeimy estuvo apunto de decirle que lo amaba, que queria estar con él. Que no queria estar sin él
—Puedes irte —le dijo sin mirarlo —, no es nesesario que te quedes
Leon la miro y vio la indiferencia plazmada en su rostro, dandole a entender que: lo que habia pasado hace unos segundos le hera indiferente a ella
—Alexis no me perdonaria si te dejara sola
—Vete, no quero verte —le aclaro —, por favor
El solo asintio antes de abrir la puerta
—Deseo de todo corazon que seas feliz Yeimy —le dijo sin mirarla y con un nudo en la garganta —, espero que tu y Alexis sean muy felices
Con esas palabras salio de la sala sin voltera, Yeimy derramaba lagrimas con la mano cubriendo su boca tratando de ahogar sus sollosos
Madrid
Alejandra entro en aquel cuarto de hotel, una vez cerrando la puerta se quedo apoyada en ella. Aun no podia creer que esto le estubiera pasando a ella
—Basta Alejandra —camino quitandose el abrigo y dejandolo en el sofa —, recuerda a que vienes aqui
Ante aquellas palabras saco su celular y su computadora para empezar a investigar, se sumergio tanto que en su trabajo que no se dio cuenta que la noche habia caido, hasta que tocaron la puerta. Cuando abrio la puerta se dio cuenta que era un mensajero con un ramo de rosas azules
—¿La señorita Alejandra del Castillo?
—Soy yo
Le entrego el ramo de rosas y se despido de ella, no pudo evitar que una sonrisa se le escapara de sus labios al verlas. Tomo la nota que habia en una de las rosas
Es pero que no te enojes por mi atrevimiento, pero no pude evitar ver estas bellas rosas y no enviartelas. Pero no las envidies, ellas no se conmparan con tu belleza.
Consedeme el honor de deleitarme con tu belleza esta noche y que todos me envidien. Te invito a cenar, esperando que tu respuesta sea si, pasare por ti a las 8:30 de la noche. Estare contando las horas hasta entonces
Raúl Arizmendi
Llevo las rosas hasta sus fosas nasales y aspiro su delicado aroma. Una sonrisase intalo en sus labios. Eran las 8: 15 cuando tocaron la puerta, ella colocandose su pendiente camino para abrir la puerta
—Hola
—Hola —respondio en una sonrisa —, perdon por la hora pero ya queria verte
Ella solo sonrio y tomo su bolso de la mesa
—¿Nos vamos?
El hizo una seña para que pasara primero
—Las damas primero
Raúl condujo hasta un restaurante en el centro de Madrid, una vez ahi les asignaron su mesa y les ofrecieron un vino y el menu
—Cuentame Raúl ¿A que te dedicas? —pregunto Alejandra una vez tomaron su orden
—Soy artista —sonrio —, pinto obras de arte
—A si que pintor —el asintio —, has de tener un monton de cuadros vendidos me imagino
—Alguno que otro, pero no es de lo que vivo —sonrio llevandose la copa de vino a los labios
—¿A no?
—No, es como un hobby mas bien. Soy instructor de baile