Caminaba de un lado a otro tratando de recordar que hacía en ese lugar, en esa cabaña donde solo estaba el, el olor a humedad era insoportable, le costaba respirar debido a eso, escucha como la charla de dos personas no muy lejos de donde estaba se hacía cada vez más y más cercana.
Luego de minutos se abre la puerta delante de él pasando a través de ella un chico cuyo rostro desconocía, así como una joven.
- ¡Has despertado! - levanta la voz asombrada la chica.
- ¿Quiénes son? - responde notablemente asustado.
- Bueno, veras, nosotros te encontramos desmayado en el fondo del bosque- responde el acompañante de la chica - Mi nombre es Kevin y ella es Sofi, no te haremos daño, ¿recuerdas cómo te llamas? - dice tratando de no alarmarlo más.
- N-no, no lo recuerdo - mira el suelo - No recuerdo nada.
- No te preocupes, recuperaras tus recuerdos - responde el chico.
- Necesitaras un nombre, ¿cómo quieres que te llamemos? - dice la chica - ¿Qué te parece Alex?
- No suena mal, tienes cara de ser Alex.
- Yo ... ¿está bien?, me pueden llamar Alex - sonriendo un poco.
Los nervios que sentía hasta hace unos momentos habían desaparecido casi por completo, no entendía que le había pasado ni porque no recordaba nada de su vida.
[...]
- Derek, cariño, ¿quieres venir a ayudarme? - dice la chica desde la mansión que estaba siendo remodelada.
- ¡En un momento más voy! - grita desde la parte de afuera mientras cerraba la cajuela de su auto.
- ¿Cómo estas cielo? - pregunta Talia mientras se acerca al moreno.
- Estoy bien mamá, enserio, ya paso mucho tiempo, si estuviera vivo lo sabría, tengo que seguir adelante, es difícil, pero no quiero dejarte sola por encerrarme en mi mismo, creo que con Jennifer ... podre salir adelante - responde el moreno.
- De acuerdo, solo espero que seas feliz, que en verdad seas feliz, la amistad con esa chica puede ayudarte un poco.
- Lo seré mamá - se acerca y la abraza.
Luego de haberse dado por vencido, toda la manada había tomado caminos separados, ya nada era como antes, Isaac se había marchado de Beacon Hills por unas semanas por cuestiones personales, Allison y Lydia solo se frecuentaban en la estadía del instituto, los gemelos solo se dedicaban a practicar lacrosse sin molestarse en relacionarse con los demás, Érica apenas y se le veía por el pueblo, lo cual era raro ya que a la chica le encantaba ser el centro de atención del pueblo, Scott visitaba frecuente mente al sheriff quien aun seguía lamentándose su perdida, ambos seguían con el dolor, pero el joven lobo había aceptado y se había hecho a la idea de la muerte de su hermano, tenía que apoyar al padre de su mejor amigo, lo tenía que hacer por él.
Derek acababa de iniciar una amistad con una chica de recién ingreso al pueblo, era muy linda, su piel era ligeramente pálida, no tanto como la del castaño, tal vez por eso decidió darse acercarse a ella, porque la chica era parecida a él, solo un poco, al verla no podía evita pensar en él, en su rostro sonrojado cuando le robaba un beso era un recuerdo bastante placentero, en esos ojos color avellana, los que tanto le incitaban a hacer tantas cosas con el poseedor de ellos, la sonrisa que lo caracterizaba, tal vez por eso decidió seguir adelante sin su compañero aunque cada día que pasaba era como una tortura para él, el recordar la sensación al tocar su piel, de sentir sus labios sobre los suyos, el susurrarle a su oído infinidades de cosas mientras estaban en la cama del castaño, sabía que al perder a tu compañero pierdes hasta tu razón de ser, pero él no quería eso, no podría soportarlo, haber perdido lo que más le importaba en este mundo y hacerles pasar eso a su familia, era algo que no toleraría, por eso decidió continuar con su vida, seguir adelante y tratar de superar el dolor que aun permanecía instalado en su corazón.
El resto de la manada de igual manera tenían su propio camino marcado, ninguno tenía la intención de mirar hacia atrás.
[...]
- Bien, ¿y qué quieres hacer? - pregunta Sofi.
- No lo sé, ¿comer? - dice con media sonrisa.
- Perfecto, me muero de hambre también, conozco un lugar donde hacer las hamburguesas más sabrosas del pueblo, ya verás, te enamoraras de ellas - sonriente sale por la puerta de la cabaña seguida de Alex.
En cuanto puso un pie fuera, sintió la brisa del sur acariciándole el rostro delicadamente, como los rayos del sol alumbraban la pequeña cabaña en donde había despertado horas antes, era simple y notablemente descuidada, probablemente por eso olía mucho a humedad, caminaron por unos minutos por un camino de piedra que al término se dirigía al pueblo, no estaba muy lejos, se adentraron a un restaurante y la chica pidió la orden por los dos en la barra mientras Alex se dirigía a una mesa al fondo que se encontraba vacía.
[...]
- ¿Quieres algo más? - pregunta el moreno mientras aparca el camaro frente al restaurant de hamburguesas.
- No, solo la sencilla, gracias.
- Bien - sin más sale del auto y entra al establecimiento colocándose justo al lado de la chica (Sofi).
- Buenas tardes, dígame ¿qué va a pedir? - sonríe amablemente la cajera.
- Dos hamburgesas sencillas por favor, son para llevar - responde el moreno.
- Enseguida señor - le responde.
El moreno toma asiento en la primera mesa que está cerca de la entrada mientras echa un vistazo al establecimiento.
Había un olor que le parecía similar, pero se mezclaba un poco con un olor aún más fuerte a humedad, sentía que la pie se le erizaba sin razón, sus ojos se clavaron hacia un chico que se encontraba sentado al fondo del lugar, estaba de espaldas pero se le hacía parecido a alguien, de pronto sintió ganas de averiguarlo pero la cajera lo saco de sus pensamientos ridículos, era imposible lo que estaba pensando, simplemente no podía ser, así que se puso de pie y tomo su orden, pago lo delas hamburguesas y salió de lugar sin mirar atrás, se subió al camaro y esta vez sí miro el local, sonrió un poco y arranco el carro.