Lucas
En mi vida he cometido bastante errores, pero de casi ninguno me arrepiento, uno de esos que odié fue enamorarme de Kathia, sabía que jamás me vería de la misma forma y aún así caí en la trampa como un estúpido, pero era... es demasiado perfecta y me alegro de que ahora esté bien con mi hermano y sus hijos, ambos bastante lejos y entonces ahí está el segundo error que quisiera remediar, hacerme pasar por Logan, pero en aquel entonces quería ayudar, yo que no ayudo en nada, quería hacerlo, ¡qué fastidio! A Logan no le veo desde que fui a visitarle por sorpresa hace meses y le dije que Alexa estaba embarazada, ahí está mi último error, casarme con esa mujer, la cual está en la habitación de al lado y no me atrevo a ir a verla.
No diré que ser el jefe es malo, estaría mintiendo, pero ahora todo se está desmoronando, estábamos bien hasta que alguien abrió su boca y regó el rumor de que Logan no es quien lidera, de que le mentimos a todos y eso es fatal
—Señor —Samuel, uno de mis mejores hombres y el único que sabe toda la verdad, entra a la habitación —Iker exige una reunión y quiere que estés presente —tenso mi mandíbula, Iker es uno de nuestros socios, uno muy importante.
—¿Para qué es la reunión?
—No dijeron, pero supongo que es por el rumor que se esparce por las calles como pólvora, alguien los ha descubierto, señor y quiere verlos caer —achico mis ojos, alguien, ¿pero quién? ¿Quién es tan tonto como para atreverse a declararme la guerra de esa forma?
—¿El hombre que tenemos aún no dice quién le pagó para esparcir tal chisme? —niega con la cabeza —bien, antes de ir a esa ridícula reunión iré a verlo, ya veremos si habla o no —me levanto y camino hacia la salida
—Señor —volteo a verlo —no lo había dicho, felicidades —lo fulmino con la mirada, él baja la cabeza sabiendo que cometió un error, bufo y salgo de la habitación, me sorprende escuchar silencio cuando el ruido no me ha dejado dormir en toda la noche, es realmente agotador, sé que tendré que ir a verla en algún momento, pero por ahora voy a alargar lo más que pueda dicha situación.
Llego hasta el hombre que está atado a una silla y muy golpeado, tomo su mentón con mi mano y hago que me mira, tiene un ojo morado por los golpes
—Habla
—Jódete Lucas —sonríe y me provoca asco
—Solo quiero saber el nombre de quien te pagó tanto dinero para que dijeras que soy Lucas, solo dime eso y acabaré rápido con tu agonía —una pequeña sonrisa se forma en sus labios
—Jódete —lo suelto y respiro hondo, es claro que no va a hablar, miro a Samuel que me ha seguido
—Corta primero sus dedos —ordeno con voz fría —luego ve poco a poco cortándolo en pedazos —sonrío y miro al hombre que está tenso —hazlo así hasta que muera, procura que tarde en morir Samuel, quiero que sufra durante días —diciendo eso me doy la vuelta y salgo de ahí, sé que cumplirá con lo que ordené y si no tuviera tantas cosas que hacer yo mismo lo haría, no soy como mi hermano, a mí me gusta matar, me gusta ver como se va el brillo de los ojos del enemigo, me gusta hacer daño, así me enseñaron a ser desde que nací y desde siempre lo he disfrutado.
Me detengo en la puerta, esa que no pienso abrir, suspiro y luego voy a mi habitación, me siento en la cama esperando que llegue luego de enviarle un mensaje y minutos después la puerta se abre dejándome ver a la hermosa mujer que entra, trae un vestido blanco un poco corto como todo lo que usa, su cabello rubio está recogido, algunos mechones se salen de su lugar, pero solo la hacen ver más bella, sus ojos azules buscan los míos, se detiene y cierra la puerta sin dejar de mirarme, mis ojos recorren su cuerpo, no ha cambiado mucho desde el embarazo, es una mujer que sabe cuidarse, vuelvo a mirar sus ojos
—¿Querías verme? —cuestiona sin moverse, yo asiento, hace días que no la veía
—Quiero que hablemos sobre —me callo, no sé cómo llamarlo —el bebé
—Se llama Sophia —comenta aun mirando mis ojos
—No pregunté —me pongo de pie y doy unos pasos hacia ella —Sophia no estaba en nuestros planes —¡y claro que no! Hemos tenido sexo una sola vez desde que nos "casamos" y ni siquiera recuerdo lo que pasó esa noche, estaba muy ebrio y ella también, luego soltó eso de que estaba embarazada, al principio la idea no me parecía mal, sería padre, eso pensaba, incluso cuando le dije a mi hermano sentía algo de felicidad, pero luego comenzaron las dudas y tuve pruebas en mis manos y ahora... ahora veo que cometí un error.
—Pero está ahí Lucas —ella se acerca más a mí —está en la habitación de al lado, nació hace más de una semana y ni siquiera has ido a verla, no sabes como es ni como está, no te ha interesado
—no he tenido tiempo
—¿No has tenido tiempo para tu hija? —comienzo a reír, ella me mira confundida
—¿Hija? —sigo riendo —ni siquiera sé si es mi hija —abre la boca, pero no sale palabra alguna y vuelve a cerrarla —Alexa solo te mandé a buscar por una razón, exijo hacerle una prueba de ADN a esa niña, no creo que sea mía
—No pasaré por tal vergüenza
—O lo haces o te sacaré de mi casa y a la niña también —veo como hace sus manos puños
—Eres un desgraciado
—Y tu una zorra —me lanza un golpe que esquivo y atrapo su brazo, la dejo inmovilizada pegándola a mi cuerpo, quedamos muy cerca y acerco mi boca a sus labios rojos —no te hagas la ofendida esposa, te conozco, sé que te has revolcado con todos tus hombres y parte de los míos desde que estás aquí, por lo tanto, dudo mucho de que esa niña que llora mucho y me atormenta sea mi hija así que le haremos esa prueba y si no es mía Alexa te juro que te mataré y —respiro hondo —y a ella también.