Amores que atan

Capítulo: 7

Lucas

Camino como loco por toda la casa, necesito encontrarla, mi hija debe de estar bien, Samuel llega a donde estoy y niega con la cabeza, entonces recuerdo algo, maldición, ¿cómo pude olvidarlo? Eso nos va a ayudar y mucho, estaba tan desesperado que no lo recordé

—Más te vale que esté bien —gruñe Alexa que me sigue, no la miro —Lucas sé que no la quieres, pero mi hija debe de estar bien

—Nuestra hija —entro a la habitación y busco mi lapto

—Ella es todo lo que tengo y si tiene un solo rasguño te voy a matar, eres un maldito

—Cállate —mascullo perdiendo los nervios, mis manos tiemblan mientras busco eso que quiero encontrar

—De seguro estabas con alguna de tus putas y por eso se la llevaron, es tu culpa

—¡Cállate! —le grito enfadándome porque sé que tiene razón, una de mis manos va a su cuello, pero me queda claro que Alexa es muy distinta de Amelia cuando su rodilla impacta con fuerza en mi entrepierna y termino en el suelo arrodillado del dolor

—Eso es por tocarme sin mi consentimiento —masculla, no logro hablar del dolor y al segundo su mano impacta en mi rostro, no es una bofetada, es un puñetazo que juraría ha roto mi nariz

—Y eso es por perder a nuestra hija

—Maldita —bramo con la frente pegada al suelo, el dolor no me deja levantarme

—¿Y qué hacemos aquí joder? Deberíamos estar

—Ver las cámaras —musito levantándome con lentitud, ella me mira y comienzo a teclear en la lapto con una mano, la otra está ocupada sobando mi entrepierna, creo que no podré tener más hijos.

—Qué cámaras Lucas? Ya revisamos y estaban apagadas, alguien las —su voz se apaga cuando la pantalla del equipo nos muestra su habitación —¿tienes cámaras en mi cuarto maldito enfermo?

—Solo por seguridad

—Seguridad —hace que le mire —¿desde cuándo? 

—No importa, ahora importa nuestra hija cierto? —comienzo a reproducir las imágenes sintiendo su mirada sobre mí y lo que veo en la pantalla me deja más enojado aún, un jadeo escapa de sus labios y paso las manos por mi rostro —desgraciado —miro a Alexa que está estupefacta

—Mi padre —expresa frunciendo el ceño

—Ya vez, tu papi robó a nuestra hija y morirá hoy —comienzo a caminar hacia la salida, ella me sigue

—Lucas no le harás daño

—Ya es tarde —llego hasta mi auto, mis hombres y los de ella nos siguen, pero Alexa se coloca frente a mí

—No vas a matar a mi padre

—¡Deja de defenderlo! —grito cerca de su rostro —te ha hecho daño toda la vida Alexa, que no lo ves? Como puedes amar a alguien así

—Calla

—Es la verdad —sus ojos se llenan de lágrimas —te dejó sola cuando eras demasiado joven e inocente

—Cállate Lucas

—Te dejó sola con un montón de hombres para que demostraras según él tu valía —escupo las palabras con asco —debías matarlos, pero cuantos te hicieron daño antes de que eso pasara? —sus lágrimas al fin salen de sus ojos —eras una niña y él solo te dejó sola, ni siquiera sé cómo es que estás viva después de todo y aun así lo amas, lo defiendes, ¿que no ves que es un monstruo? —ella pasa por mi lado chocando mi hombro y corre lejos de mí, maldigo al universo y le doy golpes con mi puño al auto, seguro creía que yo no sabía tal historia.

★★★

Alexa

Lucas sabe, lo sabe todo de mí, mi pasado, ¿cómo es posible que sepa tanto? Él sabe las cosas que yo quiero olvidar, dejar de recordar, conoce mis pesadillas cuando creí que todos lo que sabían estaban muertos, dejo de correr cuando mis pies ya no pueden más y caigo al suelo llorando, golpeo el suelo con rabia hasta que unos brazos me rodean y me levantan de este

—Cálmate —pide Halam sin dejar de abrazarme, volteo y me abrazo a él

—¿Cómo sabe? 

—No lo sé —murmura pasando las manos por mi cabello —Alexa cálmate

—¿Crees que tenga razón? —cuestiono sin dejar sus brazos, pero mis lágrimas se han detenido

—Creo que tu padre

—Me dejó sola —digo interrumpiéndolo —sola en una casa con muchos de sus hombres, sola para que peleara y lograra que todos me temieran, dijo que así me haría fuerte, sería un líder si vivía y si moría solo sería porque era débil 

—Viviste y es lo que importa —comenta con sus manos en mi rostro mirando mis ojos, viví, sí, pero me costó mucho, sufrí abusos de todo tipo antes de poder ganar.

—Casi muero, tú me salvaste —mi voz tiembla cuando hablo

—Cuando llegué ya habías matado a casi todos, Alexa, nunca has sido débil, eres la mejor —sus manos acarician mi rostro

—Gracias —lo abrazo fuerte sintiéndome segura entre sus brazos cómo siempre me he sentido cuando él está cerca. —Debo volver a la casa, buscar a Sophia y

—Dejarás que Lucas lo mate? 

—no —determino alejándome unos pasos de Halam

—Si me dejas la buscaré yo, no creo que ahora mismo quieras ver a tu padre —asiento, por supuesto que no quiero.

Al salir del baño veo a Lucas ahí y no está solo, Sophia duerme muy tranquila en sus brazos mientras él solo sonríe, ahora que lo veo así y que mi hija está bien recuerdo ese beso cuando supo que había despertado, sigo sintiendo demasiadas cosas por él y que significó ese beso? 

—Te extrañé —dice como si estuviese respondiendo la pregunta que me acabo de hacer, él deja a la pequeña en su cuna —y Sophia también

—¿Desde cuando la ves como tu hija? —no responde —hace unos días me pedías una prueba de ADN y ahora resulta que

—Es mi hija y la amo —enarco una ceja más que confundida

—¿Eres Logan y no me he dado cuenta? —suelta una carcajada, luego me mira y con pasos lentos comienza a acercarse a mí —¿cómo sabes sobre mi pasado? 

—No importa, lo que importa es que fuiste valiente, no deberías avergonzarte Alexa, muy pocos hubieran salido vivos, tú saliste convertida en una líder —sus manos van a mi rostro estremeciéndome por completo —eres una guerrera que no se rindió




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