Amores que atan

Capítulo: 9

Lucas

Respiro hondo mirando sus ojos, no quería que se enterara de esta forma, no quería nunca que supiera y no sé que hace aquí en mi habitación, claro está que ver la ropa de mujer, no es lo que la ha hecho quitarse la venda de los ojos, estoy seguro de que Amelia tuvo que ver, la maldita me dijo que hoy se iría, debí echarla a patadas, pero no quería más problemas, ahora los tengo y peores porque no quería, ni quiero perder a Alexa. 

—¿Desde cuándo? —rompe el incómodo silencio que se ha formado, le duele, puedo verlo en sus ojos como también la conozco lo suficiente para saber que no va a perdonarme.

—Amelia no significa nada en mi vida, ni ella ni las otras

—Ni yo tampoco —eso no es cierto, pero no se lo digo —dime desde cuando Lucas? ¿Desde cuando me ves la cara de estúpida con ella? Creía que era mi amiga, ¿qué pasaba cuando estaba contigo? Ambos se reían de mí ¿cierto? No los juzgo, fui una estúpida —el odio está en cada palabra que dice

—Alexa

—Dime desde cuando estás con ella.

—Nos vemos a veces, cuando hay tiempo desde que hacemos negocios juntos —respondo rápido dando pasos hacia ella —pero no significa nada para mí.

—¿Por esa razón la trajiste a vivir contigo mientras yo estaba en coma? —intento tocar su rostro, pero me lo impide —No me toques Lucas, no volverás a tocarme mientras viva —me fulmina con la mirada y solo asiento

—Fue un error

—Error —ella ríe —error fue ayer estar contigo, hablar contigo y

—Me quieres —la miro —estás enamorada de mí, me dijiste eso Lexi

—Olvídalo

—Eso nunca —vuelvo a acercarme con cuidado —no olvidaré, pero seamos sinceros —miro sus ojos —me conoces desde hace años Alexa, sabes como soy, sabes que no cambio por nada ni por nadie, sabes que estaba con otras mujeres, aun así te enamoraste así que deja ahora de hacer drama por Amelia, no te pegan estas escenas de celos —sonrío tomando un mechón de su cabello.

—Ella tiene razón, no amas a nadie, solo a ti mismo

—Te equivocas, amo a Sophia —se aleja de mi más enfadada aún

—Ni siquiera a ella —ríe —necesitaste hacer una prueba de ADN para confirmar que era tu hija —me tenso, Amelia le contó eso, mataré a la perra.

—Sí, lo hice y ahora sé que es mi hija y la amo, ahora por favor, deja de hacerme drama, estoy cansado —le doy la espalda, sé que me estoy comportando como un canalla, pero no quiero que sepa lo mucho que me afecta todo esto, jamás daré a conocer mis sentimientos, estos solo hacen débil a uno y yo nunca seré débil.

—Quiero el divorcio —escucho la frase y la miro rápido, pensé que se había ido, pero sigue aquí cruzada de brazos diciendo esa estupidez —me iré hoy mismo de tu casa

—No irás a ningún lado y jamás, escúchame bien, jamás te daré el divorcio

—No puedes obligarme a estar aquí Lucas —sonríe, no, no puedo pero

—Bien —suspiro —puedes irte —señalo la puerta, eso no se lo esperaba, se nota por su cara —pero mi hija se queda

—Jamás dejaría a Sophia contigo

—Entonces quédate, una cosa es clara Alexa, para llevarte a mi hija de esta casa tendrás que matarme, si no estás dispuesta —mi sonrisa se amplía —seamos adultos, sigamos en paz, hasta podemos tener sexo de vez en cuando y

—Nunca volverás a tocarme —la forma en que lo dice me molesta —eso es un hecho Lucas y por cierto —esta vez ella sonríe —ya no tengo por qué serte fiel en este matrimonio —aprieto mis puños y voy hacia ella.

—Le meteré un tiro a cualquiera que te toque —mascullo cerca de su boca, ella no retrocede, no baja la mirada y no deja de sonreír

—Entonces esposo mío —roza mis labios al hablar —prepara muchas balas —añade para luego salir de la habitación, siento rabia, mucha, no dejaré que nadie la toque, golpeo con fuerza la pared, ella es mía, sigo pegando golpes a la pared con odio, los celos me quieren volver loco, de solo pensar en eso la sangre me hierve porque conozco a Alexa y sé lo que una mujer dolida es capaz de hacer, dejo de pegarle a la pared cuando las manos me duelen, al mirarlas tengo sangre en estas, pero sigo sintiendo la misma rabia, una pared no es suficiente, necesito más.

—Señor a donde iremos? —cuestiona Samuel que me sigue

—Prepara a los mejores, que no sean muchos —lo miro —vamos a recuperar algunos de los territorios que perdimos

—Pero señor

—Necesito matar Samuel y si no quieres que empiece contigo entonces apresúrate, también quiero que pronto me traigan al resto de los hombres que me dejaron y se fueron, eso te lo pedí hace mucho y me trajiste solo a dos —me acerco a él —esta noche los quiero a todos aquí, necesito golpear algo

—Está bien

—Algo más —digo cuando se iba rápido, me mira, yo me coloco unas gafas de sol —pon a alguien a vigilar a Alexa, quiero saber todos sus movimientos, cada cosa y a quien ve, todo Samuel.

—Como ordene señor —asiente y sale corriendo, yo saco mi arma y miro esta, Alexa, no me importaría matar a todos los hombres del planeta si se atreven a tocarte, quemaría todo, volvería la tierra un infierno y no, no me importaría.

★★★

Alexa

Estoy sumergida en mis pensamientos desde que salí de la habitación de Lucas, sus palabras me dolieron, su forma de "no me importa nada", quedó claro que para él significo lo mismo que las otras mujeres, nada, soy estúpida por pensar que cambiaría su forma de ser por mí, Lucas no es hombre de una sola mujer y me lo ha dejado más que claro.

—Debiste decirme —expreso cuando el auto se detiene, Halam me mira

—Eso intenté en el desayuno —alza una ceja, qué tonta soy! 

—Debo de ser el hazmerreír de todos en la casa, mientras estaba inconsciente, mi esposo se paseaba con mi amiga frente a todos, me han dejado como estúpida y sí, me siento como una —mascullo con rabia

—Si sirve de algo —él sonríe —nunca se paseó con ella por la casa




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.