Amores Que No Fueron

PRIMER AMOR

 Mi padre me pega un grito, porque ya era tarde para ir a la escuela. Soñoliento y sin ganas de ir me amarraba los zapatos !mis viejos zapatos¡ El frío era insoportable, pero tenía que ir o si no, mi padre me daría unos buenos correazos. Ja, ja, ja.

Era primer día de clases y ya cursábamos el tercero de primaria, por allá en los años ochenta. Cuando entre a la escuela ya estaba llena y nos empezaron formar en filas, para luego llamarnos a los cursos que nos tocaría. A mí me toco el tercero B, jornada de la mañana, entre al curso y fui a la última fila, mi lugar predilecto en la escuela y, mire como iban llegando más y más alumnos y de pronto entro ella, era una niña muy hermosa, pelo castaño Y unos hermosos ojos, se sentó en la primera fila y cuando entro el último alumno la profesora nos hizo hacer la presentación a cada uno. Alumno tras alumno nos fuimos presentando, hasta que llego el turno de ella, creo que todos los varones esperábamos a escuchar su nombre, se levantó y sonrió… creo que estaba nerviosa porque guardo silencio por un momento y luego dijo: me llamo Tania y desde ese momento su nombre se quedo grabado en mi pensamiento.

Pienso que en aquellos tiempos teníamos entre diez u once años, ella era mi primera ilusión, mi primer amor que no fue. Ahora tenía un motivo para ir a la escuela sin importar el frío ni tampoco gastarme lo poco que me daban para comprarle dulces . Nos hicimos amigos y pasamos un año riendo, jugando y hablando, pero nunca le dije nada de lo que sentía.

En una ocasión nos llevaron a un paseo de la escuela y teníamos que llevar cada uno la comida, caminamos por mucho tiempo hasta que llegamos a unos potreros muy grandes. Con unos amigos estábamos perdidos del grupo, la verdad tardamos mucho en encontrarlos. Llegamos y ahí estaba ella con su amiga.

Empezamos hacer dinámicas, juegos y llego el momento de almorzar. Ella se fue con su amiga, pienso que le daba pena que la miraran almorzar y uno enamorado sí que comete pendejadas, me le acercó y le ofrezco mi almuerzo; me quedo mirando, me sonrió y me dijo:_ no, si ya acabamos de almorzar ja, ja, ja hasta hoy me rio de ese momento.


Cuando terminamos el año nos despedimos y por un par de meses no la volví a ver, fueron unos meses muy largos para mí, hasta que llego el día de volver a la escuela. Tania estaba ahí tan hermosa como siempre, nos saludamos solo con la mirada.

Estaba ansioso de que nos tocara en el mismo curso, pero la suerte no estuvo de mi lado; a ella le toco la jornada de la tarde y a mí la de la mañana. Estuve triste, muy triste y así varios días. Paso el tiempo y ya no la volví a ver, hasta que hubo una reunión de todos los cursos; ese día cruzamos algunas palabras y jugamos un poco de basquetbol. Después de ese día ya no la volví a mirar, pienso que ese día me resigne a que ese sueño había terminado. Al año siguiente termine la escuela y ya no la volví a mirar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.