Después de varios años, por 1998 salia con amigos y en uno de esos días conocí a Ivon, era una persona dulce y delicada, fue la primera ilusiona a quien le dedique poemas, bueno, intentos de hacer poemas. La conocí cerca de mi barrio, en un lugar de baile, y lo primero que me gusto fueron sus ojos y su manera de hablar. Ella siempre andaba con un grupo de amigas, se decían llamar la mafia; hasta en la mafia estuve metido, ja, ja, ja. Muchas veces la llame por teléfono publico, en ocasiones hablábamos bastante, en otras muy poco; ya que había gente haciendo fila para hablar. Era una mujer que le gustaba mucho bailar y donde había un baile ahi estaba con sus amigas, si hasta en un pueblo cercano me la solía encontrar, disfrutando y gozándose la rumba. Solía bailar con ella merengues, vallenatos y uno que otro romántico. El sentimiento era mutuo, lo miraba en sus ojos y en su alegría cada vez que la llamaba. Todo iva bien con ella y lo único malo es que me llevaba bien con sus amigas, con las que recochaba y hablaba cuando no estaba ella.
El llevarme bien con sus amigas me llevó a tener algo con una de ellas, viniendo de un baile y con tragos en la cabeza nos besamos y la verdad pensé que todo quedaría ahi, pero Ivon se entero de todo, para eso están las amigas.
A ella no parecía importarle, me trataba con indiferencia, al fin y al cabo solo eramos amigos y por eso nunca hable con ella de lo sucedido.
Pasaron los días llenos de indiferencia, de no saber nada de ella, hasta que un sábado en la noche me la encontré, nos saludamos y me dijo que iva para una fiesta que allá estaban sus amigas. Le hable del tema y ella me dijo: ¿ por qué te metiste con ella? sobre todo con ella.
Guarde silencio, por un momento, y luego le dije que fue solo un beso, pero ella me dijo que solo podríamos ser amigovios, me dolió más que una cachetada.
Estuvimos en la fiesta, baile con ella, pero me helaba su indiferencia. Desde ese día todo se fue desvaneciendo, la magia de aquella ilusión se la iva llevando el tiempo; solo nos saludábamos y ya no volvimos hablar.
Hace unos años nos miramos en un centro comercial, pero solo nos saludamos con la mirada.