El primer día de clases siempre era así, llegar hablar de lo que se hizo en vacaciones, burlarse de todos los demás, escuchar a las chicas mas presumidas hablar de sus viajes, sabotear a los profesores que se arriesgaban a llegar a los salones y tratar de salir mas temprano para la casa; y ese año no iba a ser excepción, los gemelos Alejandro y Leonardo de la Espriella llegaron al exclusivo colegio Santa Clara donde habían estudiado toda su vida, arribaron en su automóvil ultimo modelo manejado por el mayor de ellos por dos minutos, Alejandro quien era el que siempre se metía en mas problemas.
Sus compañeros eran los mas presumidos hijos de políticos, empresarios, magistrados, abogados, comerciantes, en fin, las familias mas acaudaladas de la ciudad estudiaban en el colegio Santa Clara, y los de la Espriella pertenecían a una de ellas, su padre era un eminente político de la vieja guardia que se había anclado en el poder desde hacia muchísimos años, ellos, dos hijos de la nueva generación, criados por niñeras y sirvientas que al final solo hacían lo posible por tenerlos contentos sin impartirles mucha disciplina.
Sus novias estudiaban en su misma escuela, en su mismo curso, y eran hermanas, Sara y Sofía Campo Verde, de igual condición económica que ellos, no eran gemelas, pero si muy unidas, Alejandro se había ennoviado con Sofia desde que eran casi niños, Leonardo y Sofia lo habían hecho mas recientemente, aunque siempre fueron muy unidos, ahora eran inseparables a pesar que la mama de los gemelos no era muy partidaria de la relación.
El nuevo año trajo algunas sorpresas, la nueva directora de la escuela era la mama de una de sus compañeras Karla, la mas petulante de todas, por lo que se podía pronosticar un año bastante tedioso teniéndola de hija de la directora jactándose de su estatus, además de la directora, les cambiaron a varios profesores y tenían una nueva compañera, una niña muy bonita que se había ganado la beca escolar y con ello el cupo para culminar sus estudios secundarios en el prestigioso colegio Santa Clara.
Con estas novedades empezaron su nuevo año, se unieron a uno de sus colegas de travesura Mauricio y programaron una fiesta para darle la bienvenida al grado once.
La fiesta fue todo un éxito, excepto por un pequeño inconveniente en el que algunas chicas quisieron humillar a la chica nueva debido a que ella no era del mismo “circulo social”, sus novias la tomaron bajo sus alas y hasta allí llego el asunto; así eran sus novias y eso era precisamente lo que a la mama de los gemelos no le terminaba de encajar.
La cosa se complico unos días después cuando el esposo de la directora falleció, Karla y su prima no se presentaron a estudiar y los demás alumnos se enfrascaron en un debate de si debían acompañarlas o no, ya que Karla no era la mas sociable de las compañeras, lo que hizo reflexionar a varios sobre su comportamiento y la consecuencia que les traería no ser amables con los demás, al final solo unos pocos decidieron ir a darles las condolencias, por supuesto, los gemelos no se acercaron por allá, no por que no sintieran pena por lo que estaba pasando, si no por que realmente sus novias no estaban dispuestas a dejarlos ir, ellas no querían ir por que ser hipócritas no era parte de su forma de ser y ellos les obedecían, aparentemente.
Entre las bromas y ocurrencias que hacían los alumnos del Santa Clara se les ocurrió una que afecto mucho a dos de sus compañeros, no era la mas descabellada pero si una muy fuerte, apostaron por el noviazgo de Carlos José y Karen, claro, solo entre los chicos ya que las chicas siempre son mas susceptibles a este tipo de jugarretas, lo que los gemelos no sospechaban era que a sus novias también le estaban jugando una pequeña broma que no iba a ser nada apreciada.
Sara y Sofía llegaron un día al salón de clases, no había nadie, eran unas chicas bastante hermosas ambas altas y delgadas, de cabellera rubia y abundante, sus ojos marrón claro no era lo mas hermoso de su rostro, si no la espectacular sonrisa que ambas poseían, se parecían mucho, las diferenciaban las pecas que Sara tenía sobre su nariz y los dos centímetros mas que poseía Sofía, quien era la mayor de las dos por un año, estaban en el mismo curso debido a que Sofía había perdido un año escolar en la básica primaria y Sara se la había alcanzado en los estudios. Ambas se dirigieron a sus respectivos puestos, Sara encontró una nota