Amores Verdaderos: Te Encontré

CAPÍTULO 13

AYSEL

─ ¡Suéltame! ─ Grité. 

─ No, nunca. ─ Susurró una voz con malicia.

Grito aún más en cuanto siento sus manos en mi rostro.

─ ¡Suéltame! ¿Quién eres? ─ Me remuevo, pero sus manos no se quitan.  ─ ¡Suéltame! ─ ¿Dónde estoy? ¿Por qué no recuerdo este lugar? ─ ¡No me toques!

─ Tan rápido me olvidaste. Mmm ─ Responde con vos tristona. ─ Yo aún me acuerdo de ti.

─ ¿Quién eres? ─ Pregunto y entonces siento algo filoso en mi cuello.

─ Es una pena que no puedas recordarme. ─ Dice mientras traza una línea alrededor de mi cuello. ─ Porque yo si te recordé todo este tiempo.

─ ¡Suéltame! ─ Continuó tratando de soltarme, cuando logro observarla silueta de una mujer. ─ ¡Ayúdame por favor! ─ Grito y pido ayuda dirigiéndome hacia ella, quién deliberadamente ignora mis suplicas. Tan solo se limita a observarme.

El pánico inmunda todo mi cuerpo.

Tengo mucho miedo.

 

Despierto bañada en sudor. Mi respiración es bastante irregular y mientras trato de controlarla me levanto para verificar el lugar donde me encuentro.

Es mi habitación. Solo fue un sueño.

Solo un sueño Aysel.

Tranquila, respira.

Tengo la garganta seca y los brazos algo entumecidos.

Voy por un vaso con agua hacia una de las mesitas donde Lucero suele dejar un poco de agua todas las noches. Mi habitación aún se encuentra oscura, miro el reloj de la mesa. Aún no dan las cuatro de la mañana. Volver a dormir no es una opción. Me acerco hasta una de las ventanas y abro las cortinas ligeramente, luego abro las ventanas y una brisa ligera entra estremeciendo mi cuerpo.

Me pongo a llorar y mis lágrimas caen abundantemente. Desde lo que pasó con Andrew ha habido noches en las que no podido dormir bien. Me aterra pensar en que algo así pueda volver a pasar. Y es inevitable no pensar en la desesperación que sentí ese día.

Es solo un sueño. Solo fue eso.

[…]

─ Benjamín, pequeño.

─ Llegó el día. ¿Cuál es la sorpresa?

─ Debes esperar un momento. ─ Respondo con cariño y Benjamín solo puede observarme con mayor curiosidad y haciendo un pucherito. ─ No pongas esa carita. Debes ser paciente.

─ Vamos, debemos desayunar. ─ Responde apresurado.

Ambos bajamos por las escaleras tomados de las manos.

El comedor se encuentra vacío.

─ Vamos a ver a Lucero. ─ Propone Benjamín.

─ Está bien. ─ Y cambiamos la dirección de nuestros pasos hacia la cocina.

─ ¡¡Lucero!! ¡¡buenos días!! ─ grita Benjamín de emoción. ─ ¿Sandy?

─ Tranquilo pequeño, aquí estoy. ─ Responde Sandy y Benjamín se acerca rápidamente a Sandy.

─ Mi pequeña ¿cómo estás? ─ me pregunta Lucero.

─ Bastante bien. ─ Respondo alegre. ─ ¿Mis padres? ─ Pregunto.

─ Ya bajaran para desayunar.

─ Gracias Lucero. Benjamín, hermano, vamos.

En cuanto llegamos al comedor ambos nos sentamos y hablamos de varias cosas mientras esperamos que nuestros padres bajen.

─ ¡Mis pequeños! ¿Cómo amanecieron? ─ Dice papá y se acerca hacia nosotros.

─ ¡Papá! ─ Benjamín se levanta rápidamente.

─ Buen día papá. ─ Me acerco.

─ ¡Mi campeón! ¿Cómo dormiste?

─ Benjamín, hijo. ─ Mamá se acerca sonriente. ─ ¿Cómo estás cariño? ─ Mi sorpresa es grande, hace mucho que no veo a mamá sonreír y más aun mostrarse cariñosa con Benjamín.

─ Hija, ¿cómo estás? ─ Me saluda y no puedo evitar pensar que hoy realmente será un gran día.

El desayuno lo realizamos en total alegría y confianza. Como hace mucho no lo hacíamos, mi hermano se encuentra rebosante de alegría, en realidad todos estamos muy animados.  

─ Saldremos hoy papá, ¿no lo olvidaste verdad? ─ Le recuerdo después de que terminamos de desayunar.  

─ Claro que no pequeña. ¿A qué hora volverán?

─ No estaremos durante el almuerzo, tal vez regresemos a media tarde, o antes de cenar.

─ No hay problema hija, solo no olvides comunicarte. ─ Dice papá antes de darme un beso en la frente. ─ Adiós campeón. Pórtate bien. Obedece a tu hermana. ─ Le dice a mi hermano.

─ Caminen con cuidado. Cuídense. ─ Nos recomienda mamá mientras acaricia la cabeza de Benjamín.

Rápidamente tanto yo como Benjamín nos arreglamos para salir.

Mi hermano decidió llevar pantalón, camisa y zapatos y yo un vestido con algunas flores pequeñas ubicados solo en la parte de la cintura.




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