Amores Verdaderos: Te Encontré

CAPÍTULO 16

AYSEL

─ ¿Vamos a jugar?

─ No. No quiero.

─ Si te doy un chocolate ¿vendrías?

─ No. No quiero dejar a mamá sola.

─ Este bien, vendré otro día.

Observé como lo que parecía ser un niño se alejaba de mí. No podía ver la situación con claridad, todo simplemente se tornaba borroso. De repente todo el ambiente empezó a aclararse y pronto me di cuenta de que ya no estaba libre como antes. Estaba atada, y a mi alrededor veía el interior de una habitación repleta de comida enmohecida, en general el olor era fuerte y el ambiente se sentía muy cargado. Solo ingresaba luz por un pequeño espacio que al parecer daba al exterior. Estaba asustada, mi corazón palpitaba aceleradamente, traté de incorporarme, pero fui consciente de que mis tobillos también estaban amarrados. Tenía mucho miedo, a pesar de ello permanecí en silencio, fue entonces que se abrió la puerta y la figura de alguien resaltó. Dio dos pasos hacia mi y me sostuvo con fuerza de la mandíbula. Me miraba con un rostro carente de emociones. Sentía que en cualquier momento me pondría a llorar, el nudo en mi garganta crecía segundo a segundo y me dificultaba decir algo siquiera. Su mano continuaba sujetándome, llegando incluso a provocarme mucho dolor.

─ ¿No me recuerdas? ─ Fue lo que dijo.

Su voz tan fría y desconocida tensó todo mi cuerpo, en este punto, yo era incapaz de respirar bien. Pronto sentí la falta de aire, la desesperación provocó que tratara de inhalar y exhalar con fuerza, sin embargo, esa mano no me soltaba, al contrario, me sujetaba con mayor ímpetu.

 

Empecé a toser con fuerza, mi garganta se sentía seca y rasposa. Me erguí de la cama con rapidez y fui por un vaso con agua. Después de secar mis lagrimas verifiqué la hora. Aun era de madrugada.

Había tenido otra pesadilla.

Volví a la cama y me arropé como si fuera un bebé. Traté de no pensar en eso. Pronto tendría que pasar, sabía lo que me había pasado, pero no podía creer que había tenido tantas repercusiones.

Después de dar vueltas y vueltas en la cama y no llegar a tranquilizarme completamente decidí estudiar un poco. Y fue así como la hora pasó super rápido y pronto ya estaba delante de mis padres y hermano disfrutando del delicioso desayuno.

Ayer mamá por fin había conocido a Daniel. De forma parcial le había confirmado la relación que teníamos. Sin embargo, hasta el momento aún no había realizado ninguna pregunta al respecto.

Hoy no tenía clases así que no tenía que ir a la universidad, ayudé a Benjamín para que se preparara y después subí a la biblioteca. Hoy Daniel tenía varias clases y prácticas así que tendría un día bastante ocupado, por ende, tampoco podría acompañarlo, además, después de que el médico indicara que se estaba recuperando favorablemente, hoy podría reincorporarse a su trabajo.  

En conclusión, hoy no podríamos vernos. Tal vez podría ser mañana y quería terminar con mis deberes para ayudarlo.

Después de terminar con mis trabajos y mensajearme con mi querido enamorado llegó Benjamín. Almorzamos juntos y después avanzamos con sus deberes. En algún momento Benjamín quiso realizar un pastel para mamá. Daniel me había escrito y me había dicho que estaba avanzando con uno de sus proyectos y que en unas horas se prepararía para salir a trabajar. Después de responderle y desearle un buen inicio de trabajo empezamos a avanzar con el pastel.

Benjamín se divirtió bastante con todo el proceso de elaboración del pastel. Sandy también nos había estado ayudando. Lucero por otro lado se concentró en la preparación de la cena.

En cuanto ellos llegaron cenamos juntos. Mamá estaba mucho más animada estos últimos días y eso alegraba el ambiente de toda la casa.

Al finalizar papá y mamá propusieron que viéramos una película juntos.

 

DANIEL

Mamá había insistido en que me cuidara y tratara de no hacer mucho esfuerzo. Repitió en un montón de ocasiones las recomendaciones del médico. Tanto que terminé por recordar todo al pie de la letra. Óscar había decidido venir hasta mi casa. En cuanto llegamos al restaurant muchos compañeros y compañeras se acercan a saludarme y preguntar el motivo de mi tan larga ausencia.

Después de ubicarnos en nuestro lugar de siempre iniciamos con nuestra labor.

La noches había estado bastante tranquila, la cantidad de personas era bastante bajo así que prácticamente no realicé un trabajo excesivamente arduo. En los momentos en los podía despejarnos Óscar no dejaba de preguntarme y hablarme de Grace.

¿Qué puedo decir?

Sí somos amigos es porque compartimos muchas cosas en común.




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