ALA MAÑANA SIGUIENTE
El sol de la mañana apenas había comenzado a iluminar el Campamento Horizonte cuando Lucas recibió la noticia que nunca esperaba escuchar: su familia estaba en el campamento, y querían verlo de inmediato. Con el corazón latiendo con fuerza, se dirigió hacia la entrada, donde una atmósfera tensa ya se podía sentir en el aire.
Cuando llegó, vio a su madre, su padre y su hermano mayor, Javier, esperándolo. El rostro de su madre mostraba preocupación, mientras que su padre y Javier tenían expresiones severas. Lucas sintió un nudo en el estómago al recordar los conflictos que lo habían llevado a alejarse de ellos.
—Lucas —dijo su madre, dando un paso adelante—. Hemos venido a llevarte a casa.
Lucas miró a su alrededor, tratando de entender la situación. No podía imaginarse dejando el campamento, especialmente ahora, cuando finalmente sentía que estaba encontrando su camino.
—¿Por qué? Estoy bien aquí. Estoy tratando de cambiar, de mejorar —respondió, intentando mantener la calma.
Su padre lo miró con frialdad.
—Este campamento es una pérdida de tiempo. Tienes responsabilidades en casa. Javier tiene razón, estás escapando de tus deberes.
Lucas apretó los puños, sintiendo la rabia burbujear dentro de él. No era la primera vez que escuchaba esas palabras, y sabía que discutir no serviría de mucho.
—Papá, he estado trabajando duro aquí. Estoy tratando de ser una mejor persona. No quiero volver a la vida que tenía antes —dijo, con la voz temblorosa.
Javier dio un paso adelante, su mirada dura y amenazante.
—Sabemos lo que has estado haciendo aquí, Lucas. Y no vamos a permitir que te quedes más tiempo. Estás volviendo a casa, te guste o no.
Lucas sintió el peso de las amenazas de su hermano. Sabía que Javier siempre había sido dominante y controlaba gran parte de su vida. Pero ahora, con Marina y sus amigos en el campamento, sentía que tenía algo por lo que luchar.
—No voy a irme —dijo Lucas, con más firmeza de la que esperaba—. Este lugar me ha ayudado a cambiar, y no voy a dejar que me lleven de vuelta a esa vida.
Su padre dio un paso adelante, su rostro severo.
—Si no vienes por las buenas, lo harás por las malas. ¿Entendido?
Lucas sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral. Pero antes de que pudiera responder, una voz familiar interrumpió la tensa confrontación.
—¡Lucas! —era Marina, que corría hacia ellos junto con Sofía, Camila y Emma—. ¿Qué está pasando aquí?
Marina se situó al lado de Lucas, tomándole la mano en un gesto de apoyo. Sus amigos se alinearon detrás de ellos, formando una barrera de solidaridad.
—¿Quiénes son ellos? —preguntó Sofía, mirando a la familia de Lucas con desconfianza.
—Mi familia —respondió Lucas, con un suspiro—. Quieren que vuelva a casa.
Marina miró a los padres de Lucas, notando la tensión y la hostilidad en sus rostros.
—Lucas ha estado haciendo grandes progresos aquí. No creo que sea justo llevárselo así —dijo, con una firmeza que sorprendió a todos.
Javier dio un paso adelante, mirando a Marina con desdén.
—No tienes idea de lo que estás hablando, niña. Lucas nos pertenece. Y si no se va con nosotros, habrá consecuencias.
Lucas sintió una oleada de determinación. No podía permitir que su familia intimidara a Marina y a sus amigos.
—No me iré. Estoy mejorando, estoy encontrando mi camino. Y no voy a dejar que me lo arrebaten —dijo, con una voz firme.
Su padre lo miró con una mezcla de ira y frustración.
—Si te quedas, Lucas, no cuentes con nosotros para nada. Estarás solo.
Lucas respiró hondo, sintiendo el peso de la decisión que estaba tomando.
—No estoy solo —respondió, mirando a Marina y a sus amigos—. Tengo personas aquí que me apoyan y creen en mí. Y eso es más de lo que he tenido en mucho tiempo.
Su madre parecía estar a punto de decir algo, pero su padre la detuvo con un gesto. Sin decir una palabra más, se dieron la vuelta y se marcharon, dejando a Lucas con una mezcla de alivio y tristeza.
Marina lo abrazó, sintiendo el temblor en su cuerpo.
—Lo hiciste muy bien, Lucas. Estamos aquí para ti, pase lo que pase —dijo suavemente.
Lucas asintió, sintiendo las lágrimas arder en sus ojos. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero con Marina y sus amigos a su lado, sentía que finalmente podría enfrentar su pasado y construir un futuro mejor.