Ana Eternal

Capitulo 7: Memorias

Cuando volví a abrir mis ojos, ya no me encontraba en el mismo lugar, pues ahora estaba en un extraño dormitorio blanco, muy grande y brillante, su brillo encandilaba mis ojos al punto que me impedía ver, hasta que mis ojos se habituaron al lugar.

Me di cuenta que me tenían sentada en una silla como de oficina, pero tenía mis manos y pies atados. Empecé a agitarme, no sabía si era por miedo o enojo de no saber quién me había hecho esto y que quería de mí.

Serán del gobierno pensé, o tal vez el de la peluquería querría más dinero y me secuestro? Quizás Jor.. Jordi, o quizás no es él, solo alguien parecido que me habría pillado siguiendolo, o alguien de su seguridad. Quizás era algún mafioso. Y esa mujer que fue a mi casa, ella me trajo aquí, de alguna manera me adormeció.

De pronto la única puerta de la habitación se abrió. Y allí estaba, la misma joven de cabello azul. Quién rayos era?

—Vaya, vaya, vaya pero miren quien despertó, la bella durmiente. Se acercaba con unos pasos aeróbicos como si estuviera en muy buena forma, llegó hasta la mitad de la habitación donde se detuvo, e inmediatamente apareció alguien más por detrás; un joven de mediana estatura, pelo castaño oscuro peinado hacia un lado, tes blanca, cuerpo y cara delgada.

—Ya Lizbet, puedes ser más respetuosa, recuerda todo lo que pasó, ella no está bien, puede estar muy consternada aún.

A la joven de cabello azul, pereció no gustarle el comentario del joven.

—No lo sé, tengo mis dudas, como puede ser que no me recuerde? Y si está fingiendo? Yo tendría más cuidado, podría estar trabajando para los descarriados.

—Ya Lizbet, ni te atrevas a nombrar eso aquí, además es una de los nuestros, siempre lo fue.

La joven siguió inmutable en su posición y solo dejó salir una especie de gruñido quejoso.

—Po favor Lizbet, dejá de gruñir, cualquier día creeré que se ha metido un lobo por tu culpa. Una joven acaba de entrar y parecía hacerle una broma a la chica de pelo azul. Pues la que acababa de entrar era una joven de un aspecto igual de peculiar: ojos color púrpura y cabello rosado, cuerpo esbelto y tez morena clara. Nariz pequeña; y una gran sonrisa llena de dientes la distinguía. Pues realmente si la joven de pelo azul era llamativa, esta con su pelo rosado y ojos púrpura le hacía competencia.

—Además, podrían dejar de ser tan ansiosos y esperar a que lleguen todos?. La joven les echo una mirada fulminante.

—No me incluyas en esto Milon, Lizbet es quien estaba aquí cuando llegué y estaba hostigando a Ana, ya me parece que con lo que hizo anteriormente debería controlarse más.

—Oye, yo tomo decisiones debido a las circunstancias, no me parecía buena idea la de ustedes, y tal parece tenía razón. El joven rascó su cabeza y no parecía nada contento con la respuesta de la joven.

—No, no Lizbet, no está bien tu proceder y no trates de justificarte, siempre actuamos en grupo y respetando el plan estipulado, además no sabemos aún si Ana está bien.

La joven de cabello azul soltó un gran suspiro y habló.

—Si claro Tuop y mira todo lo que pasó por seguir esos planes, te parece bien acaso?.

El joven parecía un poco amedrentado por la joven llamada Lizbet, quien mantenía sus ojos clavados en el joven.

—Ya Lizbet, deja de intimidar a Toup con tu mirada, sabes lo que le produce.

De pronto alguien más traspaso la puerta. Y era otro joven de aspecto estrafalario, un poco tosco y robusto quizás; de hombros anchos, cara ancha, nariz gruesa y aplastada; ojos totalmente negros como la noche. Su aspecto era intimidante y más al hablar.

 

—Que rayos sucede aquí, puedo oír su pequeña disputa desde el pasillo, y ya les advertí que me esperen cuando vayan a discutir, saben que me encanta. Mientras decía eso, el joven frotaba sus manos y al fin soltó una carcajada que inundó toda la habitación, con un tono grueso y ronco a la vez, que parecía elevarse una tono más al final.

I

 

nmediatamente algo cambio mi estado, ahora me sentía sumamente relajada, casi feliz, pues una especie de cántico pareció gobernar mi mente y dejarla en un estado armonioso. Cuando al tiempo me di cuenta que esa melodía llevaba un mensaje y volviendo a la realidad pude notar que otra joven se incorporaba a la habitación, la cual estaba hablando.

—Compañeros por favor, sean razonables con Ana, ya solucionaremos todo, ahora lo más importante es ella.

Soltando un quejido Lizbet añadió.

—No sé si siempre tienes razón Ukom o simplemente nos dominas con tu voz mágica al igual que a todos los seres de este mundo. Claro, ahora entendía a que se debía tal cambio en mi mente, la joven que había entrado al parecer lo hacía con su voz, Y es que no solo su voz era armoniosa, su imagen reflejaba lo mismo. Pues de cuerpo delgado pero muy delicado y elegante. Pelo y ojos color blanco; parecía ver la nieve en su rostro. Labios pequeños y carnosos de un color rosa claro y nariz pequeña. Así debía de verse un ángel pensé.

Pero lo más importante estaba por suceder, y es que mientras observaba a los cinco jóvenes de apariencias tan peculiares pero divinicas, me percaté que alguien había permanecido parado en la puerta y me observaba inmobil. Cuando pude fijar mi vista en su figura pude descubrir de quién se trataba, y es que no me lo creía. De golpe, mis manos empezaron a temblar como nunca antes, mi corazón se aceleró de manera descontrolada, mi mente ya no razonaba. Lagrimas abuntandes empezaron a rodar sobre mi cara. Entré en un shock de incredulidad. Después de un rato y cuando estuve devuelta en condiciones de pensar, seguía con la duda de no saber si era un sueño, o era real. Una mezcla de sentimientos confusos se me agolparon en el pecho. Creía que iba a desmayarme. Pues ese último joven que había ingresado, y que mantenía su mirada fijamente en mí: era él, mi gran amor, Jordi.




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