Capítulo 12

El director había abandonado la oficina dejándome completamente a la espera, no obstante, a los dos minutos la vicerrectora llegó al lugar donde me encontraba ahora mismo, nos quedamos viendo fijamente, comenzó a ser un poco incomodo, después de todo era la primera vez que nos veíamos cara a cara.

—Tu debes ser Anahí… ¿Verdad?

—Eh… si— Agaché un poco la cabeza —Mucho gusto y perdóneme las molestias.

—Tranquila, no es algo fuera de lo común.

—Entiendo…— Me senté en un sillón de la oficina —……— Mantuve el silencio con una impotencia que se reflejaba en mi rostro.

—……— Observa fijamente —No me gusta esa mirada.

—¿Eh? — Observé confundida.

—¿Sabes porque te encerraron aquí en primer lugar?

—Pues… parece que hay gente extraña que está interesada en mí.

—Resumiendo es eso…— Suspira —Mi esposo me lo contó rápidamente a través del celular— Toma asiento —Si esa gente está aquí por ti, podemos hacernos una idea del por qué.

—Mi habilidad ¿No es así?

—Es bueno que lo entiendas— Se relaja en el sillón —Esta claro que lo que quieren es acercarse a ti, sabían que los descubriríamos rápidamente atreves de las cámaras de seguridad, por lo que rápidamente imposibilitaron una y tomaron a uno de los chicos concursantes como su rehén, ¿Entiendes lo que significa?

—Creo que me puedo hacer una vaga idea de eso… supongo.

—Quieren ahora mismo formar un alboroto, es lo que buscan, para seguramente así entre la multitud tener la facilidad de secuestrarte, después de todo, tu habilidad es muy extravagante, incluso el gobierno iría tras de ti si se enterasen.

Un gran silenció inundó la oficina, no quería decir nada al respecto, sin embargo, no pude evitar que mis sentimientos tomasen prioridad en la conversación.

—¿Sabe algo?, siempre me lo e preguntado, aparte de la razón que me dijo el director cuando era niña, esa de que les prometió a mis padres adoptivos mantenerme a salvo, ¿Hay alguna otra razón?

—¿Insinúas que el haberse compadecido de ti por la petición de tus padres no es suficiente razón?

—No trato de hacer que suene así de mal, sin embargo, con todo esto me doy cuenta de una cosa…— Observo el tejado —Quizás yo sea el único trozo de oro brillando en un inmenso rio lleno de rocas.

—¿Te sientes especial?

—No… más bien… maldita.

—……— Observa sorprendida.

—¿Qué tiene de bueno ser la última pieza que los humanos pueden cotizar?, ¿Qué tiene de bueno ser la última cebra de una manada de leones hambrientos? — Mis manos tiemblan ligeramente —Me siento ahora más que antes… cazada, estoy en la punta de mira de un lujurioso cazador— Observé a la vicerrectora —¿Qué tiene de bueno eso?, solo es una maldición que no me deja disfrutar del mundo…

—……— Sonríe —Me alegra saber que tienes los pies en la tierra, ahora entiendo porque solo reprimes tu frustración y esperas sentada a que todo termine.

—……— Uní mis manos temblorosas —Es difícil… ya que por culpa mía… aquel amigo que tanto tiempo me tomó hacer… está en peligro, ¿Por qué? — Mi voz suena débil —Hace un tiempo no era nadie… desde que nací hasta que llegué a este colegio durante muchos años… no era nadie, y aunque era doloroso, no me sentía así… ¿Por qué de repente pasé de ser una roca sin valor alguno, a ser un diamante en bruto?, no quiero esto… solo quiero vivir una vida normal.

¿Una roca sin valor, puede volverse importante?

No…

—Siempre lo fuiste…

—……— Pequeñas lagrimas ruedan por mi mejilla

—Simplemente… mi esposo no quiso ver como eras devorada por el mundo cuando este mismo en algún momento reconociera lo brillante que eres, él quería… verte vivir esa vida normal aquí, algo… que él nunca pudo hacer.

—Yo… agradezco su amabilidad— Sonreí limpiándome las lágrimas —Aun así… creo que solo les he traído problemas con esto…

—Puede que lo veas así… sin embargo.

Interrumpí.

—Si tan solo… nunca hubiera exis-

En eso la vicerrectora se levantó rápidamente y me tapó la boca, observándome con unos ojos llenos de enojo.

—Ni se te ocurra decir algo así ¿Ok? — Retira su mano lentamente.

—Pero…

—¿Qué tiene de malo que hayas nacido?, ¿Qué tiene de malo que hayas visto la luz del mundo?, se que ahora mismo estas pasando por cosas malas y no ves nada positivo de esto, ¿Pero acaso nunca has podido sonreír o reír por algo que te gustaba?, ¿De verdad nunca disfrutaste nada?

—Yo…

—La vida no se trata de si mereces haber nacido o no, estas aquí, tu existes y eres fuerte  por haber enfrentado de lleno la crueldad del mundo— Observa fijamente mientras toma la mano temblorosa de Anahí —Lucha, sigue luchando hasta que el mundo te valore… sé que ahora mismo te sientes como una pieza que todo el mundo quiere tocar y quizás sea así por mucho tiempo, incluso ahora mismo sientes que lo mejor es esconder tu brillo en lo más profundo de una montaña, pero… mientras sigas luchando y te juntes con las personas correctas, esa pieza de oro que todo el mundo quiere tener, puede volverse intocable, habrá gente que quiera robar el oro exhibido en un museo, pero incluso esas piezas de alto valor tienen personas que las protegen porque conocen la importancia de ello, esas personas... conocen quien es la chica llamada Anahí.

—……— Observé sorprendida con lágrimas que no paraban de salir.

—Sigue haciendo amigos, sigue luchando a tu manera y veras como algún día, la luz que siempre quisiste ver se comenzará a reflejar ante ti— Sonríe —Mi esposo tiene sus motivos para ayudarte… lo sé porque estuve presente el día que tus padres con la cara topando el suelo le rogaron que te proteja, lo sé mejor que nadie, por eso… confía en los que queremos protegerte, confía un poco mas en ti, eres una mujer increíble capaz de mucho, no estás haciendo nada mal, simplemente ahora mismo eres alguien al cual debemos proteger, pero cuando ya seas lo suficientemente madura y fuerte, ten por seguro que junto a tus amigos, saldrás adelante— Se sienta a su lado —Así pasa con todos los humanos, incluso nos pasó a mi esposo y a mí, es… el ciclo de esta dura vida.