Anahí

Capítulo 13

Después de ciertos minutos conseguí calmar mi llanto y tomar un poco de aire fresco, sin embargo, las emociones no se detenían ya que, en ese preciso momento un sonido extremadamente fuerte resonó en todo el colegio, supuse lo peor y con el miedo a flor de piel decidí instintivamente correr hacia el computador del director para ver las cámaras de seguridad al igual que la vicerrectora Alisa.

—No puede ser— Dije sin poder creer lo que estaba viendo —La sala de espera de los alumnos… fue destruida.

Mis ojos no se despejaban de la pantalla y mi mirada de terror iba aumentando cada vez más cuando pude observar que entre los escombros se encontraban múltiples cuerpos, unos completamente cubiertos donde apenas se les podía visualizar ciertas extremidades, y otros donde se podía observar como sus rostros estaban cubiertos de sangre mientras se mantenían completamente inconscientes.

Lo primero en lo que pensé fue en mi maestra Mónica quien había salido de aquí corriendo desesperadamente en busca de Damián a la sala de espera.

—D-debo… ¡¡Debo ir!! — Di media vuelta y me dispuse a salir de la oficina.

—¡¡Espera!! — Alisa sujeta fuertemente la mano de Anahí —No permitiré que abandones la oficina.

—¡¡Suélteme, por favor!!, ¡¡Debo ir!!, ¡¡Debo ir!!

—¡¡No entres en pánico!!, ¡¡¿Acaso no ves que posiblemente es lo que el enemigo quiere?!!, ¡¡Intenta calmarte, mi esposo está ahí!!

—¡¡Por favor!! — Forcejeé todo lo que pude —¡Por… favor! — Pequeñas lágrimas rodaban mi mejilla —Suélteme… debo ir…

—Por favor… no hagas lo que el enemigo quiere.

Muy probablemente es lo que ellos quieren que haga, como puede que no… sinceramente era muy confuso todo. No podía evitar pensar en que si me hubieran querido secuestrar ya lo hubieran hecho en el momento que tuve el primer contacto con aquel hombre encapuchado, quizás estaba en lo correcto, como puede que no… sin embargo, lo único cierto en todo esto es que mi desesperación y mi angustia aumentaba cada vez más. La imagen de mi maestra muerta debido a esa explosión se me venia a la mente, mi cuerpo no podía dejar de temblar, mis piernas no podían dejar de forcejear por muy débil que me sintiera debido a la impotencia del momento, no obstante… sin importar si era lo correcto o no, debía ir, debía… reunirme con ella.

“Lo estuve pensando y después de este evento no tendrás mucho que hacer, así que estaba pensando en ir a pasarla bien al cine, tal como lo habíamos dicho”

Para poder cumplir mis deseos… debía romper las reglas y seguir el camino que posiblemente estaba destinado para mí.  

—Iré…

—No te dejaré…

—……— Observé fijamente con mis lágrimas completamente secas —¡No dejaré morir a mi madre ni a mis amigos, sin importar que quieran de mí, ellos son más importantes que mi propia vida! — Apliqué fuerza y conseguí soltarme.

Abrí la puerta y salí finalmente de la oficina rápidamente.

—¡¡Anahí no!! — Corrió tras Anahí.

Ya no importaba mi vida, al fin y al cabo, no vale nada, ahora mismo solo quiero proteger lo que es realmente importante, lo que hace latir mi corazón, lo que me hace… ser lo que soy ahora mismo.

Una vez fuera de la edificación donde se encontraba la oficina del director, me dispuse a ir hacia donde se encontraba aquella sala de espera, pero mientras corría por el patio del colegio, de la nada… apareció nuevamente frente a mí.

 

Aquel hombre con capucha.

 

Me detuve instintivamente y un pequeño temor por lo que me pueda pasar comenzó a surgir, sin embargo, intenté mantenerme bajo control de mis emociones y mostrarme firme ante él.

En eso… aquel hombre con capucha negra decidió retirársela y enseñarme de pleno su rostro. Rápidamente me fijé en su apariencia, no me había equivocado cuando dije que era un aciano con barba blanca, sus ojos eran plomos, su cabello era abundante, muy descuidado, pero bastante canoso, además de eso su mirada era cansada, tenía ojeras y una expresión muy seria, me daba escalofrió de tan solo observarlo. Su cuerpo pese a estar cubierto de una bata negra, se podía ver que era alguien bastante delgado, sin embargo, mantenía una postura firme que intimidaba a cualquiera.

—¿Qué quieres? — Pregunté seriamente.

—……— Sonríe espeluznantemente.

—……— Tragué saliva —¿Por qué solo me observas sin decir nada?

—……

—No lo entiendo…— Apreté el puño —Si no quieres nada de mi… ¿Por qué lastimas lo que es importante para mí? — Observé furiosa —¡¡¿Qué demonios quieres hijo de perra?!!

—……— Observa seriamente —Yo…— Le señala con el dedo —Quiero que veas… que estas del lado equivocado…

—¿Del lado equivocado?

—Naciste al otro lado del mar… te estuve buscando… para que vuelvas a casa.

—¿Qué?

—Si te quedas aquí… tarde o temprano sufrirás, te arrepentirás… de depositar tu confianza en este lugar.

—……— Observé enojada —¿Qué sabes tu?

—Se todo… de lo que te engloba a ti.

—¡¡Tu ni siquiera me conoces, no sabes cómo me siento y nunca sabrás lo que este lugar me ofreció!!, ¡¡¿Volver a casa?!!, ¡¡¿Eres familia?!!, ¡¡Si lo eres entonces ¿Por qué nunca viniste a buscarme cuando más te necesité?, ¿Dónde estabas cuando unos desconocidos decidieron adoptarme y ofrecerme su calor?, ¿Cómo terminé ahí?!!

—……— Observa fijamente con seriedad.

—¿Por qué?... ¡¡¿Por qué demonios me abandonaron?!!, ¡¡¿Por qué?!!

—Pronto… sabrás la verdad, de momento… conoce el camino que por tu cuenta decidiste estar— Lo dice con un tono serio de voz —Adiós.

—No te iras a ningún lado— Dije con total enojo —¡Paralízate!

—……— Observa fijamente a Anahí.

—Si te capturo aquí… se habrá acabado.

—……— Sonríe —Si te enfocas en mi… morirás al igual que esa mujer a la que llamas madre.



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En el texto hay: estudiantes, magia, muertes y drama

Editado: 04.07.2023

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