Anahí

Capítulo 15

Mi nombre es Damián, tengo 18 años y ahora mismo me encuentro en la enfermería del colegio con lesiones graves que quizás demoren en sanar por completo. Fui atacado por un individuo el cual me arrinconó por varios segundos, luego de eso soltó una sonrisa escalofriante para después despertarme en medio de varios escombros.

Todo mi cuerpo dolía mucho, sentía que iba a morir, mi desesperación aumentaba y el miedo de que nadie me rescate se hizo mayor, empecé a gritar, empecé a llorar de la desesperación, hasta que alguien me hizo ver la luz del sol. Fue extraño, ya que una vez sentí que mi vida ya no corría peligro, simplemente me desmayé. Tuve un sueño que aun recuerdo, me encontraba controlando a personas en un sitio lleno de oscuridad, estas no tenían rostro alguno, pero me miraban con lágrimas rojas, no tenían boca, no podían hablar, pero se acercaban a mi cada vez más, no tenían ojos, pero podía sentir sus penetrantes miradas, no me estaban gritando, pero sus temblorosos cuerpos me decían algo.

 

“Es tu culpa”

 

Era lo que sentía constantemente, uno de ellos me sujetó del cuello, cada vez con más fuerza, el aire que sentía era casi nulo, quería huir, pero a su vez, sentía que no debía escapar, después de todo… “Era mi culpa”. Cuando desperté nuevamente tuve una ligera sensación de que algo malo ocurrió por mi culpa, seguramente ese sujeto me controló, usó mi cuerpo… no… dejé que me usará, pude haberlo evitado, pero el miedo me paralizó.

 

“Es tu culpa, es tu culpa, es tu culpa… ¡¡Tu culpa!!”

 

Lo sé muy bien, es mi culpa, yo… soy el único culpable de lo que haya ocurrido, yo… lo sient-

—No tienes que decir nada… tampoco hace falta que sepas nada, simplemente ten en cuenta… que estoy muy feliz… gracias por seguir vivo.

 

Fue como ver, la luz que entra por la ventana en el amanecer.

 

Ver su rostro sonriente con lágrimas sinceras, hizo que de alguna forma dejara de escuchar esas voces culpándome de lo ocurrido. Nadie antes me había demostrado tal preocupación, por primera vez en mi vida, sentía que valía la pena estar vivo, aunque bueno… en realidad ese sentimiento ya lo había sentido antes, aquella vez… cuando sentía que moriría en soledad.

6 años atrás…

—¡Señorito Damián! ¡¿Qué fue lo que le ocurrió?!... — Cuestiona Cinthya con preocupación —Está muy mal herido, parece que tiene rota la nariz…— Se gira rápidamente —Enseguida le digo a sus padres lo ocurrido.

—¡No!

—……— Se detiene inmediatamente —Pero…— Gira a verlo.

—Ellos… están ocupados, no tienen que preocuparse por alguien como yo… además, los chicos que me golpearon eran niños de empresarios importantes, no quiero que mi padre agarre una mala imagen.

—……— Observa preocupada —Entonces… — Le toma de la mano —Le curaré yo misma.

Cinthya es una de las sirvientas nuevas de la casa, esta a cargo de recibirme y de cocinarme mis tres comidas diarias, ella es bastante mayor a mí, tiene 19 años y por lo que me enteré, suplicó el trabajo debido a que su madre esta enferma.

Ahora mismo me llevó a mi habitación junto con un botiquín de primeros auxilios, me atendió muy bien y detuvo el ligero sangrado que tenía, además de eso desinfectó mis heridas y las vendó.

—Listo, eso debería bastar, el sangrado ya se detuvo, solo no haga movimientos bruscos y recuerde descansar— Sonríe alegremente.

—Gracias…— Desvié la mirada —Ahora vete.

—Eh… si, si— Se levanta rápidamente —Como ordene.

—……— Me acosté en la cama.

Era una chica extraña, no entiendo el motivo, ¿Por qué es tan atenta conmigo?, desde que fue contratada simplemente no deja de tratarme como si fuese una persona normal, ¿Acaso no se da cuenta de la importancia que tiene tratar conmigo?, fue lo que pasaba por mi cabeza, incluso me decía a mí mismo, “Seguramente es una de esas idiotas que piensa que la vida es fácil si le agradas al pequeño de una casa importante”.

Mis pensamientos eran una tormenta muy grande, solo veía nubes negras… ¿Cuántos segundos pasaron ya?, no lo entiendo, me duele el pecho, pero lo que si sé… es que la habitación… está igual de fría como siempre, bueno, ya es normal, incluso… en un día importante como hoy, las cosas nunca cambiaran.  

—Por cierto— Dijo Cinthya mientras se detenía en el filo de la puerta.

—¿Ahora qué? — Cuestioné con fastidio.

—Feliz cumpleaños #12 joven Damián— Sonríe —Felicidades por cumplir un año mas de vida, espero los siga cumpliendo por muchísimo mas tiempo.

—……— Un pequeño dolor se intensificó en mi pecho.

—No sé si se lo han dicho aun sus padres ya que no han vuelto a casa en todo el día, pero en todo caso les enviaré un mensaje para recodarles de este día tan especial.

—No… hace falta…— Dije manteniéndome acostado dándole la espalda —No les digas nada.

—Oh, entiendo— Sonríe —En ese caso, descanse, mañana le espera un largo día.

—Si…— Sonreí sutilmente lleno de lágrimas.

 

¿Qué fue ese sentimiento?, ¿Por qué estoy llorando?, acaso… ¿Estoy feliz?

 

Tras Cinthya irse de la habitación, continué llorando en silencio con una sonrisa tonta en mi cara. No sé a que hora me quedé dormido, solo sé que esa noche, fue especial.

Al día siguiente era mi día libre, me desperté muy tarde ya que me había quedado dormido, sin embargo, no me importaba, después de todo nadie iba a estar ahí esperándome, seguramente, nadie le importaría si algún día desapareciese… estaba solo, muriendo en soledad.

—Supongo que iré a desayunar…— Me dije a mi mismo mientras veía el techo.

Al salir de la habitación, me llevé un tremendo susto.



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En el texto hay: estudiantes, magia, muertes y drama

Editado: 04.07.2023

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