Capítulo 18

Esa misma mañana decidí dejar completamente el colegio en el cual había pasado más de 5 años, no me despedí de mi maestra, tampoco volví a hablar con Damián, mucho menos con Luna ya que desde aquel incidente no volvió al colegio. En parte estaba un poco perdida en mí, es decir, “¿Qué se supone que debía hacer?”, huir por siempre no era una opción, de cierta manera debía demostrar mi inocencia, pero cada que lo pensaba, sentía que era imposible, después de todo estoy bajo la afilada mira del gobierno y de un grupo criminal del cual no conozco absolutamente nada.

—Supongo que solo queda esa ciudad…

Así es… la ciudad en la cual crecí, viví y asesiné a tres personas, hoy decidí volver permanentemente…

A “Zumila”, la ciudad más pobre del país.

—Me pregunto cómo estará mi casa, ya hace varios días que no voy eh…— Sonreí pensando en el pasado —Seria bueno que mi maestra volviera a estar metida en la tina— Reí un poco estando de pie en la parada de bus —Supongo que esos días… muy difícilmente volverán...

Siempre pensé que mi vida era una completa desgracia, pero viendo en retrospectiva, hubo momentos que… quizás… no fueron tan malos después de todo.

El bus había llegado y me dirigí al terminal de la ciudad de Campel para de ahí tomar el bus que me llevaría a Zumila, “suerte que tenía algo de dinero”, me dije mientras sonreía sutilmente al comprar el boleto, sin embargo, comenzaba a notar algo extraño y es que la gente estaba comenzando a alarmarse, queriendo subirse rápido a los buses que los llevarían a sus destinos, me era extraño, pero no lo tomé muy en cuenta a la final, así que procedí a subirme al bus y me senté en los asientos del último.

En el transcurso del viaje sentía que me estaba perdiendo de algo, tenía un mal presentimiento, quizás sea porque soy ahora mismo una fugitiva, pero de igual manera era extraño que me sintiera así. Pasaron los minutos y el oficial del bus encendió la televisión debido a que estaban transmitiendo en vivo un arresto, cuando lo vi, me paralicé.

—¿Director? — Susurré.

El director del colegio con mayor prestigio del mundo… estaba siendo arrestado por 3 de los miembros del gobierno, se lo veía muy mal herido, como si lo hubieran golpeado.

—……— Observé en shock.

Rápidamente leí las letras que aparecían en pantalla, donde decía, “Arrestado por presunto encubrimiento criminal”, cosa que me dejó petrificada al completo, simplemente era algo que no me lo podía creer.

—¿Cómo fue que sucedió esto?, ¿Por qué? .... por mi culpa… sus vidas… por mi culpa— Susurré repetidas veces con un peso de culpa increíblemente grande —Lo siento…— Uní mis manos temblorosas —De verdad… lo siento demasiado.

Me planteaba seriamente regresar, golpear a todos esos malnacidos, pero algo dentro de mi me decía, “No mires atrás, no regreses, sigue adelante”, era doloroso, cerré mis ojos con fuerza y desvié la mirada del televisor.

—No puedo soportar esto… no puedo…

Rápidamente pensé que el gobierno había mentido con respecto al día de mi arresto, era obvio que no se iban a quedar de brazos cruzados, era obvio que irían a por mi y al no encontrarme… era obvio que recurrirían a la violencia… era tan obvio, tan… tan… pero tan obvio… que nunca se me pasó por la mente y me fui sin mirar atrás.

—Lo siento mucho…

En eso, el bus frenó repentinamente. Mi corazón latía rápidamente, el miedo se apoderaba de mí, vi por la ventana y me di cuenta que había un operativo policial, comenzaron a hablar con el oficial, cosa que no pintaba muy bien.

—Mierda…— Dije en voz baja —No faltaba mucho para llegar a Zumila… ¿Debería huir?, no… no creo poder correr a tiempo…— Dije observando aterrorizada —Hay… dos miembros del gobierno aquí…— Tragué saliva —¿Cómo demonios supieron que tomaría este bus?

El tiempo avanzaba, la conversación progresó y uno de los oficiales de los policías subió al bus mientras que los otros dos miembros del gobierno esperaban afuera.

—Buenas a todos los pasajeros, disculpen las molestias, no queremos interrumpir el viaje, solo haremos una inspección rápida en busca de una fugitiva muy peligrosa, representa un peligro para la sociedad.

La gente comenzó a entrar en pánico, pero de inmediato intervino el oficial.

—No hace falta que se alarmen, la situación está controlada, si no se encuentra en este autobús reanudaremos la marcha de este medio de transporte, será rápido, así que, por favor, colaboren y manténganse serenos, muchas gracias.

Una vez terminado su discurso, entré en pánico, mi corazón palpitaba a mil por hora.

—Debo calmarme…— Susurré —Respira Anahí… respira— Me dije a mi misma obligándome a respirar profundo.

Pese a que tenia una parada de ropa normal debido a que en todos estos días que estuve en el colegio estuve utilizando ropa proporcionada por la vicerrectora, aun así, no podía estar tranquila, soy una chica muy particular en mi apariencia, mi cabello es de un color negro muy intenso a la altura de mis hombros, mi piel es bastante clara y mis ojos verdes hace que se me sea muy fácil de reconocer, además de eso no soy tan alta, ¿Cuánto mido?, ¿1.67 será?

—Sin duda alguna… me reconocerá…— Dije con una mirada perdida.

El policía iba lentamente haciendo preguntas de asiento en asiento, ver como avanzaba me desesperaba, cada vez se acercaba más y mi corazón estaba en la punta de mi garganta.

—“Tengo miedo… tengo miedo… tengo miedo…”— Pensé temblorosa

—Buenas señorita, ¿Me permitiría hacerle unas preguntas?

—¿Eh?... oh si… claro— Respondí nerviosa.

—Muchas gracias, primeramente ¿Cuál es su nombre?

—“¿No me reconoció?” — Me cuestioné —Eh… Melisa… Melisa Sallow.

—Melisa Sallow… listo… ¿Me permitiría ver una identificación?

—Eh… lo siento…— Dije con una sonrisa temblorosa —No salí con mi documentación… no salí a hacer ningún trámite importante… como entenderá… en estos tiempos… la delincuencia está demasiado fuerte, me da miedo perder mi pertenencia sin motivo alguno.