Anastasia y el mundo de él

Capítulo 16

    Al día siguiente me levanto "igual que siempre", hago las mismas tonterías de cada mañana y salgo para ir al liceo. Al llegar a la esquina me sorprende no ver a Ema, tal vez Nora le dijo que se quede para aprontar sus cosas.

     De todos modos lo espero un rato, aunque al ver que no llega me voy sola.

    En clases, como es de esperar, tampoco está, quiero preguntarle a Matías, pero como las cosas aún están mal con él no me hago drama, mejor evitar un problema.

    Keith aún sigue sin aparecer, no sé qué le pasó, a pesar de que estoy molesta, también estoy preocupada. Por lo tanto decido preguntarle a la adscripta.

    —Buenas tardes adscripta, disculpe que la moleste, pero hay un compañero que hace días no asiste a clases y quería saber si usted sabe algo.

    —¿Qué compañero?

    —Keith, no sé el apellido, estaba en mi salón.

    —Déjame ver —Ella va a su escritorio y de las pilas de papeles saca la lista de mi salón y la revisa—. Ah, sí, ya sé de quién hablas, él pidió un traslado, se ha cambiado de liceo.

    —Ah ta... —Se me seca la boca por unos segundos, aunque no sé por qué— Muchas gracias, disculpe la molestia —Le hago un gesto de agradecimiento y me marcho.

    Genial, ahora no podré saber de qué hablaba, al menos me alegro de que esté bien.

    El resto del día es muy aburrido, es raro estar sola, siempre está Ema a mi lado, hoy ni Elissa está en el liceo. Ya ni me acuerdo de qué hacía antes para no aburrirme, casi ni puedo recordar mi vida sin Ema.

    Al acabar debería ir a casa, a comer y descansar un poco, sin embargo, no lo hago, voy directo al cementerio, esperando que allí no haya nadie.

    Mi hermana y mi tía normalmente salen temprano a desayunar, luego se lamentan por horas en algún centro comercial, pensando que podrían estar haciendo esas compras con mi madre allí. Más tarde almuerzan y finalmente pasan horas eligiendo flores, cerca del atardecer llegar al cementerio y se quedan lamentándose hasta la noche.

    Miro los grandes arcos que determinan la entrada al cementerio, es el más hermoso de la ciudad, aquí es donde entierran a la mayoría de los famosos que tenemos. Ese es el motivo por el cual mi tía pagó fortunas, en extorsiones, para que enterraran aquí a mis padres, incluso quería hacerles un nicho, sin embargo, Laura y Juana se negaron, consiguiendo que no lo haga.

    Las estatuas que hay son muy hermosas, muchas son ángeles desparramados junto a los caminos de piedra que hay entra las lápidas, sin embargo, también hay otras estatuas, algunas son los bustos de quienes están enterrados. Hay una que es un busto tallado contra la pared de la tumba y por encima del busto sobresale un ángel, que se ve triste. También hay una lápida, cúbica, sobre la que hay un ángel llorando, hay otra que es un niño con un regalo en manos y una corona.

    Otra, que se ve muy triste, es la de una mujer acostada sobre su ataúd y un hombre a su lado mirándola. Siento curiosidad por saber quiénes eran, aunque también me da miedo, temo que mi corazón se rompa al saber que era una pareja que se amaba mucho y que la muerte fue tan cruel como para separarlos.

    Esos son sólo algunos de los monumentos que le demuestran a la muerta lo mucho que lamentamos el daño que hace al pasar por nuestras vidas, sé que hay muchos más y conociendo a la gente de aquí, seguro que hay más ingeniosos. Sin embargo, estoy segura de que también hay más tristes, por consiguiente luego de ver a la pareja bajo la cabeza y sigo sin mirar hasta donde descansa mi madre.

    Sorprendentemente en la tumba de ella hay un ramo, en cambio en la de Daniel no hay nada, lo cual no es normal, todos los que van lo hacen por ambos y por lo tanto le dejan flores a los dos.

    Me arrodillo frente a la tumba de mi madre y tomo el ramo, mientras las levanto creo que son de plástico, sin embargo, al tocarlas noto que no es así, son reales. Lo que me llevó a creer eso, es el hecho de que son de varios colores, cada pétalo es de un color distinto del arcoíris, incluso si uno sigue el orden de apertura puede ver como siguen el mismo orden; primero violeta, luego azul, celeste, verde, amarillo, naranja y finalmente rojo, luego vuelve a empezar.

    Es precioso cuando quedan zonas en las que casi todos los pétalos son amarillos, azules y verdes, es como el antes y el después, lo mismo pasa con el celeste, violeta y rojo, o con el rojo, amarillo y naranja, es preciosa. Parecen rosas y huelen parecido a los jazmines, son las flores más hermosas que he visto en mi vida, en realidad son las únicas hermosas y además huelen de maravilla.

    El ramo tiene una nota, la tomo y la leo

    "Siempre serás mi más grande amor, acá o allá."

    ¿Quién le puede haber escrito eso? ¿Sería mi padre? ¿Tendría otro admirador secreto? No lo creo, bueno, a estas alturas ya nada me sorprendería de mi madre.




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