Anastasia y el mundo de él

Capítulo 27

    Siento una voz que me llama y una mano que me mece suavemente, hasta que ese suave movimiento se convierte en una fuerte punzada de dolor que recorre todo mi cuerpo. No puedo evitar soltar un grito.

    —Oh, perdóname, sólo quería avisarte que los chicos ya vienen para acá ¿Quieres que te arregle un poco?

    —¿Tan mal me veo? —Hago una mueca.

    —No, sólo muy pálida.

    —No quiero maquillaje, cuanto mucho peinarme.

    Ella se ríe, intenta ayudar a que me siente, no lo consigo, el dolor otra vez me detiene.

    —Ayúdame, quiero ver qué tengo en el vientre.

    —No puedes, tienes vendas, cuando venga la enfermera a cambiártelas podrás ver cuánto quieras.

    Bufo, e intento protestar, no obstante, no encuentro ninguna justificación para que me deje verla.

    No sé cuánto tiempo paso pensando la excusa, sólo sé que de repente entra Gonza con un enorme ramo de rosas de bruja en la mano.

    Adoro el delicioso aroma que largan esas flores y también la sonrisa traviesa de quien las lleva.

    —Hola cuñaditas ¿Cómo te sientes Nasty?

    —Bien, sólo me duele si respiro —ríe, por suerte logro contenerme.

    —Entonces no pasa nada, sólo debes dejar de hacerlo y listo.

    —Córrete del camino —Ema entra empujando a su hermano, me mira un segundo y luego desvía la mirada.

    —Ema, no seas grosero —Nora y Zavier entran tras él—, estás muy malhumorado últimamente.

    —Como para no, yo estaría peor si tú estuvieras en el lugar de Nasty —Zavier besa la sien de su mujer y luego me sonríe—. Es bueno verte conciente.

    —Sí, es muy bueno, te traje un regalo —Santis es el último en entrar y trae otro ramo de flores—. El de mi hermanito no es de él, ese te lo manda el señor que las vende.

    —Es que el nos lleva flores todas las semanas y se preocupó porque Cara no estaba, así que le conté lo que te pasó, en ese momento apareció Ema y lo reconoció, así que te dejó las flores porque asegura que ayudan a recuperarse y que te encantan. Según él esas flores casi que hacen todo lo que necesites, aunque eso es un secreto —Me guiña un ojo.

    —Son realmente muy buenas, no sólo como decoración, sí te hace muy bien —Cara toma una flor y la huele—, por eso le compro una docena todas las semanas.

    —A mí me hacen recordar a la navidad en casa—Nora se ríe—, sin embargo, no me gusta su nombre.

    —Sí, a todos aquí nos recuerda a la navidad —Gonza parece aburrido.

    —¿Por qué? —Cara parece molesta, no ve lo obvio, o lo que para nosotros es obvio.

    —Porque en casa los jazmines florecen a mitad de Noviembre, entonces las venden esa época, las huelesen cada esquina y tienda, en navidad casi que las regalan —Santi parece muy orgulloso de saber algo que su novia no sabe— y creo que sobra decir que estas flores huelen muy parecido a los jazmines.

    —Yo amo esas flores, me recuerdan a mi madrina.

    —A nosotros nos recuerdan a casa —Santi sonríe a medías y huele las flores, parece extrañar mucho su hogar.

    —Entonces vuelve y así no tendrás que extrañarlo más —Nora le sonríe a su hijo tratando de convencerlo.

    —Sigue probando má.

    Todos se ríen, menos Nora, parece afectarle el no conseguir que su hijo vuelva.

    —Mejor, es divertido ser hijo único.

    —Nunca serás hijo único, no te daremos ese privilegio, ninguno de nosotros lo fue así que tu mucho menos enano insoportable.

    —No soy un enano insoportable —Ema se tira sobre Santi y se ponen a forcejear entre ellos.

    —Niños, compórtense o los castigare —Ema se aparta violentamente de su hermano, sin embargo, este le sigue pegando de todos modos.

    —Lero, lero, a mí no me puede castigar, lero, le...

    Nora no deja terminar a su hijo mayor, lo agarra de la oreja y lo saca de la habitación. Todos nos reímos de él, ni siquiera yo puedo evitarlo a pesar del dolor.

    —Pero mamá... por favor suéltame —Gonza se acerca a la puerta y la abre para que podamos oír cómo sigue la conversación, todos hacen un gran esfuerzo evitando reír para oír lo que dicen.

    —Cállate niño irrespetuoso ¿Cómo es eso que ya no puedo castigarte?

    —Era broma mamá, sólo quería pelear a Ema.

    —Deja a tu hermano en paz que ya tiene bastantes nervios con que Nasty esté internada.

    Gonza cierra la puerta tras eso y sonríe con malicia.




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