Anastasia y el mundo de él

Capítulo 36

    Al llegar a la puerta entro directamente, sin dudas me dejé llevar por las costumbres y por el mal momento que estoy intentando sobrellevar, sin embargo, en cuanto entro noto mi error, Ema y Nora están discutiendo en la cocina, por lo poco que consigo captar desde la sala, el centro de la discusión tiene algo que ver conmigo.

    Me acerco para tratar de escuchar, sin embargo, cuando consigo acercarme a la puerta, ésta se abre, dejando al descubierto mi ilegal ubicación y frente a mí a una Nora muy molesta.

    —Yo... —Genial ¿ahora qué digo? No hay nada que justifique que haya entrado sin permiso, en otra situación tal vez hasta sería muy chistoso.

    En cambio, además de haber entrado sin permiso, me puse a chusmear y eso es algo mucho peor.

     —Justo contigo queríamos hablar —Nora sonríe, no porque está feliz de verme, sino porque al parecer mi presencia allí le da un arma para ganar la discusión.

    Entro a la cocina, no me atrevo a mirar a ninguno a los ojos, me siento muy avergonzada.

    —Como sabrás te he estado observando mientras entrenas —Nora parece más mi profesora que mi suegra— y he notado tu gran evolución —suspira frustrada—, los muchachos me han insistido desde que volvimos con que debemos darte otra oportunidad para que vayas de casería.

    » Zavier les prometió que te dejaríamos ir a la siguiente casería que tengamos y bueno —Hace un gesto de frustración—, mañana a la noche tenemos una, si quieres ir debes prometernos que harás todo lo que nosotros te digamos y no te expondrás a menos que sea estrictamente necesario.

    —Sí, estoy totalmente de acuerdo, me portaré bien y les aseguro que no seré una carga.

    —No —Ema interviene, está muy molesto—, ella no irá y menos ahora que estamos a unos días de su cumpleaños ¿Quieres que esté nuevamente inconsciente? O peor ¿Qué esta vez la maten? Yo no quiero eso y no estaré de acuerdo en nada relacionado con eso.

    —Ema, es una caza segura, llevamos años tras esta bruja, siempre le seguimos el paso y en esta época desaparece totalmente, no ataca a más nadie, no hace más nada por una semana, estoy segura de que si la atrapamos ahora todo saldrá bien, no pondremos a Nasty en peligro otra vez sin estar seguros, además es eso o que vaya a la siguiente misión contigo y con Mati, tú decides.

    —Ninguna, tiene que entrenar más, aún no está lista, le falta mucho por aprender.

    —¿Irán tú y Matías a una misión solos?

    —Sí, queremos que aprendan a luchar ellos solos, no sabemos por cuánto tiempo más estaremos Zavier y yo, o los padres de Matías, hay cosas que no se pueden aprender con palabras, sólo se pueden aprender en el campo de batalla y con más razón aún ahora que él no quiere que tú seas su compañera de caza.

    —Entonces es más seguro que vaya este fin de semana con ustedes tras esa bruja —Ahora sí miro a Ema, trato de parecer lo más convincente posible—, confía en tu madre, confía en mis habilidades, sé que no he sido una cazadora toda mi vida como tú, pero me entrenó el mejor, bueno los mejores.

    —No, no quiero, no creo que estés preparada —suspira, se nota que está preocupado, todo su cuerpo esta tenso a pesar de que su postura sea relajada—. Al parecer aunque ya hayas pasado por esto, aún no estás totalmente consciente del peligro que todo esto implica.

    —Si no me ibas a dejar participar ¿Para qué seguiste entrenándome todo este tiempo?

    —Porque... —Hace una pausa, se nota que está intentando encontrar las palabras justas y controlarse, sin embargo, no lo logra— Porque aunque no participes es bueno que estés preparada para cualquier cosa que pueda pasar, no es malo que te sepas defender.

    —Pero... —Intento protestar, no sé con qué argumento, estoy enojada y eso hace que mi cerebro funcione a mil, lástima que eso no implique que sea a las mil maravillas... rápido no implica bien.

    —¡La última vez casi mueres! —No sé qué me sorprende más, que me interrumpa o lo que dice.

    Después de gritar esas palabras se va, al salir cierra la puerta de un portazo que hace temblar toda la cocina, intento seguirlo, no obstante, Nora me detiene.

    —Espera, déjalo que respire un poco —Se sienta y suspira, se ve triste aunque aún está molesta por la discusión—. A cambiado tanto desde la muerte de Yves, antes era un niño tierno y rodeado de muchos amigos, desde que él murió no deja que nadie entre en su vida —Sus ojos se posan en los míos y se ve claramente la preocupación que ha sentido por su hijo en estos últimos seis años. Además me parece ver un poco de culpa pero estoy segura de que no puede ser, al fin y al cabo ella no tiene la culpa de la muerte de su hijo—. Tú eres a la primera persona que ha permitido que entre en su vida.




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