—Habla —Es lo único que consigo decir, sin embargo, noto mi voz cargada de dolor y rechazo.
Ella se da vuelta y me mira con sus preciosos ojos grises, veo el dolor y la angustia en ellos, pero lo que más resalta es el amor que me tiene y que siempre me tuvo.
—Es mucho lo que debo contarte, así que por favor siéntate —Me siento en el sillón, mientras ella se queda dónde está, como si fuera un perro y tuviera miedo de que me muerda—, lo primero que tienes que saber es que no te abandoné, siempre estuve a tu lado, no como me habría gustado, pero allí estuve.
» Descubrí que era bruja poco antes de cumplir los catorce, en ese entonces mamá vivía saliendo por las noches y estaba muy paranoica de a dónde te llevaba, tu madre estaba igual. Harta de tantas idas y vueltas, les exigí saber la verdad, ellas me contaron que veníamos de una familia de brujas, que yo lo sería al cumplir los quince, al igual que tú y Selena llegado el momento. Me contaron que tú eres la primera hija de una bruja y un brujo, eso te vuelve un ser casi divino y por lo mismo muy deseado por las brujas rojas y muy peligrosa para los cazadores.
» También me dijeron que una roja había tenido la visión de que en nuestra familia nacería la bruja más poderosa de todos los tiempos, por ello intentaba reclutarte y si tenía que matar a todos los que te rodean para conseguirlo, no iba a tener ningún tipo de problema al hacerlo. Pero lo que la bruja no sabía era tu edad, por eso la contacté, le dije que era tú y que haría todo lo que ella me pidiera si me prometía no hacerles daño. A cambio ella pidió que sea su aprendiz luego de cumplir los quince años.
—¿Te sacrificaste por mí? —Extrañamente mi voz suena cargada de reproches— ¿Abandonaste todo lo que eras y tenías por mí? Además no pediste mi opinión —Quiero decirle algo más, el problema es que no se me ocurre qué.
—Lo volvería a hacer —Su voz suena firme, segura—. No habías cumplido los siete años aún, no ibas a entender la magnitud de todo esto, ni siquiera yo lo hacía —Su mirada se ensombrece.
—Viviste un infierno por mi culpa, con una mujer que lo único que quería era que fueras mala para... ¿Qué?
—Para que algún día acabe con todas las brujas buenas y los cazadores, se suponía que mis poderes serían suficientes para conseguirlo con facilidad. También se supone que tantos poderes me volvería muy inestable, eso sumado con su mala influencia debería pasarme al lado oscuro en un toque, aunque no pudo, no al menos en lo más profundo de mi alma —Cierra los ojos, aun así el dolor en su voz me taladra los oídos; extiendo la mano para reconfortarla, el problema es que está muy lejos, así que vuelvo a bajar la mano—. Un día me di cuenta de que iba a traicionarme, ella creía que ya había cedido totalmente ante el mal, por eso creyó que no me importaría lo que hiciera.
»Obviamente no era así, intente detenerla, aunque de cualquier modo llegué tarde, no pude salvar a tu madre, aunque sin lugar a dudas al menos la vengué y recuperé sus poderes. Ella rompió un juramento de sangre así que el castigo era la muerte, por ello, cuando reclamé su paga, explotó, hice una burbuja que me protegía del fuego y otra para ti y Elissa, no obstante, algo salió mal, por eso terminé mal herida, estuve meses recuperándome.
» Cuando lo conseguí al fin era libre de buscarte y hacer lo que quería, así que hablé con Tere y le pedí su trabajo, le dije que le daría el sueldo entero si me lo daba, al principio no le gustó mucho, luego aceptó y así fue como terminé trabajando en casa de Mónica.
—¿Por qué no me dijiste quien eras? ¿Por qué me dejaste sufrir tu perdida y además tener que vivir con ella? Tú sabias todo lo que pasaba, veías que me hacia la vida imposible, que no le importaba en lo más mínimo, me veías ir cada año a llorarte al cementerio ¿Laura sabe la verdad o también la dejaste sufrir por lo que paso?
—No podía ¿Qué pasaba si aparecía después de tantos años? No podía volver así como así y pedir tu custodia porque no me la iban a dar, primero apenas era mayor de edad, segundo no tenía un trabajo estable, de hecho el que tenía era sustituyendo a la empleada de mi tía, quien nos echaría apenas se enterara, menos tenía una casa para que vivieras tranquila. Ningún juez me dejaría siquiera acercarme a ti, primero tenía que conseguir estabilidad, un trabajo bien remunerado, retomar los estudios, eso siempre les gusta. No sé, hice todo lo posible para hoy estar lo bastante estable para que tú seas feliz y ellos me permitan que vivas conmigo.
Se queda unos segundos en silencio, no la cuestionó porque la conozco lo suficiente para saber cuándo está teniendo una batalla interna... pese a la cantidad de años aún sé qué pasa por su mente y eso que se fue cuando era muy pequeña.