Anastasia y el mundo de ella

Beso Verdadero

   Suspiro al acercarme nuevamente a la cama. Normalmente mis pacientes no están aquí más de un mes, ni siquiera los más graves que he recibido.

    Siempre lamenté no tener el poder de curar, aun así con el tiempo descubrí que puedo redirigir la energía del cuerpo para que se cure con mayor rapidez y además con más eficiencia.

    También puedo ver el pasado de la gente o eso creí hasta que esta pareja llegó. Lo único que vi en la mente de él fue oscuridad, al principio pensé que era un mago que me estaba bloqueando, ahora, que ya han pasado tres meses he descubierto que en realidad no recuerda nada.

    Despertó en una casa que se estaba incendiando y sobre él había una jovencita inconsciente, la cual tenía toda la espalda gravemente dañada por el fuego.

    Aún me sorprende muchísimo que a pesar de no saber nada de ella la sacara de allí, la cargó por más de veinte cuadras y encontró mi hospital clandestino, del cual únicamente tienen conocimiento las brujas.

    Ella lleva todo este tiempo inconsciente, sus heridas no sanan y su energía mágica está casi al límite, cada vez que vengo a verla temo que esa energía se haya extinguido y que pierda sus poderes o su vida, por suerte aún no ha pasado.

    —Debes dejarla —Ya estoy molesta, vengo dos veces al día, le cambio las vendas, limpio sus heridas y redirijo su energía para que se centre en curarse y no en lo que sea que se está concentrando—. No sirve de nada que estés aquí, no haces nada por ella más que tomarle la mano. Ya no tengo morfina para darle, pasas veinticuatro horas del día viéndola como sufre cada vez que respira o que sopla el viento.

    — ¿Qué? —El chico me mira alarmado, casi al borde del pánico, no puedo evitar suspirar.

    —Lo que has escuchado, deberías salir, buscar tu vida, o al menos consigue dinero para que, como mínimo, pueda pasarle algún calmante. Ese tipo de drogas son muy vigiladas en el hospital —En el cual robo todo lo que uso para curar a mis pacientes.

    —No puedo dejarla aquí sola, no sé qué pasó, lo que sí sé es que me salvó la vida y se lo debo.

    —¡Entonces evita su dolor! —Sí, algunas veces suelo ser algo pasional, debo respirar varias veces para calmarme— He llegado a la conclusión de que ella te está curando o intentándolo, por eso no sana, porque se pone a limite diariamente para sanarte.

    Ante mi conclusión él reacciona alejándose de ella y soltando su mano, cosa que en los últimos tres meses ha hecho en contadas ocasiones.

    — ¿Entonces es mi culpa que aún no haya mejorado? —Me muerdo el labio al ver su dolor, por lo que me ablando un poco y en lugar de afirmar me encojo de hombros— Aun no consigo entender bien cómo funciona eso de las brujas... de todos modos haré todo lo que pueda para ayudar ¿Sabes algo de mi vida antes del accidente? —Niego rápidamente y él suspira.

    —Tienes tu billetera ¿Verdad? —Afirma— Entonces revísala, si eres lo que creo que eres, entonces debes tener mucha plata en algún lugar. Vamos a mi oficina, allí están todas las cosas con las que llegaron.

    —De acuerdo, ve que ya te alcanzo —Un poco molesta hago lo que me pide, aunque no me voy muy lejos, de hecho, me escondo tras una cortina, la curiosidad me supera, siempre—. Debo irme ¿Si? —Su tono se vuelve más meloso cuando le habla a ella, como si tratándola con más cuidado y cariño fuera a hacer que despierte— Te daré espacio para que te mejores y conseguiré medicinas, así al menos no sufrirás tanto —Me asomo apenas un poco, en el momento justo debo decir, para ver cómo él acerca sus labios a la frente de ella y la besa con una ternura tan infinita que hasta me da envidia—. Te prometo que estaré aquí cuando despiertes.

    Tras pronunciar su promesa vuelve a besar la frente de la chica inconsciente, esta vez además cierra los ojos. Al abrirlos ella hace lo mismo.

    Mi madre siempre decía que un beso de amor verdadero podía romper con toda la magia, la verdad, me gustaría creer que es eso, sin embargo, sé que eso no es posible, él no sabe quién es, mucho menos quien es ella, o todo lo que puedan haber vivido juntos, por eso no puede ser un beso de amor verdadero.

    No sé cuál es la explicación de lo que ha sucedido, sólo sé que ahora ambos están sonriendo como bobos, aunque en él se puede ver el vacío de todo lo que no recuerda.




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