Anastasia y el mundo de ella

Capítulo 07

    Tengo que pasar por casa para buscar unas cosas y luego entrenar un rato antes de ir de caza con Ema, o sola, como sea que decida él.

    —Llegué —Me encanta llegar y gritar que soy yo quien atraviesa la puerta y no un ladrón experto en abrir cerraduras, especialmente porque mi tía siempre me recibe con un fuerte abrazo, aunque hoy no tengo esa suerte— ¿Todo bien?

     —No —Se ve alterada y preocupada—, acabo de colgar con tu novio ¿Dónde estabas? ¿No ibas a ir a su casa?

    —Ah, perdón —Aparto la mirada avergonzada, estoy tan acostumbrada a que a nadie le importe a dónde voy que me cuesta cambiar de costumbre—, Selena me pidió que fuera a verla lo antes posible y que fuera sola, por eso debe haber llamado Ema, para ver qué pasó con ella y por qué tanto misterio.

    —¿Qué pasó con Selena? —Ahora se ve menos enojada, aunque está más preocupada.

    —Nada, sólo quería contarme algo, pero todo está bien.

    —De acuerdo, pero que no vuelva a pasar —Me mira feo, como si así dejara mayor constancia de que debo portarme bien y recordar avisarle de cualquier cambio de planes—. Ahora debo terminar lo que hacía, creo que debes llamar a tu novio.

    Afirmo y voy hasta el teléfono, antes de que termine de sonar el primer pitido Ema ya contestó, se oye preocupado.

    —Hola, Soldadita ¿Todo bien?

    —Sí, Panterita, tranquilo, está todo más que bien, Sele sólo quería contarme unas cosas de chicas —No puedo evitar soltar una risita tonta al recordar lo sucedido— ¿Tú? ¿Todo bien? ¿Ya estás listo para la cacería de esta noche?

    —No pienso discutir eso por teléfono ¿Vendrás ahora para aquí?

    —En unos minutos, hablamos cuando llegue, te quiero, chau.

    —También te quiero, chau.

     Luego de ir a mi cuarto y aprontar mi mochila con las cosas que voy a llevar, busco a mi tía, cuando ve mi mochila vuelve a mirarme feo.

    —¿A dónde vas con esa mochila?

    —A lo de Ema, te dije que hoy iríamos de caza.

    —Nunca dijiste que te fueras a quedar, no, no te quedarás allí en la noche.

    —Pero llegamos tardísimo.

    —No me importa, te quiero aquí de regreso, tú tienes tu casa, debes volver aquí al terminar.

    —Hola —Mi madrina asoma su rostro por el umbral de la puerta, deja de sonreír al notar el ambiente tan tenso— ¿Qué pasa aquí ahora?

    —Que tu ahijada quiere quedarse a dormir con su novio.

    —¡Eso no es cierto! Vamos de cacería, llegamos muy tarde y en casa de Ema hay tres habitaciones vacías.

    Quiero agregar que además vamos solos y no quiero molestar a mis suegros para que me traigan a esa hora, sin embargo, me callo, estoy segura que Laura no me dejará ir sin supervisión de algún adulto.

     —Es muy tarde para que vengas sola —El tono conciliador de mi madrina es muy evidente, mira a su madre para callarla antes de que siga hablando— y no es correcto que los moleste para que la traigan cuando hasta ahora se ha quedado allí sin que nadie se queje —Me mira y sonríe—. Si quieres puedo pasar por ti y te quedas conmigo, mañana te traigo de regreso ¿Les parece a ambas? —Afirmamos, aunque ninguna está muy feliz de aceptar— Bien, vamos que te llevo y así puedo hablar con tus suegros.

     Generalmente nos movemos en auto, no es que la casa de Ema esté lejos de la de mi tía, sin embargo, usualmente luego de dejarme mi madrina se va a su casa, la cual está un poco más lejos, al parecer hoy volverá a casa de su madre, lastima, amo cada vez que puedo subirme a su auto.

    —¿Quieres que te venga a buscar en la madrugada o prefieres quedarte con Ema?

    Me detengo en seco y la miro sorprendida ¿Realmente me está preguntando si quiero mentirle a su madre?

    —¿No estaría mal que le mintiéramos a Laura respecto de dónde estoy?

    —Por supuesto que estaría mal, aun así, podemos hacerlo, sé que llegaras tardísimo de cazar, tal vez quieras ir directo a la cama, en vez de llamarme y esperar a que llegue.

    —¿Cómo sabes que voy a llegar tan tarde?

    —No es raro que las brujas salgan con los cazadores —Mira en otra dirección, ocultándome su rostro casi en su mayoría— y ese tipo de relaciones lleva a que una se meta en su mundo, voy más seguido de caza de lo que te puedes imaginar.

    Me detengo en seco y miro a mi madrina.

    —¿Caíste por un cazador?

    Mi voz suena casi como de reproche, tal vez sea totalmente así.

    —Sí, al igual que tú ya había caído por él antes de recibir mis poderes —Separo los labios para exigirle que me cuente la historia, sí, como si tuviera derecho—, es un relato que por ahora es mejor que no sepas, confía en mí, cuando sea tiempo lo sabrás bien.




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