Dos

Podría ser descrito cómo un príncipe...

Querido Diario

Hoy tuve un sueño extrañamente raro, él estaba ahí, pero también estaba enfrente mío. ¿Quiero conocerlo? Luces, cámara, acción! Ahí mismo me encontraba yo junto a él, alado, cerca de él, tan cerca de darnos un beso porque la escena era esa. Tan pronto daría mi primer beso. La escena era como Romeo y Julieta, me sostenía los hombros, su rostro cerca del mío, mirándome fijamente con amor en sus ojos. Era falso, claro, pero él me estaba comenzando a sentir sentimientos reales, ¿acaso es posible estar tan perdida por una persona en tan poco tiempo?

Mis manos temblaban, en cuanto más se acercaba. Las cámaras estaban grabando, se acercaban hacia nosotros, él no quitaba su mirada profunda de mí, yo en cambio estaba nerviosa y por supuesto creo que era muy obvio. Tomó mi mano, lo que hizo que mi corazón latiera a 4 años luz por hora. Sé perfectamente que exagero, pero así mismo me sentía, tenía miedo a que no saliera bien la toma.

No me arrepiento si la escena se volviera a repetir una vez más, podría estar ahora sí. TODO el día grabando una escena tan simple. El ambiente en vez de tornarse romántico, más bien parecía paranoico, aquella mirada me estaba mirando intensamente desde que comenzó la escena. Era ella, Nalia, pero ¿por qué?

–Listo, eso es todo. Tomen un descanso para la siguiente escena.– Eso fue lo último que dijo el director, y enseguida su fría mano me soltó con furia. Era como si le diera asco.

Un descanso –dije en mi mente, estaba triste, esto es solo porque ya no había más clases para el sábado. A pesar de tener un rostro con un amor tan profundo en mí, era actuación, solo eso. Nunca más volteó a mirarme, pero a ella la miraba con mucho cariño, no era amor, solo un cariño de amigos, ella al igual respondía con la misma sonrisa que él.

Después del pequeño y largo descanso, tomamos la siguiente toma. Era una en donde el beso finalizaba mientras alguien a lo lejos miraba, ahí justo en ese momento fue cuando me di cuenta que ella solo estaba practicando para su toma, no era que le molestaba que estuviera cerca de él, solo buscaba encontrar las expresiones faciales perfectas.

–¡Escena 2!– gritó el director.

Escuché a lo lejos un pequeño llanto, era ella en el suelo llorando como si estuviera perdiendo el amor de su vida. Una actuación perfecta, la miré fijamente antes de tomar su cuello de él, lo miré atentamente antes de al fin poder besarlo. Sin remordimiento, mientras que una persona sufría, yo era bendecida, eso era lo único que pensé. No se apartó de mí, duramos unos minutos antes de que cortaran la escena.

–Eso es todo, chicos, vayan a casa, lo hicieron bien.– Dijo el director, para luego todos comenzarán a aplaudir. Cada quien tomó sus cosas y se fue retirando del lugar, fue rápido pensé. No lo soltaba del cuello aún. Lo quiero para mí, pensé. Esto está mal, es lo único que venía a mi mente. Él me miraba fijamente con ojos fríos, no parecía tener emoción, solo estaba esperando a que yo lo soltara.

–Tiene novia– Soltó a decir Nalia.

Reacciono mi mente, sin embargo mi cuerpo aún seguía plasmado. Me encontraba en shock.

–Suéltame ya, también tengo que ir a casa. El hambre me mata.– Solo unas simples palabras hicieron que mi corazón latiera tanto. Por primera vez me hablaba.

–No crees que eres un poco exagerada, tu expresión lo es. Ya salimos de escena, no es necesario que estemos así, de acuerdo.–

–Lo… lo siento…– Eso es lo único que dije antes de que mis cachetes se pusieran rojos como tomates, me fui corriendo a los baños, estaba temblando y sudando terrible. Justo cuando escuché que alguien entró al baño, me quedé en silencio hasta en mis pensamientos.

–Desprecio tanto a esa chica, es horrible actuando, si no fuera porque Gaku, ella estaría fuera de esto.– Una voz chillona y desconocida se escuchaba a través de las puertas del baño dónde se encontraba Emelly.

–Debería, no lo sé, irse a otro lugar.– Estoy segura que ella paga para estar entre los 150, no puedo creer que ella sea buena en esto, lo rechazó.– Dijo otra voz medio gruesa, pero era una mujer.

Emelly se encontraba aún encerrada, estaba temblando frío, pensando que hablaban de ella. Trataba de respirar tranquilamente, aunque era difícil conseguirlo. Le costaba mucho.

Alguien entra a los baños, es otra chica. Nalia, aquella chica de cabello bonito, largo hasta casi la cintura, con cuerpo bien proporcionado para alguien de su edad, una voz dulce y agradable. Solo que esta vez, no era la misma chica que lucia brillante con luz propia, es más parecía la noche y ya no el sol del amanecer.

–Mira a quién tenemos aquí– susurró la chica de voz chillona a su compañera de alado.

Nalia no respondió, no las miró e hizo de ellas alguien invisibles. A quien sí vio fue a Emelly a través del pequeño orificio de las puertas. Observó sus hermosos ojos negros, por muy poca iluminación que había, ella los notó enseguida.

–Por qué estás escondida viendo desde ahí, ni tengas miedo, sal de ahí.– Expresó ella en forma de retarla a salir.

Emelly en cambio no salió, solo se quedó callada.

–A quién le hablas– La chica de cabello entre rubio y castaño, exclamó hacia ella, antes de golpearla en uno de sus hombros– eres detestable.

–Estamos solas aquí, dale, vamos, 2 contra 1 no está bien, pero me está irritando tu presencia.– Ella, su compañera de la rubia, cavó su propia desgracia.

–Está bien– Solo eso dijo Nalia.

Entre las dos querían golpearla, una le tomó su cabello, la otra su ropa. Nalia en ningún momento se inmutó, solo seguía de pie sin tocarlas con nada. Quizá esperaba que Emelly saliera o solo estaba ahí para saber cuándo ella iba a dar el paso siguiente. No fue hasta que la golpearon en la cara que reaccionó. Tomó del cabello a una de las chicas y la azotó en el espejo del baño, a la otra en los mientras la estaba tratando de quitar de encima, no fue que vio a una de ellas tirada qué tomó a la chica rubia golpeando la puerta dónde se encontraba Emelly. Emelly gritó, y luego se tapó la boca. Seguía temblando como un pollito por el frío.