Andrómeda

Capitulo 7 ✔️

Sus ojos azules siguen clavados en mi mente, no los recordaba tan oscuros y tampoco pensaba que podría volver a verlos, menos en Estados Unidos cuando la conocí en Alemania.

Ahora si que no voy a oponerme a este matrimonio pero por su mirada estoy seguro de que debo llevar mucho cuidado y ganarme su confianza poco a poco, porque ahora mismo estoy muy seguro de que no nos quiere a ninguno de los presentes como amigos.

Todavía no puedo creerme el enfrentamiento entre madre e hija, si es que a mi futura suegra se le puede llamar. Ella, Eleanor, no la ve como su madre, la ve como una extraña, una violenta por la advertencia dada antes de que nos fuésemos de la casa.

- Cuando llegemos debo hablar con Ana.

- ¿Por qué la llaman Ana?- pregunto confundido.

- Es más fácil Ana que Eleanor.- dice simple.- No quiero que te quejes de ella, es la mujer...- no lo dejo terminar.

- Eleanor es la mujer de ojos azules que te conté.

- ¿Enserio?

- Si, enserio.- mi padre me sonríe.- Soy un genio.- ruedo los ojos divertidos.

- Eres un genio pero no creo que ella en verdad quiera saber de ti en estos momentos.

- Tampoco quiere saber de ti.- responde y yo me muerdo la lengua para no insultarle, cuando quiere mi padre es bastante hiriente.

Mi padre aparca su coche cerca de la entrada de mi casa, en el momento que vemos como mi hermana y Eleanor también lo hacen.

Ella deja que Eddi cargue su maleta ya que ella lleva a la niña en brazos, debido a que se ha dormido, bastante profundo al parecer.

La niña es hermosa, es indiscutible, como también es indiscutible el parecido entre ellas. Serían idénticas si la pequeña tuviese los ojos de color azul, pero los tiene de color miel o ámbar, no estoy del todo seguro.

Mi cuñado ayuda a mi hermana a bajar y luego baja a mi sobrino, para acercarse hasta donde está Eleanor, con cara de pocos amigos, de verdad que no le agradamos ni un poco y la entiendo, de verme tan forzada como ella tampoco me gustaría esto.

Me decepcionó mucho no ver ningún tipo de reacción al verme, en mi interior albergaba la esperanza de que ella me recordarse que al menos recordarse algunos minutos de la noche que pasamos juntos pero no, no lo hace y eso me entristece un poco, pero ambos íbamos muy borrachos así que tampoco es tan raro que no lo haga.

- Eleanor...

- Cállate, no quiero ni saber como se os ocurrió a ti y a mis padres lo del matrimonio por conveniencia y no quiero saberlo porque entonces os odiaré más.

- No se les ocurrió a tus padre.- ella respira con profundidad, cierra los ojos e intenta calmarse.

- ¿Entonces a quién?

- A tu abuelo.- ella lo mira con confusión.- Tu abuelo estaba desesperado por sacarte de esa casa, sabía que la relación con tus padres estaba a un paso de explotar y acabar muy mal, así que ofreció este trato que mi hijo y yo aceptamos.

- No sé quien es más estúpido, si mi abuelo por sacrificarse o usted por aceptar tal propuesta.- dice pasando por al lado de mi padre.

La alcanzamos rápido, no la recordaba tan alta, le debe de sacar una cabeza a mi hermana o incluso más, no sé, pero lo alta no le quita lo bella y quien diga lo contrario es simplemente ciego.

Un móvil suena, despertando de inmediato a la pequeña que comienza a llorar por tan repentino sonido, hasta yo me he sobresaltado al escucharlo.

Ella mete la mano en el bolsillo de su pantalón y apaga el teléfono antes de intentar calmar a la pequeña.

- Andrómeda ya, cielo solo ha sido el móvil.- le susurra al oído mientras la mece, toda una madre ejemplar.- Princesa, estás con mami, con mami ¿si?- la niña la mira como si estuviese viendo lo mejor del mundo y sus sollozos van disminuyendo poco a poco.- Ahora te vas a ir con ese hombre por unos segundos, - dice señalando a mi padre.- ¿de acuerdo?

- No quiero.- dice ella escondiendo la cabeza en el hueco del cuello de su madre.

- Andrómeda, mami tiene que contestar el teléfono, serán solo dos minutos.

- ¿Lo prometes?

- Claro que si princesa.- le sonríe antes de darle un beso y pasarle la niña a mi padre.

Si hay algo que al gran Cristopher Emerson le gusten, son los niños adora pasar tiempo con ellos, no puedo quejarme de un padre distante, él nunca lo fue conmigo y con Sophia a pesar de todo el trabajo que tenía constantemente, y siempre tenía tiempo para nosotros. Aspiro a ser algún día tan buen padre como el fue y sigue siendo el mío.

- Paullete.- dice ella.- Passe quelque chose?- no entiendo nada.- Ç'est indispensable?- resopla.- Je vous enverrai les documents pour la réunion avant deux heures du matin.- ella cuelga.- ella espera unos segundos antes de contestar.- je te le dirai.- le dice antes de colgar.

Ella resopla cansada, resignada supongo para luego simplemente darse la vuelta, quitarle su hija a mi padre y acunarla para que vuelva a quedarse dormida. Esa niña se duerme con gran facilidad, algo que mi sobrino no hace.

Abro la puerta, sintiendo como ella se aleja de mi, no es eso lo que quiero, no quiero que me odie ni tampoco que me tema, así no podremos tener ningún tipo de relación ni siquiera una de amistad. No quiero ser un casado desgraciado, eso es una mierda.

Al abrir la puerta nos encontramos directamente con Kevin, que nos sonríe y que mira de más a Eleanor, y ella no le sonríe, lo mira de la misma forma que nos ha mirado a nosotros pero no con la mirada aterradora que le ha dado a su madre, de verdad que ha dado miedo.




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