Le pedí ser mi dama de honor a la hermana de Jackson porque temo las reacciones de personas importantes al ver que solo tengo una dama de honor. No suelo tener en cuenta las opiniones de esos idiotas estirados pero por mi abuelo y por la reputación que tiene o debe tener Jackson, lo mejor es tener al menos dos damas de honor e intentar ser amiga de mi futura cuñada aunque no es lo que quiero, yo lo que necesito hacer es que me odien para que Jackson no quiera casarse conmigo y así no estar metida en el problema en el que me encuentro actualmente.
No puedo contarle a Jackson que él es el padre de mi hija y que se la he estado ocultando dos años casi tres, no creo que me perdonase y estoy muy segura de que intentaría quitármela y no puedo permitir eso, sin mi hija no soy nadie y puedo jurar que sin ella me moriría, así que aunque suene muy egoísta, él no puede saber que Andrómeda es también suya.
Me levanto de la cama con cuidado de no despertar a mi hija, ella tiene sueño pesado por lo que no se despierta con fácilidad. Además, es muy temprano que se levante y tome desayuno, también quiero preguntar si tienen alimentos sin lactosa ya que mi pequeño angelito es intolerante a la proteína, y aunque no vaya a mudarme aquí, si habrá días que pase en esta casa y debe estar acondicionada pata Andrómeda.
Bajo las escaleras hasta la cocina, ayer pude memorizar de forma adecuada donde estaba cada cosa de la planta baja porque de arriba no tengo ni la menor idea más que de donde está la habitación de invitados. Espero que esté lejos de la de Jackson.
Entro en la cocina sin molestarme en llamar porque no pensaba que las cocineras fueran a estar despiertas tan temprano, las dos mujeres me miran con algo parecido a la molestia.
- Lo siento.- me disculpo.
- ¿El jefe te ha dejado bajar aquí?- me pregunta la mayor de ellas con aire de superioridad.
- ¿Por qué el jefe debería darme autorización?- pregunto con el mismo tono que ella, además de la espalda recta y el mento hacía arriba, no soy una persona especialmente pequeña, si muy delgada pero no pequeña y por eso le saco casi dos cabezas a la mujer regordeta.
- Porque es su casa y tu solo eres la conquista de una noche.- ya sabía que Jackson era un mujeriego por lo que no me voy a poner a llorar por eso.
Río amarga por la forma despectiva a la que se refiere a mi, ser la conquista de la noche no te quita valía porque seguramente el hombre también sea tu conquista, «a igualdad de condiciones no hay de que avergonzarse» solía decir mi abuela Virginia, pero deseo con todas mis ganas ver la cara de ambas mujeres cuando se enteren de quien soy.
- Bueno, ¿Dónde están los vasos?- ellas me miran perplejas.- ¿Vasos?- repito.
- ¡Qué descarada!- casi me deja sorda con el chillido.
- Solo quiero agua.- digo ya esasperada y con la garganta completamente seca.- ¿Sabe usted lo que es estar toda la noche gritando y no haber bebido ni una gota de agua?- puedo ver sus rostros sonrojarse mientras que yo sonrío con malicia.- ¿Puede darme agua?- digo esta vez sin descaro, con cordialidad.
- Si.- dice con la voz casi en un susurro y yo vuelvo a sonreir.
Puede que no sepa pelear y no golpee a nadie físicamente pero soy buena con las palabras, en cuatro idiomas diferentes, eso me suma puntos y creatividad a la hora de insultar, ya que mezclo los idiomas, a mi jefa suele darle risa porque cuando me cabreo suelto malas palabras en todos los idiomas menos en el mío.
- Espero que con esto su garganta deje de estar seca.- me dice la mujer más joven.
- Mi garganta no está seca, no cuando por mi garganta bajó leche.- ella abre los ojos de forma desmesurada.- Estoy de broma, no me he acostado con su jefe.- ellas me miran incrédiluas.
Iba a seguir hablando cuando la puerta de la cocina se abre y veo al mayordomo que ayer se presentó como Kevin, fue simpático y hablo maravillas de Andrómeda, incluso se comprometió a enseñarme un parque para niños que hay en esta urbanización donde mi hija puede jugar con otros niños, me gustó que pensara en Andrómeda aunque el miedo a que la rechacen de nuevo por mi culpa me atacó.
- Era divertido oir tras la puerta lo que tu dulce boca puede decir.- recalca la palabra dulce para dejar en claro que es ironia.- Pero tu y yo sabemos que no te has acostado con Jackson.- él mira a las mujeres con una sonrisa divertida.- No creí que tuvieses un lado perverso.
- Ya lo sé, fueron ellas quienes lo insinuaron.- me encojo de hombros y bebo el agua.
- Ella es la señorita – lo miro mal y rectifica.- No le gusta que le digan señorita, ella es Eleanor O' Connor, la prometida del señor Jackson.- ellas abren la boca de forma exagerada.
- No me llamen señorita, Ela, Ana, Eleanor mejor.- les digo, enserio odio que me digan señorita.
- ¿Eso significa que la señorita Margot va a dejar de ir detrás del señor Jackson como un perro?- me marea tanto señor y señora y ni si quiera conozco a esa tal Margot.
- Puede que mi matrimonio sea arreglado pero no pienso dejar que ningun idiota me ponga los cuernos así que si.- les dejo claro.
- ¡Por fin!, nos trataba fatal.- dice la más joven.- Me acusó de acostarme con el señor, sabiendo que soy lesbiana, lleva cuidado Eleanor.- me advierte.
- No voy a luchar con una chica por la atención y el amor de un hombre, la apartaré dejandola sin dignidad y argumentos.- les sonrío.- ¿Tienen alimentos sin lactosa?
Ellas me miran confusas para luego mirarse entre si, luego a Kevin y por último de nuevo a mi para negar a la vez.
- Andrómeda no puede tomar nada con lactosa.- ellas me miran más confusas y recuerdo que hasta hace poco ni si quiera sabían quien era yo, menos van a saber quien es mi hija.- Soy madre soltera, Andrómeda es mi hija de dos años.- les sonrío y ellas se relajan.- Kevin, ¿Dónde hay un supermercado?
- El más cercano está a dos calles.