Andrómeda

Capitulo 15 ✔️

Andrómeda me obliga a sentarme en un banco y darle pan a las palomas, según ella, las palomas necesitan comer para hacerse grande como ella, pero no tienen mamás como la suya que les dé de comer, así que nosotros tenemos que hacerlo. No le encuentro fallas a su lógica, sino fuese porque las palomas no me agradan en absoluto, cualquier otro animal perfecto pero las palomas y yo estamos peleados.

- Jackson.- miro a la pequeña.- ¿Y tu mamá?- pregunta con inocencia.

- Ella está en el cielo.

- ¿Como la abelita de mamá?- supongo que se refiere a la mujer de su abuelo Francis.

- Si, como ella.

- ¿Qué le pasó?

- Tenía cáncer.- no sé si sabrá que enfermedad es esa, pero bueno no iba a mentirle porque no entienda.

- Vamos a pasear.- dice poniéndose nuevamente en pie.

Me tiende su pequeña mano para que la agarre y así pasear por las calles de París. Intento no alejarme mucho del hotel porque no conozco nada de la ciudad y no quiero perderme y tener que llamar a Eleanor, sería un poco vergonzoso tener que hacerlo.

Casi dos horas después es que Andrómeda comenzó a cansarse de andar y jugar en los parques, hablando con algunos niños que se le acercan, y yo no entiendo ni lo que hablan ellos ni lo que me han dicho las madres porque no hablo francés. El único idioma del que se algo, lo básico, a parte del inglés, es el alemán y solo puedo tener un conversación muy básica.

- ¿Te gustó el paseo?- me pregunta cuando ya llegamos a la entrada del hotel.

- Me encantó.- le sonrío.

- ¿A mamá le falta mucho?- me pregunta un poco triste.

No tengo ni la menor idea de como hacia Eleanor estas cosas cuando nadie venía con ella, supongo que contrataría una niñera temporal pero no parece que Eleanor sea de las que dejan a sus hijos con extraños, aunque yo podría ser un extraño y me ha dejado a cargo de la pequeña. El que me haya dejado a Andrómeda me hace creer que poco a poco va confiando en mi y eso me emociona.

- No sé cuanto le queda a tu mamá.- intento no sonar triste para que ella no lo esté.- Vamos a cenar.

- No, yo siempe ceno con mamá.- dice cruzándose de brazos, por favor que no haga berrinche.- Mamá sempre cena conmigo.- dice triste.

- ¿Quién dice que mami no está?

Tanto Andrómeda como yo nos giramos al escuchar la voz aguda de Eleanor. Ella se ve cansada pero aún así es capaz de sonreírnos como si no lo estuviese, me parece muy fuerte que aún estando agotada finja no estarlo para poder pasar tiempo con su hija.

- Mami.- Andrómeda sale corriendo y ya la alza en un abrazo.

- ¿Cómo has pasado el día princesa?

- Súper.- le dice con una enorme sonrisa, como si hace unos segundos no hubiese estado a punto de llorar.

- ¿Qué has hecho con Jackson?- ella se ve feliz de estar con Andrómeda.

Cuando hemos ido a las oficinas, como ella le ha llamado, estaba seria y parecía ser una persona completamente diferente. Me ha dado miedo como les ha hablado, la Eleanor simpática que es siempre ha desaparecido, y se ha convertido en una verdadera jefa y me he acobardado un poco, no querría que me hablase así a mi.

- Pues pimero hemos paseado, luego hemos dado de comer a lo pajaitos, ota vez pasear y luego he jugado en un paque.- le cuenta ella, me he dado cuenta que Andrómeda no suele pronunciar las r intermedias.

- ¡Cuántas cosas!- ambas se ríen.- ¿Y tú cómo la pasaste Jackson?

- Bien, Andrómeda es una excelente guía turística.- le sonrío.

- Me alegro de que al menos vosotros dos lo hayáis pasado bien hoy, yo casi acabo despidiendo a toda la plantilla.- dice cansada.

- Día duro.- le sonrío para tranquilizarla.- ¿Quieres cenar?

- Estoy muerta de hambre.- dice antes de tocarse la barriga como una niña pequeña.

- Pues vamos a cenar.- las animo a ambas.

Andamos juntos, riendo de vez en cuando mientras Andrómeda habla y habla sin parar, la pequeña es bastante tímida hasta que tiene confianza, cuando ya la tiene entonces es imposible hacerla callar y me encanta.

En el restaurante nos preguntan el número de nuestra habitación para saber que estamos registrados en el hotel.

Nos dan una mesa adecuada para nosotros, con una silla especial para Andrómeda. No hace falta ni que nos den las cartas, al parecer este suele ser el hotel que Eleanor reserva siempre que viene por trabajo a París.

Ella se encarga de pedir la comida para los tres, yo me fio de lo que ella pida, nunca he comido comida francés que no sea queso, así que seguro que yo elegiría mal que cenar.

- Espero que te guste lo que he pedido.- me sonríe antes de que lleguen las bebidas.- Sé que os prometí pasear esta noche por la cuidad pero estoy muy cansada.

- Ya iremos, no te preocupes.- la tranquilizo.

- Gracias.

- Miss O' Connor.- ella se gira al escuchar la voz del hombre, que parece alguien que trabaja en la cocina del hotel.

- Chef Moreau.- se conocen, y no me extraña.- ¿Cómo has estado?

- Bien, ¿y tú?

- Súper bien.- le sonríe, agradezco que hablen en inglés, aunque el cocinero tiene un profundo acento.- Déjame presentarte a alguien.- dice antes de girarse y mirarme.- Él es Jackson, mi prometido.- no puedo explicar como se siente el que me haya presentado como su prometido pero puedo asegurar que se siente extremadamente bien.




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