Andrómeda

Capitulo 22 ✔️

Intento tranquilizar mi respiración por octava vez desde que dejé a Andrómeda en su cuarto para que pudiera dormir. El tiempo que pasé con ella fue bonito y me hizo olvidar el mal trago de derrumbarme delante de todos, de exponer mi mayor debilidad. Y ahora que mi hija no está, las palabras, las risas y los insultos que soporté durante toda mi vida vuelven a mi cabeza como bombas que no dejan de caer, solo quiero acallar los recuerdos y dejarlos donde estaban, escondidos hasta que dos personas en el lapsus de una semana decidieran insultar mi cuerpo. Es tan jodidamente difícil escuchar siempre las mismas palabras para juzgarme, no es como si todos los que me han llamado delgaducha, anoréxica u otra cosas me conociesen personalmente y eso jode, fastidia y duele aunque no debería hacerlo.

Apoyo mis manos sobre el lava manos del cuarto de aseo y miro el gran espejo que tengo delante, solo quiero dejar de verme así, quiero coger peso y dejar de oír a la personas especular si sufro de algún TCA o comentarios que pretenden alentarme pero solo hacen que quiera esconderme.

Muchas personas, gordas o sencillamente con más peso que yo, siempre hacen el mismo tipo de comentarios, “¡Qué envidia! Desearía tener tu cuerpo” o “¡Dios!, que delgada”, que son algo desagradables, pero lo peor es ir a la playa donde todos ven mi cuerpo en bikini y como se marcan mis costillas y la curva de mi cuerpo que me hace tener un poco de figura reloj de arena, entones no faltan comentarios como “Se me quitaron las ganas de comer” ,“Mi autoestima desciende al verte”, ese tipo de “halagos”, si es que se le pueden llamar así, lejos de agradarme o parecerme geniales, me hacen sentir muy incómoda y con ganas de taparme, hasta el punto de llegar a odiar mi cuerpo.

Cansada de mirarme y odiarme me voy a la cama y me tapo con todas las mantas como si eso pudiera hacer desaparecer todas mis inseguridades, como si eso fuera capaz.

 

 

Paulette me exige más rapidez en mi trabajo y yo solo quiero volver a casa y esconderme, siento que todos me miran mal aunque sé que eso no es verdad, por desgracia es la sensación que tengo y no creo que vaya a desaparecer en un tiempo.

- ¿Te encuentras bien?- pregunta Paulette cuando cuelgo la llamada.

- No me gusta esta parte del trabajo y no es para lo que estudié, odio que Philip me hiciera esto.- levanto mi brazo y ella hace una mueca.- Pero tampoco quiero estar en la casa sola y sin nada que hacer.- me quejo.

- Sé que hay algo más pero no voy a presionarte.- odio que me conozca tan bien.- Porque no te doy la baja – iba a replicar.- y le pides a Jackson que te de algo que hacer en la empresa.

- Porque nos hemos peleado.- le aclaro, yo ya había pensado lo de pedirle eso a mi prometido.- No te voy a decir el porque, eres muy chismosa.

- Stupide.- me dice con una sonrisa que me hace saber que no está molesta conmigo.- ¿Fue su culpa?- asiento, aunque en parte, en su mayoría fue por esa estúpida que ya no trabaja para él.

- ¿Sabes qué?- ella me mira esperando a que habla.- Voy a preguntarle que si hay algo que yo pueda hacer y molestarlo un poco.- le sonrío.

 - Eres más niña que tu hija.- dice señalando a Andrómeda que en estos momentos está jugando con Bia, todos me roban a mi hija.

Durante dos horas más hablo con idiotas sin cerebro que preguntan cosas que de seguro están en los informes enviados, cuando a uno de ellos le he dicho eso, me ha dejado en claro que somos unos inútiles que no saben escribir ni hablar en francés, y yo le he dejado de lado el inglés para contestarle en un estupendo francés, se ha sentido tan atacado que me ha colgado la llamada, seguro que después de esta pequeña victoria se lo piensa dos veces antes de llamar para una estupidez que ya está en el informe, no entiendo para que los redactamos si van a hacer como si no existieran.

Andrómeda juega con todos y luce su nueva muñeca, la que le regaló Jackson, al principio Paulette se ha sentido desplazada por él porque mi hija no le ha prestado atención a la muñeca que ella le ha regalado, pero luego Andrómeda le ha dicho que su muñeca francesa será la novia de su spiderman, porque mi hija tiene un muñeco de ese súper héroe, lo vio y se lo compré, así que eso ha dejado tranquila a Paulette que incluso dejó de trabajar por media hora para jugar con ella, todos en el trabajo aman a mi hija.

- Tienes visita.- miro a Paulette.- Entra.

Veo entrar a Jackson con un traje azul rey impoluto, una camisa blanca y una corbata gris a juego, últimamente soy más consciente de él pero hoy no he desayunado con él, de verdad estaba intentado poner distancia, esto es lo que esperaba mi corazón, que algo malo pasase para poner distancia pero parece que de verdad va a intentar hacer algo para disculparse, ¿por qué es tan perfecto? No lo entiendo, quiero alejarme y él me atrae como si de un planeta se tratara y yo fuera un satélite orbitando a su alrededor, me cabrea.

- Jackson.- él me mira con una sonrisa.

Puedo ver como todos mis compañeros lo miran con intensidad, incluso mi jefa, ellos están invitados a mi fiesta de compromiso mañana pero es la primera vez que ven a Jackson y creo que ha todos les ha impresionado, como diría Bia “A las mujeres se le han mojado las bragas y a los hombres se le has parado el pene.” como siempre ella es muy fina para decir todo este tipo de cosas y como siempre yo acabo más roja que un tomate.

- Chicos, os presento a mi prometido Jackson.- él asiente para saludar.- Jackson, ella es mi jefa Paulette.- alta y rubia.- Bia.- prototipo de americana pero hermosa.- y él es Cameron.- prototipo de francés con el pelo rubio oscuro y los ojos miel.- Dejen de mirarlo con tanta intensidad.- les digo.

- Antes de que le digas lo que quieras decirle a Eleanor, necesito hablar con ella, cuida de tu hijastra.

Paulette me agarra del brazo y me arrastra hasta que estamos fuera de la oficina, nadie de allí dentro puede oírnos y no sé que quiera decirme.




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