Brandon llora, en realidad todos lo hacen y yo no soy consciente de mi propio cuerpo, solo que estoy siendo sostenido por Ross, ella ha ido a dar su vida por nuestra niña, por nuestra hermosa princesa y duele, mierda, duele mucho porque la amo, la quiero a mi lado todos los días, deseo despertar a su lado y formar una linda familia con ella.
- Jefe.- miro a Eddi que tiene los ojos rojos de llorar.- Ha llegado una nota donde dice que Andrómeda está en la cafetería Rêve français- dice con una mueca.- ,no dice nada en absoluto de Eleanor.
- Vamos a por mi hija.- no reconozco ni mi propia voz.
Brandon viene conmigo y se sube en mi coche, veo el pintalabios de Eleanor en el salpicadero y siento las lágrimas picar en mis ojos pero debo ser fuerte, debo serlo por ambas mujeres de mi vida.
- Ya hemos avisado a la policía.- asiento.- Siento haberte ocultado las cosas pero no era mi deber decirtelo, eso dependía de mi hermana.
- Da igual Brandon.- le corto.
- Hay cosas que no sé, solo ella las sabe.- dice cabizbajo.
Ninguno de los dos se atreve a decir nada más a partir de ese momento, el silencio se vuelve incómodo, tenso pero es lo menos relevante en estos momentos.
Poco a poco me acerco hasta la cafetería y aparco al mismo momento que veo a las patrullas aparcar, ellos me miran con comprensión, supongo que Ross ya ha dado el reporte de que la secuestrada ahora es Eleanor, incluso él me ha avisado por mensaje que han encontrado su teléfono en medio de la carretera, no quiere que nadie la encuentre.
Mi cuñado me sigue de cerca mientras a paso rápido entro en la hermosa cafetería que en estos momentos odio, no quiero hacer esto, no quiero venir a recoger a Andrómeda sabiendo que ella no va volver, quema saber que voy a tener que criar a nuestra niña totalmente solo, no porque me crea incapaz sino porque es nuestra y no solo mía, ella tiene derecho a verla crecer y él le se lo ha arrebatado.
Al verme mi pequeña sale corriendo gritando “papi” al mismo tiempo que llora, lo debe de haber pasado mal, y debe de haber estado muy asustada el tiempo que ha pasado con esa escoria, lo quiero muerto pero eso es delito así que necesito que vaya a la cárcel y necesito encontrar a mi chica, necesito encontrar a Eleanor viva.
- Eh, tu.- me llama el camarero.- No sé porque me lo ha pedido Eleanor pero lo ha hecho – dice rápido.- Eleanor quiere que sepas que te ama y me ha pedido que cuides a vuestra princesa.- nuestra, es de los dos, no puedo cuidarla sola.
- Gracias.- es lo único que soy capaz de decir sin venir abajo.
Abrazo a Andrómeda como sino hubiera un mañana, Brandon me espera fuera con mi familia y con su padre al que ha llamado antes de salir para informarle del plan de Eleanor, para hacer lo que ella ha hecho debe haber mucho amor, demasiado, nadie da su vida por la de otra persona sin el amor de una madre hacía su hija.
- Debemos interrogar a la niña.- miro mal al agente.- Es mi trabajo.
- Mañana.- le gruño.
- Señor.
- Nada, acaba de perder a su madre por esa escoria.- le digo furioso y él se disculpa antes de irse.
Mi suegro me mira y se acerca para darle un beso en lo alto de la cabeza a Andrómeda, ella se ha quedado dormida en mis brazos, cuando se siente segura suele dormirse, supongo que el miedo la ha dejado totalmente agotada y al tener a mi se ha relajado lo suficiente como para dormirse.
- Hans Hoffman.- miro a Ernesto sin entender nada.- Es el abuelo de Eleanor, Hans Hoffman el mayor narcotraficante de Europa es el abuelo de mi hija.- abro los ojos de forma desmesurada.- Él...él puede encontrarla.- dice con los ojos aguados.
- No creo que debamos meterlo en esto.- le digo con voz calmada.
- Quiero de vuelta a mi niña.- dice mientras llora.- Tu has recuperado a la tuya, pero ¿qué hay de la mía? Entiendo que la odies pero ella es mi tesoro.- puedo sentir su miedo, yo lo he experimentado con Andrómeda.
- No la odio, pero dejemos que la policía resuelva esto, amo a su hija y la quiero a mi lado, quiero formar una familia con ella.- suspiro.- voy a hablar con la policía.
No me da tiempo a andar cuando ya tengo al agente de antes a mi lado junto con su compañera, ambos me miran a la expectación de que yo diga algo y me siento intimidado por ambos, no me gusta que me miren tan fijamente y ellos lo están haciendo en este momento, son espeluznantes.
- Philip es más alto que yo, castaño y con los ojos verdes, piel bronceada y con muchos músculos, además tiene un notable acento alemán cuando habla.- ellos apuntan rápido lo que digo.- Su nombre completo es Philip Müler y su padre se llama Alfred Müler.- creo que ya no sé más sobre ese hombre.- Es una escoria humana, por favor encuentren lo.- les pido con a voz rota.
Los agentes me miran con compresión y las lágrimas caen de nuevo por mis mejillas por lo que la agente me tiende un pañuelo, lo cojo como puedo todavía con Andrómeda en brazos, no quiero separarme ni un minuto de ella y menos cuando su madre puede que no vuelva.
- Ella prometió volver.- miro a mi hija a los ojos.- mami siempre cumple las promesas.- dice con lágrimas.- ¿Verdad?
- Seguro.- respiro.
- El hombre malo tiene un coche azul.- le dice a los policías.- Y va vestido de negro.- ella vuelve su cara a mi pecho y vuelve a esconderse.
- Muy bien princesa.- la felicito y le doy un beso en lo alto de la cabeza.