Andrómeda

Capitulo 31 ✔️

Sigue sin haber noticias de Eleanor o Philip, nadie los has visto, ni nadie ha visto un coche parecido al de Philip en toda la ciudad pero es que ya es imposible que se encuentren en la ciudad cuando hace ya tres días que Eleanor fue oficialmente secuestrada.

Andrómeda casi no duerme y pregunta constantemente por su madre, y yo cada vez estoy más desesperado porque no la encontramos y porque no se que más escusas ponerle a mi hija para que deje de preguntar por su mamá.

Kevin aparece en la sala con Anastasia y Cloe, ambas han sido mi apoyo estos días, han venido y me han ayudado a distraer por varias horas a Andrómeda. Cloe la ha cansado hasta que agotada se ha quedado dormida, aunque a penas consigue dos horas cuando nuevas pesadillas de las pocas horas de secuestro la atacan.

- ¿Cómo estás?

- Desesperado.- intento no sonar tan lamentable como me siento pero la verdad es que no puedo no hacerlo, no encuentro fuerzas ningunas para absolutamente fingir un estado de ánimo diferente del que estoy.

- ¿Cómo está ella?- se sienta a mi lado con su pequeña en sus piernas.

- Llorosa, pregunta todos los días y cuando no obtiene respuesta por ninguno de nosotros llora desconsoladamente, ya no sé que más hacer, cada vez esto es peor.- me lamento.

- Confiemos en el abuelo de Eleanor y en las autoridades, seguro que consiguen algo, aunque sea algo pequeño.- intenta consolarnos a ambos.

Andrómeda baja con ayuda de Ross, al cual parece que le hubiesen dado una paliza, está tan destrozado como su familia y yo, y es que los guardias ya le tenían mucho cariño a Eleanor, para ellos ya era una más y nos la han arrancado de forma tan abrupta que es imposible fingir serenidad o poner buenas caras cuando estás tan pero tan destrozado como lo estamos todos nosotros.

- Hola Cloe.- saluda mi pequeña sin ánimos algunos.

- Jugamos.

- No quero.- intenta no llorar.- Papi, ¿Dónde está mi mami?

- Pronto vendrá.

- ¿Cuándo?- grita.- Quero a mami, la quero ya.- chilla mientras llora y mi corazón se estruja más de lo que ya estaba.- Quero a mi mami, ella dije que vendia, que volveia, ella sempe cumple sus promesas.- el llanto incontrolable de mi hija acaba por desatar el mío.

Me levanto rápidamente del sofá y toma en brazos a mi hija, no sé bien como calmarla. Ser padre es algo totalmente nuevo para mi, y ser padre teniendo desaparecida a la madre de mi hija y mujer que amo es todavía peor porque no disfruto en absoluto de mi hija, y ella no puede disfrutar de mi en absoluto.

Sus llantos me duelen en lo más profundo, no puedo seguir escuchando como llora día si y día también, necesito aunque sea una mínima pista sobre donde se encuentra ella para poder darle una respuesta válida a mi pequeña, aunque ella no lo entienda. Ambos necesitamos ese rayito de luz y esperanza.

- Quero a mamá, quero que vuelva.

- Yo también princesa, yo también quiero eso.

Me paseo por toda la casa meciéndola, intentando que poco a pocos sus llantos se conviertan en sollozos y pronto en resoplidos hasta que su lenta respiración me deja saber que mi hija se ha quedado completamente dormida.

La subo a su cuarto, otra cosa que me hace acordarme de ella, fue Eleanor quien le dio todas las ideas sobre como hacer el cuarto perfecto para nuestra niña, ella lo amó tanto que entrar y verlo me duele, todo duele. Hasta lo más mínimo me recuerdo a Eleanor.

Vuelvo a bajar a la primera planta, donde como siempre todos me ven con mirada de lástima a pesar de estar ellos pasándolo también mal. Todavía no he visto a nadie creer que mi dolor es falso. Solo he leído diferentes especulaciones que hace la gente en Internet sobre el secuestro de Eleanor y por eso mismo llevo desde ayer sin entrar a ninguna red social, no quiero leer las barbaridades que escriben.

- Quizás tu también deberías descansar.- me dice Anastasia.

- Aquí nadie va a descansar hasta que mi princesa aparezca.

Todos miramos a un hombre más joven que yo pero mucho más alto y musculado. Sus ojos azul oscuro iguales a los de Eleanor, su piel pálida y las facciones elegantes pero duras idénticas a las de Eleanor me dejan saber que si más remedio son hermanos, no sé de que madre, si son hermanos o medio hermanos pero las similitudes entre ambos asustan.

- ¿Quién eres?- pregunta Ross a la defensiva.

- El hermano mayor de Eleanor.- su mirada severa asusta.- Y cuando digo que voy a encontrar a mi hermana, es que la voy a encontrar y viva, me niego a enterrarla.- su voz denota su debilidad.- Ya enterré a mi madre, no voy a enterrar a la única mujer que me queda.- me mira directamente a los ojos.- Y tú no vas a enterrar a la madre de tu hija.

- No voy a hacerlo.- me convezco de sus palabras.- Tienes razón.

- La encontraremos, lo juro.- no llora pero le duele, le quema no haber podido protegerla.- Y luego mataré a Philip.

- No sé....- empieza Ross.

- Me da igual si es o no prudente declarar que voy a matar a Philip, pero soy intocable ya que tengo inmunidad diplomática.- le asevera.- Y nadie se lleva a mi hermana y no paga las consecuencias.

- Soy Jackson.

- Lo sé, mi padre me lo dijo, yo soy Lukas.- intenta sonreírme con tranquilidad.

Lukas no tardó mucho en irse para ayudar a todos los equipos a encontrar a su hermana, a mi prometida, a la madre de mi hija.




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