Narra Hera
Recuerdo que estaba tranquila viendo la tele cuando, de repente, mi madre apareció con un hombre de unos 59 años y se presentó como Leon.
De pronto sentí que él no transmitía buenas vibras, eso fue lo que noté. Por lo tanto, mi madre estaba muy encantada por él como para poder sentir esas vibras.
Algo dentro de mí me decía que tuviera cuidado con ese hombre, ya que un lobo puede disfrazarse de oveja. Por lo tanto, fingí estar encantada de conocerlo, pero pensé que mi madre tenía mal gusto al elegir hombres.
Me sentía incómoda cada vez que nos visitaba a diario, ya que parecía estar asumiendo el papel de padre sustituto, lo cual no me gustaba en absoluto, ya que nunca he necesitado una figura paterna.
Eso todo ha cambiado porque mi madre ha permitido que él vivirá con nosotras tras separarse de su esposa
Mientras me preguntaba que si mi vida va a cambiar radicalmente.
Aún acuerdo que la convivencia con él empezó a hacerme sentir un poco extraña. Por supuesto, mi madre estaba muy bien y contenta, pero he notado que mi padrastro se ha vuelto muy pegajoso conmigo, como un pulpo, lo cual me hizo sentir muy incómoda porque me miraba constantemente con deseo y lujuria. En ese momento, me puse en alerta.
En aquel instante intenté alejarme de él por si acaso tenía una mente brillante y pretendía tocarme de una manera inapropiada.
Acuerdo que cuando era media mañana y llegaba sudada de la calle por el intenso calor. Me fui a bañar como de costumbre, sin cerrar la puerta con el pestillo. Estaba en la bañera duchándome tranquilamente
cuando sentí una mano en mi espalda que me estaba pasando jabón. Pensé que sería mi madre, pero al girarme vi a mi padrastro mirándome como si fuera su presa mientras lamía sus labios.
Enseguida me cubrí con las manos y le hice un gesto para que se fuera, pero en ese momento entró mi madre y le preguntó.
Que hacía en baño conmigo dentro ya claro, él comienzo a decir que me estaba ayudando a darme jabón en la espalda. Ya claro que mi madre me mira al ver mi expresión, diciéndome que algo de ayuda no es muy malo, pero callé porque creí que era mejor quedarme callada .
Aquel episodio, empecé a estar más alerta que nunca cuando estaba sola con él. Me encerraba en mi habitación. Aún recuerdo cuando me levanté para ir a la cocina a beber agua, de repente él me agarró la cintura intentando hacer algo más. Claro que le arañé el brazo hasta que se sangró y tuve la oportunidad de irme a mi habitación al alejarse de mí, muriendo de dolor. En ese momento, salí corriendo a mi habitación y me puse sobre la puerta en ese momento me vino a la mente una frase que decía así:
Cuídate de los lobos vestidos de ovejas y de las personas que aparentan ser buenas contigo,al final salen a relucir lo que son y como son.