Narra Hera
Cuando me despierto en una habitación que no es la mía y miro a mi alrededor, me pregunto de quién es esta habitación.
inmediatamente me vienen recuerdos de ayer a la mente que me hacen vomitar solo de pensarlo, mi padrastro encima de mí. Lo mejor es no pensar en eso, así que me levanto de la cama con una manta, ya que no tengo ropa aquí.
Salgo de la habitación y camino hacia el salón. Allí veo a un hombre
Con un gesto de lápiz, le pregunto si tiene algún papel y un lápiz sorprendentemente me entiende y me da un papel y un lápiz, así que es fácil poder preguntar lo que quiero decir. Entonces comienzo a escribir y le pregunto de inmediato quién es, él me responde que es un trabajador del señor Enzo, quien le pidió que se quedara conmigo.
Pero en ese momento, alguien toca el timbre. Tal vez sea el señor Enzo. Cuando él va a abrir la puerta, veo a Massimo, quien corre hacia mí y me abraza, preguntándome cómo estoy con una voz muy preocupada.
Por lo tanto, le digo que estoy bien, aunque noto su preocupación en su rostro. Luego me pregunta si tengo hambre y de inmediato mi estómago gruñe, lo que hace que Massimo se ría.
Por supuesto, yo hago un puchero mientras le digo en lenguaje de signos:
—No te rías, joo, —Massimo le pregunta al trabajador de su padre dónde está la cocina y este le indica inmediatamente por dónde se encuentra .
Mientras me siento en el sofá claro empiezo a aburrirme, así que decido ir a la cocina que es fácil de encontrar.
Al llegar, miro con más detenimiento a Massimo mientras se mueve hábilmente por la cocina. Al notar mi presencia, le pregunto si necesita ayuda y él me responde que no.
De repente comienza a hacerme bromas que me hacen sonreír. Me encanta cómo me sonríe y cómo gasta bromas conmigo mientras preparo la mesa.
Una vez que termino de preparar la mesa, me siento en la silla y él pone un rico desayuno delante de mí junto con un vaso de naranja. Me dice que aproveche y acto seguido comienzo a desayunar.
Cuando pruebo un bocado, me hace la boca agua, pues él se sienta conmigo. Durante el desayuno, Massimo no para de hablar.
Cuando termino de desayunar, lavo el plato y el vaso. Después, volvimos al salón y nos sentamos en el sofá para ver una película. Me recuesto sobre su pecho mientras él me rodea con sus brazos, atrayéndome un poco más hacia él. Nos centramos en ver la película como si estuviéramos solos, incluso no nos dimos cuenta de que el señor Enzo nos estaba mirando. De inmediato, Massimo se aleja de mí y se levanta del sofá para acercarse a su padre. Luego se van.
Mientras sigo viendo la película, al cabo de un rato aparece Massimo con una sonrisa y se acerca hacia mí. Me comunica que su padre me va a adoptar para evitar que los trabajadores sociales intervengan. Por supuesto, me quedo sorprendida y sin palabras, no encuentro qué decir en ese momento pero estoy algo confundida, aunque después recapacito y me gustaría mucho tener una familia .
En ese momento, aparece el señor Enzo y de inmediato le pregunto qué le pasó a mi madre y mi padrastro. Justo cuando iba a decirme, su móvil suena y al responder la llamada, comienza a hablar. Pero al notar su expresión, parece que me está mirando de una manera que hace que sienta que algo dentro de mí se va a romper en pedazos.
Después de la llamada, él agarra mi mano con suavidad y me dice que encontraron a mi madre muerta por causa de las drogas. Inmediatamente comienzo a gritar y llorar. Simplemente, el señor Enzo me abraza fuertemente contra su pecho. Ahora mismo me siento triste y maldigo el día en que ese maldito llegó. Va a pagar por todo el daño.
Hay una frase que dice así
: La venganza es un plato que se sirve frío