Ane ma( asi soy yo)

Capítulo 21 salgo de la cárcel

Narra Enzo

En cuanto me llevan a la celda, al entrar me tumbo en la incómoda cama mirando al techo preguntándome cómo estará mi familia. Siento sueño debido a que no he podido dormir. Por ello decido dormir, pero en ese momento aparece un policía diciendo que estoy libre

pero en ese momento aparece un policía que dice que estoy libre. Acto seguido, me incorporo muy bien.

Al parecer alguien ha declarado en mi favor. De inmediato, Hera viene a mi mente.  Enseguida me quedo preocupado por que Hera se haya entregado ,le pregunto quién ha declarado a mi favor, pero me dice que no me lo puede decir.

Me levanto de la cama y el policía me saca de la celda. Mientras caminamos, veo a uno de mis guardaespaldas. Al verme, veo una expresión en su rostro que no puedo describir. Enseguida, el policía me entrega mis pertenencias y firmo un papel. Salgo de la comisaría y veo a Hera corriendo hacia mí. Me abraza y nos quedamos así un rato.  Hasta que mi hombre más leal me dice:

—Jefe, me alegra verlo libre—. Le doy una sonrisa. En ese preciso instante, vemos que sale uno de mis hombres. Al notar a Hera y a mis guardaespaldas con expresión seria, tengo el presentimiento de que algo le ha sucedido. Sin embargo, le resto importancia y 
Subimos a la camioneta y mi hombre más leal comienza a conducirnos a la mansión. Nada más llegar, mi esposa e hijo se acercan rápidamente a abrazarme y preguntarme cómo estoy. Les respondo que estoy bien. Entonces me doy cuenta de que Hera se mantiene apartada. Le hago una señal para que se una al abrazo, pero ella no quiere y se marcha a su habitación. Noto que mi esposa le lanza una mirada.  

Después de ese abrazo, Massimo se marcha  mientras mi esposa y yo nos retiramos a nuestra habitación. Nada más entrar, me meto en el baño y me quito la ropa. Después, tomo una buena ducha. Tras ducharme, me quedo mirando mi reflejo en el espejo durante un rato, reflexionando.

Luego, salgo del baño y veo a mi esposa muy entretenida con su celular, riéndose. Al notar mi presencia, suelta el celular inmediatamente y se vuelve cariñosa. Yo, sin embargo, simplemente me pongo mi pijama y me acuesto. En cuanto mi esposa comienza a besarme el cuello, le digo que quiero dormir y se enfada.

Luego se levanta de la cama y se marcha de la habitación mientras yo me quedo sin entender su actitud tan cambiante. Bueno, es mejor que me duerma y rápidamente me dejo llevar por el sueño.

Han pasado meses  que estoy desayunando con Hera, ya que mi esposa salió muy temprano. En ese momento, vimos a Massimo con maletas, anunciándonos que se iría de la mansión para vivir solo y alejarse de muchas cosas. Esto me parece muy extraño.

Bueno, percibo que no se encuentra muy a gusto aquí con tantas tragedias. Me levanto de la silla y me acerco a él, diciéndole:

—Hijo, lo entiendo perfectamente que quieras vivir y alejarte, pero no te olvides de venir a visitarnos. ¿De acuerdo? —Asiente con la cabeza al notar que Hera está triste. Veo cómo se marcha; a continuación, mi hijo se va tras ella, supongo que para hablar. Por lo tanto, me vuelvo a sentar para terminar de desayunar.

Pasados unos minutos, aparece Massimo de nuevo. Esta vez me despido de él diciéndole que se cuide mucho y que cualquier cosa, nos tiene. Después de haber dicho eso, se marcha de la mansión. Por lo tanto, me dirijo donde está Hera. Al verla con ojos tristes, me acerco a ella y comienzo a decirle unas palabras para que no esté triste. Ella me regala una sonrisa. Acto seguido, nos dirigimos al salón, donde nos sentamos y comenzamos a hablar sobre nuestras cosas, pasando así toda la mañana.

Por la tarde le propongo ver una película, pero en ese momento aparece la empleada y me pregunta:

—Señor, disculpe la interrupción. ¿Desea que prepare la comida?

Le respondo que sí, pero que sea macarrones con queso, y que Hera y yo vamos a comer aquí en la sala. Tras decir esto, se retira. 
Enseguida busco una película y al final decido poner una que trata sobre una mujer escritora que viaja a Italia en busca de inspiración. Luego, me acomodo junto a Hera y le digo que le va a encantar. Y así comenzamos a ver la película.

Hera está tan concentrada viendo la película que me quedo observando sus expresiones y gestos.

Un rato después, aparece la empleada con una bandeja con platos de comida y un vaso de zumo para Hera, y una copa de vino para mí.

Inmediatamente nos dan la comida y después de comérnosla, Hera y yo empezamos a ver la película.

En ese mismo instante, nos sirven la comida y Hera y yo comenzamos a comer mientras disfrutamos de la increíble película.

En cuanto que terminamos de comer, dejamos la bandeja sobre la mesa y Hera se acurruca sobre mi pecho.

Acto seguido, acaricio su precioso pelo sin darme cuenta, me acerco poco a poco a sus labios y la beso. Para mi sorpresa, ella me devuelve el beso, dejándonos llevar por el deseo.

Hay una frase que dice así

 Eres el fuego que enciende mi pasión y el deseo que consume mi alma."

 




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