Narra Enzo
Cuando Hera se ha ido con Massimo, inmediatamente me doy cuenta de que mi esposa se había quedado un poco triste, culpándose a sí misma por no haber intentado mejor ser madre para Hera rápidamente, así que le digo unas palabras que la tranquilizaron de repente aparece mi hombre de confianza ya claro que me pide a hablar conmigo entonces mi esposa se marcha ahí donde comienza a decirme que en prostíbulo hay una problema le pregunto cuál es la problema entonces me responde
-jefe debe verlo usted mismo - inmediatamente agarro mi llave de mi coche nos marchamos de la mansión al salir nos montamos en mi coche y comienzo a conducir a prostíbulo
Al llegar, veo a Mariano golpeando a una chica de la misma edad que Hera. Sin pensarlo dos veces, me acerco para intervenir. En cuanto Mariano me ve, me saluda rápidamente, pero sin rodeos le digo que se vaya, pues el trato entre nosotros ha terminado. Sin embargo, comienza a decir unas advertencias hasta que veo aparecer a mis dos guardaespaldas. De inmediato les pido que echen a Mariano, quien comienza a gritar ante la mirada de todos.
Miro a mi alrededor y pienso que es hora de cerrar el prostíbulo para abrir una organización que ayude a las mujeres y niñas que han sido víctimas de la prostitución.
Eso haré. Les digo mi decisión y después las mujeres y chicas me miran y me preguntan qué harán a partir de ahora.
Les comunico mi decisión. Luego, las mujeres y las chicas me miran y me preguntan qué harán a partir de ahora.
Las tranquilizo diciéndoles que las ayudaré con lo que necesiten.
Tras decirles eso, le digo a mi hombre de confianza que busque hogares para ellas. Él me responde que de acuerdo.
A continuación, nos marchamos asegurándome de que esas mujeres y chicas estén muy cuidadas bajo la protección de mis guardaespaldas por si acaso Mariano regresa con sus hombres.
Al regresar a la mansión, encontro a mi esposa vestida para salir. Le informé sobre mi decisión de hacer una organización para ayudar a mujeres y niñas. Como era de esperar, me pidió que no lo hiciera. Trato de hacerle entender que esas mujeres y niñas necesitaban ayuda, y que yo estaba decidido a proporcionársela. Por supuesto, se enfada conmigo y se marcha de la mansión.
Mientras tanto, me dirijo a mi dormitorio para dormir. Al entrar, me pongo el pijama y me acuesto, pero en ese momento recibo un mensaje de Hera, deseándome buenas noches. Al verlo, una sonrisa se dibuja en mi rostro. Después, dejo el teléfono móvil en la mesilla de noche y me duermo.
Al día siguiente, asisto a una reunión con nuevos socios. En ella, conversamos acerca de un proyecto que aspiro llevar a cabo.
Al parecer la reunión ha durado más de lo que esperaba. Me siento agotado, mi teléfono no deja de sonar, me agobio de verdad.
Lo que más deseo es llegar a mi casa y mantener una conversación agradable con mi esposa, solo espero que aún no siga enfadada.
¡Qué raro! Todo está a oscuras, quizás haya salido.
Me tomo mi tiempo en beberme un licor cuando la empleada llega hasta mi altura sofocada.
La miro con atención como su rostro cambia de rojo a blanco.
- ¿Qué sucede? - Inmediatamente dejo el vaso en la mesa mirando con preocupación a mi empleada.
- Señor, es...es por Aurora, unos hombres vestidos de negro se la han llevado.
-¿Qué? ¿Dónde está Aurora? ¡Maldita sea! - No tardo en enfadarme revolviendo no cabello camino de un lado a otro mirando mi teléfono.
¡Maldita sea! ¿Como han podido evitar la seguridad, y entrar a mi mansión?
En ese momento no estaba para respuestas, necesito saber que ha sucedido con Aurora y porqué se han llevado a mi esposa.
Me quieren a mí, de eso estoy seguro pero han ido a propósito a lastimar a mi familia.
Llamo a Massimo. Me siento más aliviado al saber que se encuentran bien.
Sigo conduciendo hacia un lugar para hablar con mis hombres y ponerme inmediatamente a buscar a mi esposa.
Al llegar y hablar con mis hombres, me informan que fue Mariano ese maldito quien tiene a mi esposa. Les ordeno de inmediato que localicen su ubicación rápidamente. Comienzan a rastrearlo y me informan que está en una cabaña a varios kilómetros de distancia. Allí nos montamos en nuestros coches y comienzamos a conducir para recuperar a mi esposa.
Cuando llegamos, nos percatamos inmediatamente de que la cabaña esta totalmente en silencio. Rápidamente nos pusimos en alerta.
Inmediatamente, buscamos a mi esposa por todas partes, pero no había rastro de ella. Sin embargo, al entrar, vimos a dos hombres y a Mariano muertos en el suelo, cubiertos de sangre.
En ese momento, recibo un mensaje de mi esposa diciéndome que está con Massimo y Hera. Entonces, les informo a mis hombres que mi esposa está con mis hijos, por lo que debemos irnos.
Inmediatamente salimos de la cabaña y nada más salir nos subimos a nuestros coches. Empiezo a conducir hacia el departamento de mi hijo. Al llegar al departamento de mi hijo, donde veo a mi esposa, siento que el alivio vuelve a mi cuerpo.
En seguida la abrazo mientras le hago preguntas para saber si esos malditos si la había hecho algo, pero me responde los mato y que agarro la llave del coche de Mariano para venir aquí. Por lo tanto, sigo abrazándola sin emitir ningún sonido y me quedo pensando que sería una buena idea irnos todos juntos. . En ese instante, Hera y Massimo me miran como si adivinaran qué pienso. Le digo a mi esposa que me gustaría tener una vida en otra ciudad y ella me responde de inmediato que sí, pero con una condición: seguir con la ONG de manera anónima.
Llamo al piloto de mi jet privado para que prepare el jet para hoy. Sorprendentemente, me dice que estará listo, así que les digo a Massimo y a Hera que preparen sus maletas para irnos a otra ciudad. Por supuesto, Massimo me mira con una sonrisa, como si estuviera esperando este momento, mientras que Hera se dirige a su habitación. Me dispongo a ir a hablar con ella, pero mi esposa me detiene diciéndome: