Anecdotario

La bomberita

Esta es una de las anécdotas que más me divierte de contar y ver las expresiones al contarla.

Todos esperamos muchas cosas de los niños, que se rían mucho, tengan mucha energía, sean traviesos, pero no que suban una escalera y entren por la ventana del segundo piso a su casa, ¿o sí?

Al menos yo no esperaba hacerlo, y por supuesto que mi familia tampoco lo esperaba ni le agradó la idea, pero esto es muy razonable a mi parecer, en fin escribiendo esto recordé a los bomberos así que le llamaremos "La bomberita".

En fin, comencemos.

Todo pasó hace muchos años, aproximadamente 10 años, mi primo al que le llamaremos Saco y yo regresamos de la escuela.

El y yo nos llevamos tres años, por lo que él apenas iba en primero de Kinder, nosotros estudiabamos en la misma escuela pues contaba con Kinder y Primaria en el mismo lugar, así que ibamos y veniamos juntos en el transporte.

Un día de estos, nosotros llegamos a la casa y los vecinos nos abrieron el zaguán para poder entrar al patio de la casa; en ese tiempo mi abuela a la que llamaremos Cho, rentaba unos cuartos en la casa, por lo que los vecinos tenían llave del zaguán pero no de nuestra casa.

Cho había salido a comprar algo para la comida, por lo que no estaba cuando nosotros llegamos, por lo que estábamos solos mi primo y yo en el patio, ya había pasado casi una hora cuando mi primo empezó a llorar porque quería entrar, yo intenté consolarlo y fracasé, gracias a ese fracaso tenemos esta historia.

Luego de un rato más pensando que hacer, porque ambas puertas estaban cerradas y nosotros no teníamos llave y ver la ventana del segundo piso llegué a una conclusión, la solución a nuestra tragedia era poner la escalera, subir la y entrar por la ventana a la casa, para luego abrir la puerta.

Le pedimos a uno de los hijos de la vecina que nos ayudará a apoyar la escalera en la pared, yo estaba asustada y tardé unos minutos en atreverme a subir la escalera, el momento decisivo para mí fue cuando Saco dijo: Si quieres yo me puedo subir; en ese momento decidí subirme para evitar que el lo hiciera.

Entonces, con el miedo que sentía me subí por la escalera hacia la ventana, me quede parada un momento y me subí al marco de la ventana y me senté ahí.

Si ustedes creyeron que lo más difícil ya había pasado déjenme decirles que se equivocan.

En ese tiempo, detrás de la ventana en la que yo estaba sentada había un mueble pequeño con una impresora encima, así que sentada en esa ventana me mentalice y trate de ver como bajarme sin tocar la impresora, y gracias a alguna forma de moverme o de brincar me hacía adentro lo logré. Hasta la fecha sigo sin entender cómo hice eso.

En cuanto estuve adentro de la casa me levanté y asome por la ventana para que Saco me viera, luego fui hacia la puerta, la abrí y fui al patio por mi mochila, Saco y yo entramos, cuando mi abuela llegó estaba preocupada porque se le había pasado el tiempo, pero al vernos dentro de la casa le dio curiosidad el cómo habíamos entrado y Saco siendo pequeño y muy inocente le contó lo que hice, efectivamente me regañaron ella, mi tía y mi mamá, por fortuna mi papá solo me dijo que fuera cuidadosa y se alegró de que estuviera bien.




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