Anemona

Una Pescaria Estrana

La Mujer Que Vino del Mar

— ¿hay alguien por ahí? — contestó el por el radio. — ¡necesito ayuda! — ¿estas viva?

— cómo. — tosió tirando el agua.

— ah, bueno arriba...um poco más...pronto ahora quizá puedas me decir como has llegado hasta aquí.

— Lo siento...esa memoria...dijo ella.

— Eso no impuerta...mira este es mi bote...tal vez puedas quedar con mi jersey.

— Si. — me dijo con la cabeza.

— ¿estás bien?

— ¡yo estaba muerta!

— No estás viva y sobreviviste. — y listo cuando no lo sé estabas en la red. Sí en esta base que estabas ahogando en traigas de agua de un diste no me preguntes cómo de mí. — ok tengo con el escalón.

— no porque después de algo así no quiero entonces desaparezco. — ella no se movió. — ok no te molesta verme, eso es bueno. — A muchos les molesta.

De repente se agachó cuando pasó un bote. — ¿por qué no? ¡hola!

— Ok en verdad no quieres que la gente te vea.

— ¿Cómo te llamas?

— ¡no lo sé!

— ¿perdiste la memoria en el agua?

— ¡tal vez! — dijo.

— escuche que eso pasa. Cuando se golpea la cabeza se olvidan muchas cosas después lo recuerdan repentinamente.

— Yo me llamo Ciracus pero muchos me dicen circus para decir que soy un payaso ó algo así.

«….»

— Así así es el coche está en la orilla. — Te voy a llevar a un hospital.

— No quiero ir al hospital.

— ¿Eres una de esas fugitivas del asilo y vienes nadando desde arabia que parece que va muy lejos?

— ¡entonces si quieres ahogarte!

— ¿no puedo morir dos veces?

— pero aún así puedes morir.

— ¡por favor¡ ¿no quiero ir a un hospital?


 

— No, yo conozco lugar donde la gente no te va a ver, ven.

— Me llamo Anemona.

— Anemona? — contesté.

— Si por que veni del mar. — ¿de quién es este lugar?

— De nadie pero ha sido de mamá. — ella viveó aquí y era muy solitaria...igual que tú no le gustaba mucho la gente porque era como gitana.

— ¿en donde ésta?

— ¡está con su creador!

— ¿quieres decir muerta?

— sí, no se preocupe pués como ya estás muerta no...

— ¿pero tal vez debería estarlo?

— cómete es un sándwich es mi almuerzo. — con la pesca tan extraña olvide comerlo. — tengo que irme.

— ok si tienes que?

— ¡duerme!

— ok




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