Te sientes anestesiada cuando te enamoras, esa sensación de recién levantada cuando estas con esa persona de la que estas enamorada, ese cosquilleo en el estómago y esos ojos con la mirada perdida porque todavía la imagen de el en tu retina perdura durante unos minutos después.
Así me sentía yo, era el amigo, de un amigo, y solo sabia su nombre, también algunas cosas que le gustaban, algunas de ellas las tenemos en común, pero poco sabía de él en realidad, ni siquiera tenia su numero de teléfono.
Le veía cuando quedamos todos juntos, en realidad quedamos tres, yo, Mary Bolston, el, Paulo, y Eric Zoya, este último lleva meses lanzando indirectas de, no sabría denominarlo, compromiso, noviazgo o vete tu a saber. Era un chico súper agradable y me caía genial, de hecho antes de conocer a Paulo pensaba caer en las insinuaciones de Eric, la historia entre Eric y yo ya venía de años atrás, esas tensiones que piensas que algún día cesarán.
Bueno, será mejor que empiece desde el principio.
Hace tres años.
Eric y yo íbamos a la misma clase de preparatoria para un examen para acceder a grado superior, los dos teníamos la ESO y queríamos acceder a un estudio superior sin pasar por Bachillerato, al principio solo nos veíamos en clase, pero al final nos hicimos bastante amigos, hasta hicimos el examen en el mismo instituto y suspendimos los dos, éramos unos desastres, el tenia novia, pero en algún momento en ese año de preparatoria lo dejaron y se acercó más a mi, la verdad es que me gustaba.
Yo me había quedado sin amigos tras mi última ruptura y la verdad es que mi alma quería precipitarse a los brazos de Eric, pero el tenia novia, y cuando ya lo dejo con ella, yo lo veía como un amigo, o así quería verlo.
Ese verano fue uno de los mejores de mi vida, Eric me hizo olvidar todas mis tristezas, cada vez que podía me hacía sonreír, nos dábamos largos paseos por el parque, me invitaba a helados cuando hacía mucho calor, veíamos alguna película en su casa, yo tenia un móvil viejo, y no tenia ADSL en mi casa, así que en la suya veíamos películas, y en los viajes de tren para dar paseos por la sierra nos veíamos alguna serie en su smarthphone o hablábamos de lo chulo que sería vivir en la montaña y banalidades felices que hacían mi vida mucho mejor en estos malos momentos.
Para mi familia el que yo estudiara era muy importante, pero para la de Eric, él ya tenía un puesto en el supermercado de su padre, así que siempre decía que cuando estudiaba lo hacía por hobbie, por tener algo, y que en el fondo estudiar la preparatoria le hizo conocerme y que menos mal, que necesitaba una Mary Bolston en su vida.
Que clase de chico dice eso, me derretía con el, era algo que no podía evitar.
Pero había veces que estaba distante y que quedaba y me dejaba un poco de lado, yo no se porque, pero a medida que pasaba el tiempo se alejaba más de mi, pase días rebanando me la cabeza, pensando en porque no quería quedar conmigo, en por qué no me llamaba, yo no quería llamarle, y si me decía que no quería quedar conmigo. Era demasiado cobarde para recibir un no tan rotundo por respuesta, y más de alguien a quien quería, no sabia porque, sabía que le quería, no sabia como, pero después de ese sentimiento de aturdimiento cuando te das cuenta de que estas enamorada vino un sentimiento de pena.
No me llamaba, yo estaba desesperada por encontrar trabajo o si no me tendría que poner a estudiar algo que me gustara y seria pagando después del golpe del examen de preparatoria, pero todo eso no me había dolido hasta ahora y a medida que iban pasando los meses el sentimiento de aturdimiento paso de amor a rabia, intentaba pensar en otra cosa, necesitaba distraerme, me había quedado sola otra vez, no es la primera vez que la gente me decepciona de esta manera, se que yo también he decepcionado más de una vez, pero debía encontrar un hobbie rápido.
Un día me llamo Eric para quedar, después de que habían pasado varios meses sin saber de él.
Yo estaba en un curso privado por el que mi padre se tuvo que pluriemplearse para pagarme, y el estaba trabajando algunos días en el supermercado de su padre.
Me daba miedo quedar con él, pero no podía decirle que no, quería preguntarle tantas cosas, que tal estaba, y porque demonios no me llamo durante tantos meses, que hice, que dije, por que.
Pero allí estaba, sola sentada con mi nuevo móvil gracias a un cambio de tarifa, un smarthphone escuchando música en las escaleras de la renfe esperando, y cual fue mi sorpresa cuando le vi llegar con un amigo, pensaba que quedamos solos.
No le podía preguntar nada, no podríamos estar como antes, eso ya pasó.
Y a quien trajo con él, me lo presentó como Paulo, era un chico de pelo corto bastante delgado, parecía en forma aunque no se distinguir bien eso, y al parecer era un amigo de un amigo de Eric con el que quedaba últimamente. Eso me alivio un poco, al menos no quedaba con una chica, o eso creía yo.