Anestesia

Capitulo 7- Ascenso

A la mañana siguiente esos segundos de paz en los que no recordaba donde estaba, había dormido con Daniel. Su mano estaba rodeando mi cintura y su cuerpo bastante pegado al mío.

Me hubiera encantado darme la vuelta, abrazarlo, acariciar su torso desnudo y besar sus labios, que parecían tan mulliditos tan suaves, me llamaban y eso que ni los estaba viendo. Me daba miedo darme la vuelta por si estaba despierto.

No es que me hubiera enamorado de Daniel, era innegable que era un chico bastante guapo y atento, pero solo era esa sensación de conocido, me recordó tanto a Paulo, que no podía dejarme indiferente.

 

Una mano se removió en mi cintura, y sentí como me besaban en la cabeza, eran las nueve y media, ya aunque nos diéramos mucha prisa llegamos media hora tarde al trabajo.

Hoy era uno de esos días en los que tengo que reunirme con Daniel en la oficina, puro trámite, también estaban otros coordinadores y jefes de secciones, no quería ir allí con el vestido azul, ni con las pintas que llevaba en general, así que le pedí a Daniel que me dejara ducharme, y me dejo algo de ropa.

No se si fue la mejor idea del mundo, ya que ahora parecía que nos habíamos acostado, o que se yo, lo primero que me dejó fueron unos vaqueros y una camiseta, pero me quedan muy anchos, sobre todo la camiseta, luego me probé uno de sus trajes, era muy guay, pero me quedaba grande igualmente, así que decidí coger una camisa, un cinturón, y me recogí el pelo en una coleta,

Nos metimos en el coche sin mediar palabra, él iba con uno de sus trajes, y despotricando sobre que llegaba tarde, y que era una reunión importante sobre todo para mi, y que por eso la sorpresa de ayer, y que debían estar furioso por llegar tarde.

Llegamos a la oficina, los dos juntos, Daniel me cogió de la mano y tiró de mí hacia el ascensor,  las dos chicas de recepción y el de seguridad se nos quedaron mirando, sabían quién era él, subimos cogidos de la mano, le pregunté que qué pasaba, y sin decir nada siguió tirando de mi hasta la sala de reuniones.

Entramos por la puerta bruscamente, todos los jefecillos incluido el jefazo padrastro de Daniel estaban en la sala de reuniones, sentados, trajeados, serios.

-Bueno, Daniel, ¿esto de hacernos esperar una hora es algún tipo de protesta? O solo estabas abusando de tu puesto con la empleada con la que nos vamos a reunir hoy.-

Daniel dio un golpe muy fuerte a la mesa con la mano, se le veía cabreado por ese comentario.

- No señor, ayer me olvide decirle a la empleada lo de la reunión y hoy he tenido que ir a buscarla a la escuela donde estudia por las mañanas y montar un jaleo terrible para que la dejaran salir, pero si la hacen una buena oferta quizás tenga que dejar esos estudios absurdos que no le valdrán el día de mañana y labrarse un buen futuro en este periódico.-

Me cogió de la mano y se sentó a mi lado.

-Bueno señorita Bolston, empecemos con la reunión, llevas poco tiempo en nómina, y tu puesto a pesar de ser cómodo lo necesitamos para alguien que creemos más capaz que usted para desempeñar su labor.-

Genial, empieza la reunión y me van a despedir, seguro que si hubiera llegado pronto, si quizás me hubiera esforzado más, a lo mejor el venir con el hijastro de la mano no era una buena imagen para mi futuro en esta empresa.

-Antes de que llegaran usted y el señor Daniel, hemos estado debatiendo arduamente sobre su futuro, nos gustaría que en próximas reuniones que la concierne esté usted presente, y le queríamos comunicar, que a partir de ahora estará a tiempo completo disponible ya que empezará a hacer reportajes sobre eventos con autores literarios.  Venga dentro de una hora a mi despacho a discutir en profundidad los nuevos términos de su contrato.- Dicho esto, se levantó, se levantaron todos los jefecillos y salieron de la sala.

-¡Mary! Ahora cobrarás más, pero te lo tendrás que currar ¿he?.- Me dijo, y se dio cuenta de que aún estábamos de la mano.- Sabes, he dedicado mucho empeño en que tengas un mejor puesto, aunque ahora ya no seré yo tu jefe si no mi padrastro creo que esto te va a venir muy bien, vas a viajar, a conocer gente, y a demás podrás salir conmigo por hay sin miedo a gastarte algo de dinero.- Dijo acariciándome la mano con su dedo.

Me puse rojisima.

-Gracias.- Le dije dándole un abrazo, y así aprovechando el abrazo apartaba mi mano de la suya, era algo incomodo que mi jefe, en la oficina me estuviera acariciando la mano, a pesar de que fuera Daniel.

Se apartó un poco, y me acarició la cara cogiéndola para que le mirara frente a frente.

-Recuerda que tienes que currartelo, me he jugado mucho con mi padrastro en esto, recuerda que gracias a mi estas en este puesto, y me debes el hacerlo lo mejor posible, pase lo que pase.


-Pase lo que pase- Dije.

 



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En el texto hay: drogas, amor, periodismo

Editado: 31.10.2019

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