No sabía muy bien cómo contestarle, después de su respuesta, que por otra parte tenía que creerme porque tampoco podía saber si era verdad o no .
-Vaya, lo siento.- Le dije.
- ¿De verdad te creías que estaba jugando contigo? Mary, me gustas, se que parezco un baboso o bueno, no se que piensas de mi, pero creo que me he enamorado de ti, y estoy haciendo todo lo posible para que tu estes agusto conmigo.
En ese momento me puse rojisima, ¿Sabeis cuando se nos acelera el corazón y el estómago se os revuelve por algo externo a vosotros? Así estaba yo, en ese momento me quede sin palabras.
Es verdad que una declaración de amor siempre es bonita, aunque esta era muy poco romántica él conduciendo y mirando a la carretera, lo peor era que no podía escapar del coche, y sin darme cuenta ya estábamos llegando a mi casa.
-Se que mañana te toca viajecito a Valencia, y me gustaria que me dijeras algo antes de irte.- Dijo antes de que saliera del coche. -¿Te gustó? ¿Querrías empezar algo conmigo?-
Que directo el chico.
Uff, era una decisión importante, ¿Daniel me gustaba? No podía negar que es guapo, y atento, me consiguió el trabajo pero eso no es excusa como para salir con alguien, además tampoco le conocía mucho, tenía que responderle algo.
-Si no quieres dimelo sin miedo, que no muerdo.- Me dijo, que veía que me lo pensaba un poco.- Las oportunidades solo pasan una vez en la vida, luego, se pierden para siempre, no podía dejar pasar la oportunidad de pedirlo, si es que no, no pasa nada.-
-hmm... vale,te daré una oportunidad para conocernos mejor, porque no lo voy a negar, me gustas.-
Y terminando esta frase tan impropia de mí lanzándome al vacío con un chico al que apenas conocía Daniel acercó su cara a la mía y me dio el beso más romantico que me habían dado en la vida, bueno en realidad fue mi primer beso “de verdad” y no un “pico” infantil.
Después de ese beso que duró como tres segundos me dijo que mañana iría la furgoneta a recogerme, me deseo suerte, que me lo pasara bien en Valencia y se marchó.
Después de hacer la maleta me di un baño para relajarme y poder pensar tranquila.
Todo había pasado muy rápido, en cierto modo aún no lo había asimilado.
Aparte de tener un curro nuevo y sumamente interesante tenía sin comerlo ni beberlo pareja, no sabia que iba a pasar a partir de ahora, y me daba un poco de miedo, pero bueno, como dijo Daniel, las oportunidades estan para cogerlas.
A la mañana siguiente estaba revisando que tuviera todo en la maleta, un clásico donde los haya, hacer una lista de lo imprescindible e ir tachando, llevaba lo necesario como un traje con falda, que dejó mi madre en el salón antes de irme con una nota;
“Enhorabuena hija, este es un regalo de tu padre y mio, felicidades, ten cuidado.”
Mis padres me felicitaron cuando les llame, pero no me esperaba este detalle, supongo que aunque no os demostreis cariño, en el fondo, son tus padres, tú les quieres y ellos a ti.
Una vez todo revisado cerré la maleta y salí a la puerta a esperar.
Tras unos quince minutos de espera, en la que se supone que iba a llegar a las siete, y no a las siete y cuarto una furgoneta apareció doblando la esquina.
-Deja las cosas detrás.- Grito Paul desde el asiento del conductor.
Las deje en la parte de atrás de la furgoneta en la que había más cajas y otra maleta que supongo que era la de Paul, y me monte rumbo a Valencia.
Durante el trayecto Paul y yo estuvimos hablando un poco de todo, desde música, cine, obviamente literatura, que con quien vivíamos en casa, yo le hable de que me había mudado de Alicante, me pregunto cosas sobre este, yo sobre Madrid, y acabamos hablando de política, cosa que no me gustaba, es un tema muy personal de cada uno.
Llegamos al hotel, era un hotel de cuatro estrellas con aparcamiento y buffet, muy cerca del lugar del evento.
En recepción nos dieron las llaves, era una habitación muy amplia, con dos camas, dos baños, sofa, y mesa central, además teníamos vistas al mar, no estaba super cerca pero se veía.
Paul y yo nos instalamos y bajamos a tomar un helado a una heladería cercana.
-Bueno Mary, ¿que tal la reunión del ascenso? ¿Quieres que te cuente lo que se rumorea por la oficina de la reunión de ayer?- Dijo Paul sonriendo, sacando la cuchara de plástico de la boca.