Nos sentamos en el mismo banco que el primer día, todo parecía igual excepto porque no estaba la hermanastra pequeña de Daniel jugando.
-Mary, dime que ocurre.- Me dijo cogiéndome de las manos.- De verdad, que no me voy a enfadar, ¿que pasa?.- Mirándome a los ojos.
Le mire a los ojos, y los míos se tornaron vidriosos, no se mentir, no me podía callar.
-Da... -Me cuesta mucho hablar en este estado, suspire.- Daniel... yo... me gusta... un chico.- Dije justo antes de romper a llorar.
-Tranquila.- Me dijo con esa sonrisa segura que ponía el siempre. -Nos precipitamos mucho al salir, más bien yo, yo se que me precipite, no tuve en cuenta lo que tu sentías.- Casi lo decía como si me hubiera obligado...
-No... yo... fue culpa mía, yo acepte aun sabiendo que me gustaba otro chico... lo siento...- Comencé a moquear como una niña chica.
Dani me abrazo, me apretó fuerte contra él y me beso la cabeza.
-¿Por que estaba Paul tan preocupado, que pasó en Valencia?- Me pregunto aun apretando contra el.
-Que...-Dije entre sollozos.- Que estaba allí...-
-¿Allí? ¿Vive allí? ¿Era de la editorial?- Dijo extrañado.
-Es escritor...- Dije como si le tuviera que contar todo en ese momento.- Bueno, ahora es escritor al parecer.- Concluí, no iba a decir nada más.
-No te preocupes cariño.- Me dijo, seguía sonriendo me subió la cabeza agarrándome de la barbilla y me vio así... con esas pintas...llena de mocos y con los ojos vidriosos e hinchados de llorar.- Las personas no podemos controlar a quien queremos o dejamos de querer, si fuera así...todo sería distinto, Mary yo te quiero, y si a ti te gusta otro chico no creo que pueda hacer más por evitarlo que haciendo que me quieras tu también a mi.- Me dijo serio, ya casi no sonreía.- ¿Va a venir ese chico a la ciudad?.- Me pregunto.
-No lo se... supongo que si, yo le dije de entrevistarlo... no se.- Me sentía mal, veía la decepción reflejada en los ojos de Daniel y sabía que era culpa mía.
Se levantó del banco y cogiéndome de la mano para que me levantara me beso en la boca cogiéndome de la barbilla, sus labios se aplastaron contra los míos y su lengua entró y salió haciendo un movimiento circular en mi boca. -Tranquila.
Daniel era tan alto y guapo, siempre tan protector conmigo, me gustaba, pero sabía que no le quería, no sabía porque seguía con esto, lo sencillo hubiera sido dejarle y ya esta, dejarle en ese instante y llamar a Paulo, o algo así, en parte estaba endeudada con Daniel... recuerdo claras sus palabras “-Recuerda que tienes que currartelo, me he jugado mucho con mi padrastro en esto, recuerda que gracias a mi estas en este puesto, y me debes el hacerlo lo mejor posible, pase lo que pase.”
Creo que toda esta situación me superaba, no soy una cría pero nunca me había pasado nada similar, en fin, solo quería irme de allí y estar sola un rato, Daniel me acompaño a casa y se despidió de mí con un beso similar al anterior, y se fue me dijo que mañana vendría a recogerme que tenía reunión con el jefazo.
Yo tenia ganas de nada, esa sensación de defraudar a Daniel que a luchado tanto por mi, y de dejar escapar a Paulo que... no a hecho nada por mi pero, demonios, es una sensación tan extraña solo el hecho de pensar en él era como si nada fuese real, una sensación tan cálida en el estómago, solía llamar a esta sensación anestesia. Pero se tornaba algo desagradable al saber en la situación en la que me encontraba.
Todo era un asco, podía no haber salido nunca con Daniel, no haberle dicho que si sabiendo que no le quería, pensaba que esa situación cambiaría, y me trata genial, pero por ahora no creo que vaya a ser así, si no me hubiera encontrado a Paulo, quizas... pero si no hubiera empezado a trabajar con Daniel no me habría vuelto a reencontrar con Paulo, ¿verdad? Puede que el destino quería que me lo cruzara de todos modos. No, el destino me lo ha echo cruzar por algo, porque siempre pasan estas cosas en las peores situaciones, cuando tienes pareja siempre se acerca algún antiguo amor, y cuando no no sabes nada de ellos...
Llegó la hora de ir al trabajo, estaba esperando a Daniel y no llegaba, estaba sentada en el bordillo de la calle cerca de casa, ya me estaba durmiendo, porque había madrugado, y me llamaron al móvil.
-Mary, es mañana la reunión, siento el error, te paso a recoger mañana, adiós.- Dijo la voz de Daniel a toda velocidad.
Suspire profundamente por la frustración de haberme despertado y preparado para nada y volví a la cama, no tenia ganas de nada, ni de prepararme las preguntas ni de mirar los próximos eventos que por suerte se que habia un par en Madrid.