Anestesia

Capitulo 16- Época de lluvias

Paulo iba a trabajar conmigo en Madrid, bueno conmigo no, en mi misma oficina. Ya fuera del despacho del jefazo Paulo me contaba que pasaba.

-Veras me han ofrecido este trabajo, a mi agente le a parecido bien, y ya que tengo un par de eventos a los que asistir en Madrid, es una gran oportunidad de trabajar aquí en la capital, así que aunque pasado mañana me vuelva a Alicante mi agente me buscara casa aquí en Madrid.- me dijo con una sonrisa serena y con cara de ilusión.- ¿No es genial?- Me dijo cogiéndome de las manos.- Nunca me había imaginado esto, es como un sueño.-Dijo.

Era como un sueño, cualquier escritor quería aquello, y eso que no había publicado ni su primer libro.

Yo no dejaba de pensar en porque no me había llamado, y si debía preguntarle por la nota del libro.

-Eh.. Paulo.-Le dije soltándome de sus manos.- ¿Que quería decir la nota del libro?¿Como sabias que iba a estar allí?¿Porque no me has dicho que iba a estar en Madrid?¿Porque no me has llamado?- Dije a trota caballo.

Se quedó callado mirándome.

- La nota la escribí porque te vi el primer día del evento en Valencia, y no me iba a ir de allí son darte un ejemplar de mi novela.- Me contestó, bueno por lo menos ya sabía que no era adivino, todo eso tenía más sentido.- No te he dicho lo de Madrid porque me avisó a última hora mi agente, y como no sabia bien como iba a ir esto y el tiempo que necesitaba no quería llamarte para decirte de no quedar.- Me dijo con mirada agradable y serena con una medio sonrisa.

 

Me volvió a coger de las manos.

-Y como ves ya he conocido a tu chico, un pelín violento para mi gusto.- Concluyó.

-Hombre...-Me detuve un segundo antes de hablar.-Le has estado provocando todo el rato, no seas malo con él.- No entendía porque hablaba con Paulo como si le conociera de toda la vida, si la realidad era que no lo conocía de prácticamente nada.

-Solamente me hace gracia que se pique.- Contesto con una sonrisa maliciosa.

Sonó mi móvil.

-Mary, ¿Donde estas? Te espero en la puerta.- Era Daniel.

Colgué rápidamente.

-Me tengo que ir... adiós.- Intente ser lo más seca que podía.

Cuando fui a girarme ni recordaba que Paulo me estaba cogiendo de las manos, tiró de mí, salí impulsada levemente hacia él hasta prácticamente chocarnos, nuestras caras estaban, como diría Daniel, demasiado cerca.

-¿De verdad te quieres despedir así?- Cambiar el tono de voz, no parecía el.

Mi corazón se empezó a acelerar, no sabía que estaba pasando, estaba demasiado cerca de él, me gustaba pero no así, y para colmo Daniel me estaba esperando abajo.

Me agarro de la mejilla y empezó a acercarse más a mi, sus labios a mis labios.

-Mary...-Dijeron desde la esquina del pasillo, Paulo giró la cabeza.

-¡Hey! que tal chaval.- Dijo Paul oportunamente agarrándole del hombro haciendo que me soltara rápidamente.- ¿Que haces aquí en Madrid?- Le pregunto haciendo ver que no había visto nada, yo pude alejarme un poco.

-Adiós.- Dije rápido y nerviosamente me marche.

Nunca había visto a Paulo así, cale que no le había visto mucho, pero normalmente era dulce, amable, algo vacilón, pero no de esa manera, era mejor que Daniel no se enterara de nada de esto, y sabía que Paul no se lo iba a contar.

No volví a la oficina, nos tocaba cubrir unos eventos en Madrid a los que Paul me acompañó, fue todo muy normal, el fotos, yo algunas preguntas y una reseña del evento, nada que pudiera obstaculizar mi estancada carrera.

Con Daniel las cosas parecían empezar a ir bien, no quedamos todos los días, pero esas dos semanas pasaron volando y llegó el invierno, pronto sería esa fiesta que hacen en toda las empresas en la que reúnen a todos los empleados por navidad, fiesta a la cual no quería ir, había esquivado estas dos semana el ir a la oficina y no encontrarme con Paulo, que no se si trabajaba allí o desde casa, su nueva casa en Madrid.

Paul y yo hablamos poco de tema, solo que Paulo se mudaba  a Madrid para trabajar en el periódico, y que las cosas empezaban a marchar rumbo dirección positiva con Daniel. Paul seguía pensando que era un snob, pero se alegraba de que me fueran bien las cosas.

Siempre me había dicho que le recordaba a alguien, pero no de una forma rara, si no de alguien como de su familia.

Desgraciadamente para mi, empezó la época de lluvias, frío, y eventos navideños precipitados a los que asistirá, y también mi temida fiesta navideña de la empresa.

 

Allí estábamos todos escuchando el discurso del jefazo en esa sala llena de gente, con canapés y barra libre, yo pretendía no beber pero después de ir un rato a refrescos empezaron a servir copazos, intente esquivar a Paulo toda la noche, Daniel estuvo mucho rato conmigo y Paul contando anécdotas del jefe, pero era muy solicitado por las chicas de redacción en general que si foto por allí, un chupito por acá, en fin, el llevaba más tiempo que yo allí así que suponía que era popular.

Después de tres copas ya me sentía mareada, fui al baño, no a vomitar, solo a hacer pis, no me sentía tan mal, solo un poco borracha, entre tan normal y hoy que alguien entraba cuando yo ya estaba dentro de esos cubículos individuales que hay en los baños.



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En el texto hay: drogas, amor, periodismo

Editado: 31.10.2019

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