Una ducha cálida nocturna en la ciudad de Bogotá, es un premio dado por uno mismo, es aceptar que estás cansado, que mereces una recompensa, ¿y qué mejor recompensa que ver cómo la suciedad y las malas energías se van por el desagüe? sentir cómo el agua te va llenando de ganas de vivir.
Una ducha es una de las pocas monotonías agradables en la vida, es un pretexto para estar a solas 10 minutos diarios y relajarse al estarlo, puedes mirar tu propio cuerpo de la forma más natural, sin perjuicios, aquí nadie te juzga, aquí te sientes bien contigo mismo, no hay miradas de asombro, ni dedos que te señalen porque te tocas de la manera más delicada posible, te sientes bien, te sientes tú.
No hay mejor momento para pensar, aquí nacieron grandes poetas, escritores, cantantes, artistas… miles de pensamientos atraviesan tu cabeza, e incluso pueden ser resueltos aquí mismo.
Sin embargo, si eres la protagonista de esta historia, lo más probable es que pienses en cuál será tu siguiente golpe, cuál será tu siguiente víctima, y cómo verse lo más sensual para ella.
En la bañera, Ángel pasa las manos jabonosas por sus pies, sube por sus hermosas piernas…
Sube el vestido hasta sus caderas y se lo termina de poner ajustando bien en sus pechos, observa su reflejo y nota que le queda perfecto para mostrar su pequeña cintura, se pone un collar que cae justo en sus senos y le hace ver el cuello más largo.
Peina su corto y negro cabello, lo recoge en una sutil tela y se pone su bellísima peluca de risos dorados hecha en Italia.
Con la magia del maquillaje logra esconder sus tiernas y no muy notorias pecas, alarga sus pestañas, se ruboriza las mejillas, y poco a poco entre la magia de la estética y el impresionante vestido a la moda, unos lentes de contacto color verde selva que remplazan las gafas que enmarcan sus ojos cafés oscuros, Ángel se va transformando, ahora dejó de ser una estudiante tímida de literatura, para convertirse en la hermosa dama llamada Lucía que se refleja en aquel lujoso espejo.
Antes de salir la pequeña voz le habla
<< ¿Y si es un robo de nuevo? >>, se queda en total silencio por unos segundos, luego se responde << No, no lo es, de eso estoy segura>>, Y sale del apartamento.