Después de que los miembros del Equipo Nova se dividieran en el área de los calabozos, se ocuparon de buscar a Sheyla, repartidos en las alas este y oeste de la mansión, la cual iban recorriendo poco a poco, mientras revisaban hasta el más mínimo rincón de la misma, Con respecto a Gary -que estaba en el área este, según lo acordado con el resto del equipo-, había decidido avanzar con mucha discreción por el área en la que se encontraba, no porque no se supiera capaz de enfrentar a los vampiros que se llegara a topar en el camino, si no por Peige, que estaba herida -ya que su sangre podía atraer a esos monstruos a donde se hallaban-, y la estaba protegiendo, en la medida de lo posible, en un ambiente que, de un momento a otro, se podía volver completamente hostil para ellos. Y en caso de que todo se llegara a complicar allí, ya tenía consigo un par de Hanbōs de madera, cuyas puntas eran unos picos, similares a las puntas de las estacas, por lo que se sentía muy seguro en su andar por aquella vivienda.
De repente, Peige -que no se despegaba de su lado- se detuvo y soltó un quejido de dolor, mientras se llevaba las manos al abdomen y le dijo a su acompañante:
—Ya no sé si pueda seguir, me duele mucho.
—Cariño, no te rindas —le pidió él, muy preocupado—, estamos muy cerca de cumplir con ésta tarea. Te prometo que después de esto, nos tomaremos unas merecidas vacaciones, pero aguanta un poco más.
—Lo intentaré.
—Confío en que será así, nena —le dijo el otro, para que la chica se sintiera más animada.
—¿Cómo le estará yendo a los chicos ahora?
—Deja de preocuparte tanto por ellos, Peige —le comentó Gary, con voz suave.
—Perdón, pero no lo puedo evitar.
—Ellos ya saben cómo cuidarse las espadas, están entrenados para esto —le explicó él, sereno.
—Lo digo más que todo porque Ángel tampoco aparece. A pesar de que sé que sabe cómo luchar contra los vampiros, no dejo de pensar en que es solamente un niño.
Al escuchar lo que dijera la joven, Gary cayó en cuenta de un punto que no había considerado, al menos hasta ése instante: El hecho de que todos ellos no eran más que unos muchachos, que por una o otra razón, habían acabado inmiscuidos en medio de un conflicto que no les pertenecía -o eso pensaba, al ignorar la relación que tenía el más joven de su equipo con dicha lucha-, entre los vampiros y los Hombres Lobo; el cual se había mantenido desde hacía muchos siglos atrás, en tiempos que él solamente podía llegar a imaginar en su mente. Y todo por ser parte de los "daños colaterales" de la misma, al ser sobrevivientes de los ataques de los hematófagos, en medio de la búsqueda de saciar su sed inagotable de sangre.
El trabajo que Sheyla le había encomendado de acabar con su clan, era, sin ninguna duda, el reto más difícil al que él se estaba enfrentando en la vida, y por llevar a cabo aquella tarea, había puesto en un peligro inminente a todos los chicos que formaban parte del "Equipo Nova". Pero en ése momento, no había tiempo para lamentaciones, pues ya no había marcha atrás,, ya estaban en aquella mansión, muy cerca de cumlpir con su cometido -en el caso de que todo se resolviera de modo favorable para ellos ésa noche-,, y no le quedaba otra opción que confiar en que los chicos sabrían cómo sobrevivir en ésas circunstancias tan adversas.
Lo único que alcanzó a decir en el momento fue:
—Espero que todo éste asunto termine pronto y podamos volver a casa.
—También yo —dijo Peige, un poco más calmada.
Siguieron adelante con su marcha, pero no mucho después de eso, repentinamente se oyó el estruendo de unos disparos al aire, cosa que le pareció un poco rara al líder de aquel grupo de cazadores, que se dijo para sus adentros: “Eso no es bueno, esos ruidos podrían alertar a los vampiros de que escapamos de las mazmorras”, por lo que desde ése momento, se mantuvo alerta, y tomó sus armas, por si alguno de ellos llegaban a acercarse a donde se encontraban, ya que haría lo necesario para defender a su chica, sin lugar a dudas...
Algo muy similar ocurrió en la zona oeste de dicho recinto, cuando Kassandra oyó aquel estruendo, y fue por eso que decidió sacar su ballesta, para estar preparada en el momento en que se llegaran a encontrar con algún vampiro en su camino. Nick fue la excepción de la regla; debido a que él era el único en el equipo -además de Esteban y Ángel- que conocía el plan que ellos habían armado, en conjunto con la vampiresa y Milnor, el líder de los Hombres Lobo, y dedujo que el otrora cazador de licántropos, les estaba dando la señal para que iniciaran con el ataque a la mansión del clan de los vampiros. Supuso que lo había hecho porque no lograba encontrar a Ángel aún, ya que eran sus protectores, o algo así, pero no tenía idea de la razón por la que lo hacían en realidad.
Fue por eso mismo que se dijo, en voz baja, un poco fastidiado por lo que estaba sucediendo allí:
—Ése muchacho es escurridizo en verdad... ¿Cuándo dejará de meterse en problemas?
—Sí, él debe recordar, aunque sea un poco éste lugar —comentó Kassandra, pensativa—. Creció aquí, después de todo...
—¿A qué te refieres con eso, Kaz?
—Ah, lo que pasa es que me enteré de que él se había criado en éste lugar desde que era un bebé —le contó la joven, un poco apenada.
—¿Y cómo fue que lo supiste?
No obstante, y a pesar de la confusión que tenía en ése momento, Nick logró recordar que, por la tarde, cuando Gary los envió a patrullar en la ciudad, por aquel reporte de los “sujetos extraños” que estaban merodeando en la zona -que era la fachada de los Hombres Lobo, para distraerlos e ir por el menor a su guarida-, ella no había aparecido por ahí hasta que ya era un poco tarde. También recordó que el jefe del Equipo Nova se reunió con Sheyla aquella noche, porque debían hablar de algo muy importante.
¿Y qué significaba eso? Que ella seguramente había seguido a Gary cuando se fue de la guarida, con el fin de averiguar lo que estaba sucediendo con la vampiresa. La miró, muy sorprendido, porque ella no solía desobedecer los mandatos de su líder, y se limitó a decirle:
#5406 en Otros
#936 en Acción
#4619 en Fantasía
#1692 en Personajes sobrenaturales
Editado: 04.04.2025