Ángel Caído

Capítulo III - La tormenta

La tensa calma que vivíamos de repente se convirtió en una tormenta cuando la noticia de la desaparición de Ryan salió a la luz.

Los medios de comunicación estaban revolucionados al igual que todo el alumnado, todo era un desastre.

Había policías en el Colegio, en los alrededores, había carteles con el rostro de Ryan en noticieros nacionales e internacionales, en paredes del centro de la ciudad e incluso en los pequeños restaurantes de comida rápida de las lejanías.

Toda la información que tenía se la di al señor Lesbuth, y aunque me ofrecí para declarar ante la policía, el señor Lesbuth en un intento de protegerme me pidió que me mantuviera al margen, ya que si me veía inmiscuida la prensa estaría sobre mí y sobre mi familia.

Aunque claro, desconocía qué le diría a la Policía o si acaso mencionaría mi participación con respecto a la información que le brindé. Según le entendí no quería que me viera involucrada en interrogatorios o polémicas.

Tanto Leon como Támara me aseguraron que era lo correcto, y que a ellos también les parecía el mejor camino.

Mi madre no tardó en llamarme y en darme claras instrucciones sobre no dar ninguna declaración sin la presencia de algún abogado, pues ella creía que tarde o temprano me buscarían o el foco de luz estaría puesto sobre mí, ya que yo mantuve varios años una relación con Ryan. Claro que no le mencioné nada sobre la información que le había brindado al señor Lesbuth.

-Ya todo esto me está sacando de quicio - Karen apareció de repente y se sentó a mi lado. Estábamos esperando a que empezara la hora de matemática.

-¿Qué sucede? - le pregunté - ¿Algún admirador perseverante?

-No - revoloteo sus pestañas en señal de fastidio y desagrado - Ahora resulta ser que medio instituto era amigo de Ryan.

-¿De qué hablas? - Pregunté confundida.

-No entiendo por qué, pero muchos están diciendo cuán cercanos eran realmente de Ryan, cuando sabemos que es mentira, solo por dos minutos de fama… La verdad no lo entiendo, quieren estar frente al ojo público antes de heredar las compañías de sus padres.

-Lo cual es completamente insensato - Razoné.

-Lo sé - Abrió su libro molesta - Y si vieras a Vanessa llorando por los pasillos.

-No quiero verla - le aseguré.

-Por supuesto que no - Me habló con obviedad - Pero el que no lo veas no quita el hecho de que lo haga, y de cierta forma es algo que me molesta.

-Suelta toda esa rabia y concéntrate en clases, pronto serán los exámenes finales - Diciendo esto, esperé que dejáramos el tema atrás.

-Alguien está más irritable el día de hoy - Karen se quejó.

-La verdad sí - Dije mientras cerraba los ojos y me recostaba de lleno en la silla, tratando de relajar mi postura - Estoy preocupada por Ryan, y todo el alboroto que han generado los medios me tiene mal de la cabeza.

-Lo sé - Karen tomó mi mano - Lamento haber dicho lo que dije, simplemente me cuesta procesar todo lo que está pasando… Pero sé que para ti debe ser incluso peor.

-Todos éramos amigos - dije mientras abría mis ojos y miraba a Karen con cariño - aunque él y yo tuviéramos una relación... Es difícil para todos, es difícil creer que alguien que conoces desde hace tantos años, de repente va a desaparecer.

La profesora de matemáticas entró al aula, Karen y yo dimos por terminada nuestra plática y nos dispusimos a abrir nuestros libros.

Cuando abrí mi libro una notita doblada salió volando de él. Támara se sentaba dos asientos detrás de mí, y se percató de la nota.

Tratando de disimular recogí la nota y la guardé debajo de la tapa dura de mi libreta. Por alguna razón, sentí la necesidad de ocultar la nota, y no compartirlo con nadie.

Cuando creí que nadie me observaba, volví a sacar la nota y la desdoblé, leyendo el contenido de la misma. En un primer momento me sentí confundida, así que tuve que leerla varias veces.

"Ryan y tú, cuando cumplieron su segundo año de relación, le dijeron a todos que irían a cenar. Pero realmente, los dos fueron a un hotel, se suponía que sería tu primera vez, pero te arrepentiste y no quisiste hacerlo".

Mis mejillas se enrojecieron y sentí que mi rostro se calentaba. Bajé la nota y miré lo más disimuladamente posible a mi alrededor, pero nadie parecía prestarme atención.

No entendía cómo llegó esa nota a mi libro y mucho menos cómo es que contenía esa información. Ryan y yo juramos que nunca se lo contaríamos a alguien.

Y ¿Por qué en todo este tiempo, justamente alguien me hablaría de ello cuando Ryan desaparece? ¿Él se lo contó a esa persona? ¿Quién era esa persona y por qué me dejó esta nota?

Sinceramente estaba bastante confundida, y por un momento me sentí traicionada, al saber que nuestros secretos, ya no eran secretos, y no exactamente porque yo los contara.

Aun así, la persona que escribió la nota no me está chantajeando, no me pedía nada, simplemente es como si me informara de algo que él sabe, y quiere restregármelo en la cara.

-¿Qué pasa? - Karen incrustó su codo en mi costilla.

-Ay - Me quejé mientras que masajeaba la zona afectada.

-Estás muy roja y tienes mal semblante - me informó.

Lo sopesé por un momento y no tenía sentido que le ocultara esas cosas a Karen, y no sé si deba siquiera ocultarlo de la Policía… Aunque si lo pienso con más calma, quizás sea alguien intentando molestarme y el que yo muestre esa nota que no dice nada con respecto a la desaparición de Ryan, que solo menciona algo del pasado, pueda entorpecer o dirigir la búsqueda en una dirección equivocada.

-Te contaré después de clase - Le respondí a mi mejor amiga. Aunque no se lo contaría a la policía, por supuesto que se lo contaría a Karen.

Luego de eso intenté concentrarme en clases, pero por mucho que lo intenté no podía dejar de darle vueltas al asunto, era algo que me intrigaba y por alguna razón me molestaba.




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