Ángel Caído

Capítulo IX - Sin memoria

Mi llegada a la casa de Giovanni fue caótica, mi madre si apenas pudo controlar los nervios delante de las cámaras, y la cantidad de interrogatorios y declaraciones que tuve que dar luego de eso fue descomunal, tanto para las autoridades como para funcionarios bajo el cargo del novio de mamá.

Nadie entendía qué sucedió, y los exámenes médicos que me hicieron demostraron exactamente lo mismo que ya me había informado la Agencia: gran dosis continua de sedantes que tuvieron como efecto secundario mi amnesia.

Al parecer, según los exámenes no parecía haber sufrido de ningún abuso físico, pero estaban temerosos de las repercusiones psicológicas que esto podía llegar a tener, teniendo en cuanta que no sabían si quiera el motivo principal de mi secuestro, ya que ni siquiera recibieron la tan esperada llamada de extorsión monetaria.

El alivio de mi madre era extremadamente notorio, de hecho, había cambiado radicalmente la forma en que se estaba comportando conmigo, lo cual hacía que pusiera mis defensas en alto, porque sentía que en cualquier momento todo se vendría abajo. Una Kendra tan dulce y preocupada por mi bienestar a tal extremo era realmente extraño.

Los rumores comenzaron a correr tras mi llegada, debido a que, junto a mi desaparición, apareció Ryan nuevamente, lo que hacía rumorear que no parecían hechos aislados. De hecho, la forma tan súbita de mi llegada al igual de como fue la de Ryan, no hacía más que alimentar un montón de teorías conspirativas del público.

Con lo que respecta a Leon ese era un tema realmente sensible para mí, aún tenía pesadillas con el día que casi sufre una especie de colapso por mi egoísmo. Creí que podría solucionar las cosas, pero claramente era mucho más complejo de lo que creí que eran.

Decidí desde ese momento que no forzaría nada, temerosa de que volviera a suceder, le contaría de a poco algunos detalles indispensables a Leon, como que él también era un híbrido, y que guardábamos grandes secretos a la Agencia. Con lo que respecta a nuestra relación y las cosas que vivimos, me conformaría con que volviera a conocerme de a poco.

En un rinconcito de mi mente las palabras de Pepe estaban grabadas a fuego vivo: “¿Y si Leon no pudiera recordar tu pasado humano? ¿Si solo pueda verte por lo que eres en este momento? ¿Seguirías gustándole?”. Ahora incluso yo me hacía esas mismas preguntas, sin contar de que mi estruendoso temor de gustarle solo por ser su Rahea, estaba escarbando en mi mente para resurgir.

Támara me comentó que Leon no se comportaba fuera de lo normal, solo que parecía que había vuelto al pasado, como si su personalidad y forma de ser hubieran retrocedido hasta el momento exacto donde nos conocimos.

La verdad no lograba entender a qué se refería, Leon siempre fue una única persona para mí, el Leon que recuerdo, no logro percibirlo diferente, ni siquiera imaginar que era diferente antes de conocerme. Pero como lo plantea Támara, existe un antes y después al conocerme y todo lo que sucedió con Katte.

Me contaron lo que sucedió el día de mi desaparición que no fue más que Pepe raptándome luego de prometerle a Leon que me salvaría en mi lecho de muerte. No me imagino lo que fue para ellos, no me lo han dicho, pero estos dos meses parece que fue realmente difícil para mi familia y amigos.

-Toc toc – Edward hablaba a la par que golpeaba la puerta abierta de mi habitación – Tienes visitas… - Parece que vaciló un poco al decirme lo último.

Lo miré con suspicacia mientras que me levantaba de la cama. Edward se había convertido en mi aliado dentro de la casa, tanto él como Giovanni estaban al tanto de la existencia del otro mundo, facilitándome muchísimo más las cosas. Mis Guardianes vivían dentro de la enorme propiedad, solo debían cuidar no encontrarse con mi madre.

Fue realmente una sorpresa para Giovanni enterarse que yo era igual a su hermano, y que, a diferencia de su familia, la mía no tenía ni el menor conocimiento sobre el otro mundo.

-Karen debo cortar – Le comuniqué a Karen que estaban al otro lado de la línea telefónica – pásate por casa luego – Ya que vivía confinada en esta casa desde mi regreso no teníamos más opción que vernos aquí - ¿Qué sucede? – Pregunté luego de despedirme de mi amiga.

-Sera mejor que bajes y lo compruebes tú misma – Ante su tono de voz me apresuré a salir de la habitación, sintiendo que me seguía solo unos pasos atrás.

Cuando llegué a la primera planta visualicé a mi madre junto a un par de atractivos Guardianes, que extrañamente se hacían familiares. Mis ojos se desorbitaron al darme cuenta de quiénes se trataban.

-Lyla querida – Mi madre me miró sonriente – Lamento interrumpirte, pero quería que conocieras a tus Guardaespaldas, me encargué personalmente de escogerlos, recomendados de una agencia bastante profesional… Se encargarán de acompañarte cada vez que necesites salir.

Los miré boquiabierta sin entender qué estaba sucediendo, mira a cada par de ojos que me observaba sin terminar de entender realmente.

- ¡Vaya! ¿Guardaespaldas…? – Fue lo único que alcancé a decir.

-Sí, sabes que luego de lo que sucedió las cosas son diferentes – Mi madre le costaba hablar de lo sucedido, por tanto, bordeaba el tema con extremo cuidado – Sé que no puedes vivir tu vida encerrada en esta casa, pero no puedo permitir que salgas sin protección… Me encargué de que fuera lo más sutil posible – Se apresuro a aclarar al ver mi expresión de sorpresa – Un chico y una chica, que fácilmente se pueden hacer pasar por tus amigos, nadie tiene que saber que son tus Guardaespaldas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.