Ángel Ciego 12. Aventuras en el inframundo

Hades

— ¿Estás bien? — preguntó el desconocido que se acercó al ver que Izbet estaba sola.

— Sí... gracias por todo, debo ir a buscar a esa tal Briseida para tener una larga conversación con ella y Piccolo, los tres juntos.

— Que pena... quería hacer esto por las buenas.

— ¿Qué quieres decir?

De atrás de ellos salió la mujer del pelo largo, puso en la frente de la otra mujer de pelo corto su mano, la mitad demonio cayó inconsciente, él la tomó en brazos.

— ¿Cuáles son sus órdenes ahora, mi Señor?

— Volvamos a casa — entraron en la cueva, y desaparecieron.

Mientras esto pasaba, Lilith se reunió con los demás.

— Lo siento, es muy testaruda, pero sé que la hice pensar, creo que muy pronto sabremos de ella.

— ¿Tampoco ha encontrado a la otra mujer? — le preguntó Shin al guerrero verde.

— No, creo que un par de veces la vimos con Izbet cuando vigilábamos. Ella una vez me dijo que una mujer nos miraba extraño, pero no le di importancia.

— ¿No será que está enamorada de ti y planeó esto para separarlos? — conjeturó su hijo.

En eso llegaron corriendo dos ogros.

— Piccolo apúrate, se llevaron a tu mujer — dijo Mez.

— ¿Qué pasó? — preguntó Yun preocupado.

— Ella estaba conversando con un... — Goz tuvo que descansar, porque le faltaba el aire — hombre de pelo blanco, algo le dijo, entonces una mujer de cabello muy largo le puso la mano en la cabeza e Izbet se cayó, el tipo la tomó en brazos, caminaron hacia una cueva, pero al entrar los tres desaparecieron junto con la caverna.

— Llévennos allá — pidió Shin.

Cuando estuvieron allí revisaron todo el lugar.

— No recuerdo haber visto nunca una caverna aquí — explicó el namek.

— Yo converse con ella cerca de aquí, donde estaba el tipo alto — puntualizó Lilith.

— Está era la entrada al Olimpo — dijo Shin luego de mirar fijamente el lugar.

— ¿Cómo? — preguntó la pelirroja.

— Hace tiempo los espíritus de los muertos del Olimpo pasaban para acá, y viceversa, hubo muchos problemas por eso, así que Zeus, el Rey de ese lugar, y Zeno Sama sellaron está pasada — pensativo — ¿Cómo era el hombre y la mujer que estaban con Izbet?

— Era alto, delgado, pelo corto claro, ojos oscuros — respondió el ogro de piel roja.

— Ella alta, pelo café muy largo, ojos también cafés — complementó el de azul.

— ¿La mujer que estuvo con usted? — preguntó el dios a Piccolo.

— Sí, ella es así.

— Vamos al Olimpo entonces — propuso el joven dios — por favor, vuelve al Planeta Sagrado — le pidió Kaio Shin a la pelirroja.

— Iré con ustedes, tengo una amiga allá que nos puede dar información — sugirió Lilith.

— ¿Conoces ese lugar? — se extrañó su pareja.

— Sí, recorrí mucho para encontrar a Supay.

— ¿No recuerdan algo más? — preguntó el namek a los ogros.

— Vi un símbolo en una parte de la ropa de él — Gez lo dibujó en el suelo.

— Creo que lo vi en... — sonrojado — una parte del cuerpo de la mujer algo parecido — explicó el guerrero de piel verde.

— Vamos todos entonces — se teletransportaron.

Cuando llegaron al Olimpo, fueron con Psique, la esposa de Eros, el dios del amor, ella era de pelo rubio hasta la cintura, ojos oscuros, piel blanca como la leche.

— Pero que sorpresa ¿Cómo te fue en tu búsqueda? — saludó la diosa a la pelirroja.

— Bien.

— ¿Encontraste a tu novio entonces?

— Si, pero eso ya termino. Te presento a Kaio Shin... mi... — vaciló.

— Soy su... pareja — todavía no habían formalizado nada entre los dos.

— Un gusto — saludó la habitante del Olimpo.

— Ellos son Piccolo y su hijo Yun.

— Un placer conocerlos.

— Necesitamos un favor, buscamos a alguien que vive acá, pero no sabemos su nombre — explicó la pelirroja a su amiga.

— Que me pueden decir para ayudarlos — preguntó la rubia.

— Es alto, delgado, pelo blanco corto, ojos y piel oscura — explicó Shin.

— Creo saber quién es ¿Por qué lo buscan?

— Por ahora no podemos decirlo — remarcó el namek.

— Confía en mí, es para ayudar a una amiga — le explicó Lilith.

— Está bien, pueden decirme algo más de ese hombre que buscan — preguntó luego que pensó un rato Psique.

— Anda con una mujer alta, delgada, de cabello casi hasta el piso, café — la describió Piccolo.

— Se llama Briseida — recordó la demonio.



#6199 en Fanfic

En el texto hay: engano, amor, luchas

Editado: 01.04.2020

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