— ¿Puedes ver? — consultó el namek angustiado y nervioso.
Piccolo siempre se preguntó si Izbet sentiría lo mismo por él si no hubiera sido ciega.
— Cielos, sabía que eres muy especial por dentro, eso me enamoro de ti, pero ni en sueños pude imaginarme lo bello que eres — quedó fascinada viéndolo.
— ¿¿¿Yyy...??? — preguntaron Enma Sama y los ogros curiosos por el final de la historia, al ver que ella no continuaba hablando.
— ¿En que estaba...? — sonrojada, se había olvidado de ellos — me distraje... después de aumentar mi poder, Shini me pidió que me quedará un rato con el anciano, dijo que faltaba algo más, fue a pedirle ayuda al Gran Patriarca para devolverme la vista, Jattyta, Tochat y los demás mandaron saludos. Aproveche que luego tuvo que llevarme a la Tierra por una cosa y le pedí poder ir a ver a Yun, fuimos y te mando varias fotografías ¡Luego te contaré una gran sorpresa que me lleve!
— ¿Sólo eso traes en tu bolso? — se veía que había más cosas.
— Tengo lo necesario para cobrarme algunas deudas pendientes, ya vuelvo — extendió sus alas y se fue.
Piccolo aprovechó de pedirle de nuevo a Enma Sama que los padres de ella puedan ir a visitarla, después de todo estuvo dispuesta a sacrificarse para salvar la Tierra de la rebelión, argumentó, antes que le respondiera sintieron el ki de Izbet y de Freezer muy altos, al rato el poder de él bajo hasta que quedó casi inexistente, lo mismo pasó con Cell, al Jefe de los Ogro lo llamaron a su celular.
— Freezer tiene puesto un vestido y está colgando de la aguja de montaña... ¿Qué le sacó el aguijón a Cell, y se lo metió dónde?... está depilando con cera caliente los pelos de la cabeza de Babidi — cerró y guardó el aparato — te compadezco, tiene un carácter muy complicado.
— Sólo con quienes la subestiman — sonrió orgulloso al escuchar todas las cosas que hizo.
— Nos vamos, dile que sus padres tienen permiso de venir a verla cuando quieran, yo les avisare a ellos — se fueron todos.
Al rato volvió la mujer del mechón blanco, antes de bajar a su lado hizo desaparecer sus alas.
— ¿Qué hiciste? — preguntó el namek, haciéndose él que no sabía.
— Me cobre lo que me debían, luego de esto todos me conocerán en el infierno, ya no seré solo la pareja de Piccolo, seré Izbet, así nadie pensará usarme para presionarte de nuevo.
— Enma Sama autorizó que tus padres puedan venir a verte cuando quieran — le dijo sabiendo lo que la alegraría.
— Por fin podré volver a estar con ellos — casi saltó de felicidad — por fin conocerás a tu suegra, te llevarás bien con ella, es un verdadero ángel.
— ¿Trajiste lo que te pedí por extraer tu potencial oculto? — una esfera se hizo visible al lado de la pareja, en ella se veía al Anciano Kaio Shin desde el Planeta Sagrado.
— Sí, aquí está — un sobre que tenía en las manos se desvaneció y apareció en las manos del anciano.
— ¿Qué fue lo que te pidió? — consultó curioso el hombre de piel verde.
— Una fotografía de cuando era joven, en traje de baño.
— Maldito viejo libidi... — empezó a mascullar con los dientes y puños apretados, pero ella le hizo un guiño con el ojo, y un gesto rápido para que estuviera tranquilo.
En el Planeta Sagrado.
— No debió pedirle algo así — le recriminó el joven dios.
— ¿Cuál es el problema? Al final acepto — dijo tranquilo el anciano.
— Usted no le dio otra opción — dijo Kaio Shin.
— Incrementaré tu poder, ya lo hice con Gohan cuando peleó con Majin Buu, pero debes darme algo a cambio — pidió el anciano.
— Hombre tenía que ser — Izbet cruzó los brazos — ¿Qué quiere?
— Una fotografía tuya en traje de baño.
— ¡¡¡Por ningún motivo me tomaré una así para usted!!! — gritó y preparó una gran bola de energía para atacarlo.
— ¿Quieres ser una de los más fuertes en el infierno? Debes dejar tu orgullo de lado, ese es uno de tus mayores defectos.
— Ganó — hizo desaparecer la energía, luego de pensar unos minutos — debe ser una actual, o puede ser de cuando era más joven.
— Mejor de cuando eras más joven, pero al menos debes tener 20 años, de cuando eras bebé no quiero, no pretendas pasarte de lista conmigo — rió orgulloso, de él no se rié nadie pensó.
— Rayos... me leyó la mente... ¿Debe ser algún tipo de traje de baño en especial?
-—No, cualquiera.
— ¿Pero qué es esto? — dijo el anciano Kaio Shin cuando abrió el sobre.