— Acá está Yun luego de volver por primera vez de Namek — dijo orgulloso el hombre verde.
— Ese viaje fue muy bueno para todos.
RECUERDO
El pequeño escuchó que había un planeta llamado Namek donde vivía gente de la raza de su padre y Dende.
— Quiero ir — rogó a su padre tirándolo del brazo.
— Déjame hablarlo primero con mamá — dijo algo nervioso.
Esa noche cuando Izbet llegó al Templo Sagrado el pequeño aprovechó de hablar con ella.
— Mamá, papá va a pedirte algo, dile que sí, por favor.
— ¿Qué deseas ahora? — sonrió, todas las semanas quería algo nuevo.
— Ir al Planeta Namek.
— Mmm... voy a hablarlo con papá primero.
— Eso mismo dijo él, que conversaría contigo, por fiiiiissss, por favoooorrrrrr — suplicó con su mejor voz triste.
— Anda a jugar mientras lo vemos — el niño se fue contento, pensando que nuevamente le darían en el gusto — ¿Por qué me tiraste la pelota? ¿Quieres ir o no? — encaró a su pareja.
— Sí quiero, pero... — se le notaba muy nervioso.
— ¿Qué te complica tanto? — nunca lo había sentido así.
— Soy el único de mi raza que ha... tenido... un hijo con una mujer — por fin lo dijo.
— ¿Y cuál es el problema? — no entendía porque se ponía así.
— Tendré que explicarle al Gran Patriarca como fue que pasó — dijo Piccolo sonrojado al máximo.
— Jajaja, que exagerado, no creo que tengas que explicarle "como fue que pasó" exactamente... además que puede pasar... si quieres le digo a Yun que tengo algo importante en la oficina, y lo dejamos para más adelante.
— No. Tienes razón, no tiene nada de malo lo nuestro, aunque sea extraño para mi raza, será bueno para nuestro hijo, desde que supo que hay todo un planeta con gente como yo está muy entusiasmado con ir, tal vez así empiece a entrenar en serio, desde que aprendió a volar, no ha puesto el mismo empeño.
— Yo también quisiera que volviera a poner el mismo esfuerza de antes. Veamos la fecha, así dejaré todo listo con Jenny.
Cuando le confirmaron al niño que irían a Namek por 10 días, saltaba de gusto, también invitaron a Dende, que aceptó encantado.
— ¿Por qué estás tan emocionada mamá? Ya conoces el planeta.
— Por eso mismo estoy así, quiero ver a mis amigos, sobre todo a Jattyta, es un niño muy alegre de quien me hice muy cercana cuando fui, es del Clan Dragón, tiene grandes poderes. Quiero llevarle algunas cosas — Yun miró molesto, pero no dijo nada.
Cuando llegaron con Goku a su destino, sus habitantes los recibieron felices.
— Que bueno tenerlos de nuevo con nosotros — saludó el Gran Patriarca al grupo.
— Gracias Gran Patriarca ¿Podemos quedarnos como la otra vez? — preguntó la mujer ciega.
— Por supuesto.
— Entonces me voy, nos vemos en 10 días. Adiós — Goku se teletransportó a la Tierra.
— ¿Y quién es este jovencito? — preguntó el líder del lugar.
— Mucho gusto, soy Yun Supay — inclinó la cabeza y le pasó la mano.
— El gusto es mío — le respondió el saludo.
— Gran Patriarca él es... — Piccolo no pudo terminar la frase, estaba muy complicado.
— Mi hijo — se le adelantó Izbet para ayudarlo — desde que supo de ustedes, quería venir a conocerlos.
Entonces llegó Jattyta, que abrazó muy fuerte a su amiga.
— ¿Cómo estás? — preguntó emocionado.
— Bien. Quiero presentarte a mi hijo. Yun, él es Jattyta, de quien te hable.
— Hola — saludo de no de muy buen gusto el recién llegado, el otro era al menos una cabeza más alto que el niño terrestre.
— Hola — le devolvió el saludo, pero su atención se centró con Izbet — quiero mostrarte todo lo que puedo hacer ahora.
— Yo también quiero poder entrenar contigo, Piccolo — dijo Tochat que venía llegando — he aumentado mucho mi nivel en este tiempo.
— Primero que todo, lleven a Izbet y su hijo a instalarse ¿Trajó una casa? — preguntó el Gran Patriarca.
— Sí ¿Puede ser en el mismo lugar que antes? Así no me costaba moverme, todavía me acuerdo de las ubicaciones.
— Claro. Nos vemos más tarde.
Se fueron la madre, Yun y los dos jóvenes namek, Piccolo y Dende se quedaron para conversar a solas con el hombre mayor.
— Gran Patriarca, quisiera hablar algo con usted — dijo Piccolo.
— Le escucho — le sonrió amable el Gran Patriarca.
— Es sobre el padre de Yun.
— Debe ser una buena persona, qué pena que no vino, me imagino que es un poderoso guerrero humano — especuló el soberano del planeta.