El hombre de pelo como palmera tomó a las mujeres y se teletransportó a la Corporación Cápsula.
— QUE NO ESCAPEN... DEBEN MORIR... — Mitzi estaba histérica.
— No te preocupes, éste nos llevará donde están, te prometí que vengarías a tu hermano y así será.
— ¿Quién es tu hermano? — preguntó Piccolo alerta.
— ERA un empresario muy exitoso, les dio trabajo a esas malditas, y luego de ayudarlas la ciega lo mató, la otra estaba presente y no lo evitó. Cuando lo prepararon para el velatorio tuvieron que ponerle fierros en todo el cuerpo para que no se moviera como gelatina, jure que me vengaría de todos los culpables, me costó tiempo tomar el control de la organización, y luego averiguar quien fue su asesino. Todo fue más fácil luego de aliarme con Braca — la mujer se besó con él.
— Esa bestia a quien le dices hermano, obligaba a luchar a niños y niñas, o a prostituirse ¿Qué clase de empresa es esa?
— Mi querido hermano les enseñaba a ganarse la vida ¿Crees que cuando van a los orfanatos están mejor? Para los países son un gran problema, los tiran donde sea para que no se vean, en algunos lugares los matan en los centros donde los internan, y nadie se preocupa ni pregunta nada, mi solución es mejor ¿Por qué crees que nunca tengo problema dónde voy? Ellos me proveen de mano de obra, y por cada uno les pagó una buena suma... con mi negocio todos ganamos — Braca rió al escuchar la explicación de la morena, le encantaba la maldad de esa mujer.
— Ustedes son unos engendros escapados del infierno.
— Prefiero el nombre empresarios, tomamos lo que hay y les sacamos beneficio. La culpa la tiene ese tipo de gente que no debería tener hijos, no saben cuidarlos, apenas pueden los tiran a la calle a ganar dinero para ellos. Nosotros hacemos lo mismo, sólo que más organizado. Mi hermano era un genio.
— Fue un monstruo que violó a Izbet.
— Esa tipa debe habérsele ofrecido y al final se negó para hacerse la interesante.
— Era una niña, solo tenía 9 años.
— Hay más pequeñas que lo hacen por un pedazo de pan. Sé cómo era Carlos, un caballero en la intimidad, muy cariñoso y apasionado, sabía cómo conquistar a quien le interesaba, por eso siempre tuvo a las mujeres que quiso — sonrió — no se hubiera fijado en una mugrienta ciega.
— Como puedes saber tanto de la intimidad de tu hermano... a no ser que él y tú... — ella asintió suavemente dando a entender que Piccolo tenía razón en lo que suponía — incesto — susurro asqueado — eres una enferma.
— Me da lo mismo lo que pienses ¿Cuánto te pagan por rescatarlas? Te doy el triple, pero quiero de vuelta a esa ciega, la otra ya no importa... o dime que quieres y te lo daré — se soltó un botón de la blusa para que se le vieran mejor los senos, en un intento de seducirlo.
— No me interesa nada de ti. Esa ciega mugrosa como le dices, es mi mujer.
— Mmm... entiendo... qué lástima para ti que sea una mujerzuela que adora meterse con cualquiera, o no Braca — sonrió maliciosa.
— Es puro fuego — respondió al aludido relamiéndose los labios.
— ¿Fuego? — dijo Piccolo con ira contenida.
— Nos divertimos bastante — tenía una risa lasciva.
No alcanzó a decir nada más, el namek se abalanzó sobre él, lo golpeó varias veces, cuidándose de los escupitajos que le lanzaba, rápidamente lo tuvo en el suelo.
— ¿QUÉ LE HICISTE MALDITO? — exigió saber el guerrero de piel verde, mientras tenía el pie en el pecho del otro.
— Jajajaja sólo cosas que disfrutó, gemía como una perra en celo mientras teníamos sexo, incluso me dijo que nunca se la habían cogido tan bien como yo — quiso tirarle saliva, pero Piccolo adivinando, le lanzó un rayo de sus ojos a la boca — me quemaste desgraciado.
Como demoraba, Gohan no esperó la señal convenida y entró.
— Señor Piccolo — dijo aliviado su alumno al verlo bien.
— No te llame — le reclamó.
— Como se demoró preferí entra, déjeme ayudarle.
— NO.
Braca aprovechó la distracción, tomó la pierna del otro y lo botó, salió a terreno abierto.
— Vaya, dos contra uno, que valientes— reclamó el malvado.
— Él se quedará dónde está, yo seré el que tenga el placer de mandarte al otro mundo — dijo lento el guerrero de piel verde.
El namek lanzó varias esferas de ki, que Braca esquivó fácilmente, pero no se dio cuenta que lo rodearon, en un momento dado todas se dirigieron hacia él. Apenas se dispersó algo el humo, Piccolo volvió a golpearlo en la cara tirándolo contra el acantilado, pero antes de chocar el hijo de Dabura contraatacó con una onda de energía maligna, que tiró al otro al mar.
— SR. PICCOLO — Gohan lo vio hundirse cuando salió a la entrada de la cueva.